La Casa de Alba renueva su unión con el bautizo de la futura duquesa
La primogénita de los duques de Huéscar inicia su vida cristiana en Sevilla
n víspera de la Festividad de San Fernando, patrón de Sevilla, la Casa de Alba ha vivido un sábado familiar e histórico con el bautizo de la primogénita de los duques de Huéscar, Rosario FitzJames Stuart Palazuelo, futura duquesa de Alba. La ceremonia ha tenido lugar en la parroquia de San Román, a escasos metros del palacio de Dueñas, donde la pequeña de ocho meses ha recibido las aguas bautismales en la misma pila en la que hace más de 30 años fue bautizado su padre, Fernando Fitz-James Stuart.
El revuelo de cámaras de televisión bajo la puerta ojival presagiaba el acontecimiento. Mientras iban llegando los invitados en taxis, Uber y a pie, dentro en el templo se ultimaban los preparativos con feligreses del coro de Santa María de las Flores. «He visto crecer a estos niños, siendo testigo privilegiado y acompañando a la familia en los nacimientos, bodas y despedidas de sus seres queridos», se sinceró Ignacio Sánchez-Dalp, biznieto del primer marqués de Aracena y sacerdote de la familia, antes de oficiar el bautizo de la primera hija de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo.
Fuera, la expectación iba creciendo al igual que el público que, móvil en mano, seguía el trasiego de invitados, de chaquetas cruzadas, ellos; y estampados y flecos, con algún mantón al hombro, ellas. Unos minutos después de las ocho de la tarde llegaba la pequeña Rosario, en brazos de su madre y con batón de cristianar. Le acompañaban su padre, Fernando, y un orgulloso abuelo, el duque de Alba. «¡Es preciosa!», «¡Qué muñeca!», piropearon los sevillanos a la niña e incluso alguna señora se lanzó a felicitar a los padres mientras posaban para la foto.
Ya en el interior de la iglesia aguardan los invitados, entre los que estaban los hermanos del duque de Alba –excepto Cayetano Martínez de Irujo, que sigue convaleciente de su operación por una complicación intestinal–, así como los recién casados, Belén Corsini y Carlos Fitz-James Stuart, quienes contrajeron matrimonio hace una semana, pero han pospuesto su viaje de novios para no perderse en esta cita.
ELos padrinos fueron el hermano de la madre, Beltrán Palazuelo, y su amiga Blanca Barrera-Cuadra (Lady Aguacatte), interiorista y propietaria del catering Aguacatte, negocio que se ha convertido en un referente de la capital madrileña a la hora de organizar eventos. De hecho, se encargó del cóctel que la familia ofreció en Dueñas. Antes, los duques de Huéscar acudieron al Santuario de Los Gitanos para presentar a su primogénita a la Virgen de las Angustias de la hermandad de los Gitanos, donde doña Cayetana, bisabuela de la pequeña, fue hermana bienhechora. En los muros de la iglesia del Valle reposan parte de las cenizas de la querida duquesa. «Es un honor recibir a esta nueva hermana, que viene a reforzar los lazos de unión entre la hermandad y la Casa de Alba», expresaba el hermano mayor de Los Gitanos, José María Flores, que hizo entrega a la pequeña y a su madre de sendas medallas. El nombre de Rosario ha sido elegido en homenaje a la última duquesa de Alba, así como a otras duquesas de la casa, como la que posó para Goya. Rosario está llamada a retomar el legado de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, que falleció en 2014. La primera hija de los duques de Huéscar será la tercera mujer que encabece la casa de Alba.
ROSARIO El nombre ha sido elegido como homenaje a la última duquesa de Alba
Los padres
Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo contrajeron matrimonio en octubre de 2018
Invitados
Eugenia Martínez de Irujo con su hija Tana (arriba). Belén Corsini y Carlos Fitz-James Stuart (derecha)