ABC (Castilla y León)

Al reclamo de Roca, se colgó el primer ‘No hay billetes’ en una corrida de la Comunidad de Madrid

- ROSARIO PÉREZ ARANJUEZ (MADRID)

Solo Andrés Roca Rey vestía de oro. Y fue el peruano el que puso el dorado en la taquilla: más allá del festival del 2 de mayo en Las Ventas, la plaza de Aranjuez fue la primera en colgar el cartel de ‘No hay billetes’ en una corrida de la Comunidad de Madrid. Un dorado relativo, claro, con solo la mitad del aforo y los mismos gastos para los empresario­s: se habla poco de la valentía de los que ponen el parné, en este caso, Carlos Zúñiga.

Sobre el ruedo, la joya primera la enseñoreó Morante con un quite de cinco verónicas y media. Mientras caían las gotas de una tormenta pasajera, el genio roció de compás la arena. Los vuelos echados, el pecho ofrecido y la suerte cargada hasta desembocar en los medios, donde estaba tatuado el hierro de Cuvillo. El torito, sin celo, era tan a modo, tan obediente... Pero aquella falta de chispa la suplió el de La Puebla del Río con un faena que fue un gozo ya en la apertura por ayudados, toreando con todo, desde las manoletina­s a la castañeta. A placer siempre, con la pureza del cite y el oficio de lo añejo, una serie parió estampas de Pepín Martín Vázquez. El final a pies juntos tuvo la majeza que Suárez-Guanes cantaba a los más grandes. Mientras se perfilaba para matar, ‘Campanito’ se puso a escarbar y Morante obsequió un molinete de auténtica sevillanía. Pelillos a la mar cuando la estocada se enterró algo caída. Quedaba el sabor del conjunto. La vuelta al ruedo fue la historia interminab­le: volaban los abanicos y los besos, cadenas de oro XXL como las que adornan el cuello de Maluma o Nicky Jam y un gallo con un lazo de la bandera española. No había modo de echarle el guante: ni cuadrilla, ni mulilleros ni areneros. Hasta que Lili lo apresó entre risas y ovaciones. Un espectácul­o ‘le coq’.

Espoleado salió Daniel Luque en la bienvenida y en el ajustadísi­mo quite por chicuelina­s a un toro que apretó en banderilla­s. A pies juntos y sin moverse el nacimiento. Se palpaba la emoción, pero ‘Encendido’, con esa tendencia a abrirse, hizo pronto amagos de rajarse. El de Gerena, muy firme, pintó tres naturales de temple mayor y, en la querencia del noble mansito, en las mismas tablas, se inventó unas luquecinas que causaron sensación. El desprendim­iento del acero no fue óbice para la concesión del doble trofeo.

Quite lentificad­o

Cuando apareció el tercero, tan cómodo de cabeza como sus hermanos, un espectador gritó a Roca Rey: «¡Por eso no querías que fuese televisada!». Antes, «vivas» a España, la tauromaqui­a y

Ayuso. Hasta Pedro Sánchez, que ni se le ve ni se le espera en ninguna plaza, se llevó su «viva», sin no poca guasa. Entre tanto ruido, un quite lentificad­o por chicuelina­s, tafalleras y tijerillas. Y sin enmendarse el prólogo por estatuario­s. Una vela el peruano, que encendió la hoguera con su apabullant­e valor. Oxigenó luego mucho al potable toro por ambas manos, cada segundo más bajas y alargando la embestida. Con el animal ya más apagado, se metió en las cercanías y aguantó parones con miradas al tendido. Una oreja se ganó.

Cuando apareció el cuarto, el personal se mosqueó al ver los indecentes pitones. «Las figuras con estos novillotes y los que empiezan con pavos con cuernos al cielo», recriminó mi vecino de localidad. No le faltaba razón: una corrida de tanta expectació­n no podía tener una presentaci­ón tan pobre. Aquellas lanzas se volvieron flores y sombreros cuando Morante sorprendió banderilla­s en mano. Qué torería la suya. Nadie se acordó entonces de la presencia del cuvillo. De otra época esa manera de andarle y llegarle al toro, especialme­nte en el tercer par al quiebro. Locura total. Sentían entonces todos los sentidos, como en el comienzo de la creación, con esa belleza del toreo en movimiento y el broche de un pase de pecho a la hombrera contraria. Breve fue su labor, rematada con un desplante gallista rodilla en tierra. De verdad se tiró a matar tras el pinchazo y saludó una ovación.

Voló el capote Luque con siete verónicas y media que fueron siete maravillas y media. Puro y al ralentí cada lance, pasándose al toro por el fajín. Con esa entrega y gusto envolvió la faena, en la que se anotó otro galardón.

Variado y muy decidido Roca con el capote al más aparente sexto, con la explosión de un eterno remate a una mano. Y volcánico el arranque con las dos rodillas en el redondel tras el brindis al padre. El Jaguar del Perú exhibió su poder y su mando, concediend­o distancia y barriendo la arena a un rival que se desplazaba con poca clase. Su arrogancia creció con un desplante a cuerpo limpio antes de las luquecinas y se embolsó otras dos orejas.

Mientras Luque y Roca abandonaba­n a hombros el bicentenar­io coso del triunfalis­mo, en la anochecida se recordaba esa torería en blanco y negro de Morante, tan de otro tiempo, tan imborrable. Así que pasen doscientos años.

 ?? DE SAN BERNARDO ?? Morante de la Puebla sorprendió al banderille­ar al cuarto toro con enorme torería
DE SAN BERNARDO Morante de la Puebla sorprendió al banderille­ar al cuarto toro con enorme torería
 ?? DE SAN BERNARDO ?? Daniel Luque y Andrés Roca Rey salen a hombros
DE SAN BERNARDO Daniel Luque y Andrés Roca Rey salen a hombros

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain