Pilotar con el miedo en el cuerpo
▶ El paddock llora la muerte de Dupasquier y admite la angustia que supone conducir tras una tragedia
A las doce del mediodía, Mugello enmudeció. Jason Dupasquier fallecía en el hospital de Florencia. No pudo superar las heridas que le produjo el grave accidente que tuvo el sábado, mientras luchaba por atrapar la primera posición de la parrilla. Se fue al suelo y algunos rivales no pudieron esquivarlo; el traumatismo fue tan grave que ni una operación de urgencia pudo salvarle la vida. Tenía 19 años. La noticia atravesó la piel del paddock y se instaló en los cascos de los pilotos que, sin embargo, continuaron con el gran premio como pudieron.
Solo había terminado la carrera de Moto3 cuando el escalofrío recorrió Mugello. Jaume Masiá, que debía estar celebrando su segunda posición, solo pudo llorar cuando aparcó la moto en el parque cerrado. «Era uno de los pocos a los que podía saludar por la
rivalidad que hay. Este deporte es así, pero es difícil de asimilar», admitía el valenciano.
Para las demás categorías, y aunque la noticia se esperaba, fue una losa más que se instaló en las manos a la hora de agarrar el manillar. «Es muy complicado ponerse a pilotar, no creo que a nadie le haya hecho gracia correr hoy. Es lo que nadie quiere que suceda. Cuando pasan estas cosas es cuando te das cuenta de que esto es un riesgo y que hay que ser responsable», hablaba en la línea de todos Joan Mir, tercero ayer tras Fabio Quartararo y Miguel Oliveira. «Cuando pasan estas cosas, todo pierde sentido. Ya sabíamos que la situación era crítica, pero saber la noticia justo antes de correr te desestabiliza. Te preguntas si realmente vale la pena», recapacitaba Valentino Rossi, que vivió muy cerca un fallecimiento de patrón muy similar al de Dupasquier, el de Marco Simoncelli en 2011. ¿Y cómo se hace? El mallorquín, campeón en 2020, explicaba así cómo puede uno subirse a la moto un minuto después de despedir a un compañero. «Es nuestro trabajo y lo debemos hacer. Tienes que ser un poquito egoísta para salir a la carrera después del minuto de silencio. Si no, no lo haces. Nuestra labor acaba cuando acaba la carrera y nuestra obligación es dar espectáculo. Seguramente es el podio de Mugello más triste de la historia. Es un podio apagado». Para
Aleix Espargaró era mucho más difícil de explicar: «No tengo una explicación. Mi cerebro intenta concebir cómo después de un minuto de silencio donde no podía contener las lágrimas, donde he ido a buscar a mi hermano... ¿Cómo hacemos para salir a correr...? Es difícil, muy difícil...». «Es mi victoria más amarga. Si quieres olvidar un fin de semana en el que has ganado es que las motos no son desde luego la prioridad», admitía Fabio Quartararo.
Pasar por la curva
Asumen los pilotos el riesgo, aunque se olvide cuando las caídas solo provocan alguna lesión y algún susto, y porque, de lo contrario, no podrían subirse a la moto. Pero ahí está, un desenlace al que siempre se puede llegar porque las velocidades superan los 300 kilómetros por hora y, por mucho que aseguren monos, cascos o asfaltos, hay variables inasibles e imposibles de prever. Pero daba con la clave Pedro Acosta: «Te impacta porque un día puedes ser tú».
Todos, al pasar por esa curva 9, tenían su mente lejos del cuadro de mandos, de la curva o de los rivales. «Cada
vez que pasas por esa curva solo tienes una cosa en mente», admitía Quartararo. «Me cuesta hablar porque recuerdo mi caída y me acuerdo de Jason. Hablando de motociclismo ha sido un fin de semana desastroso. Muchas veces lo queremos olvidar o no lo queremos ver, pero pasan y te hace pensar muchas cosas», admitió Marc Márquez. En esa curva sus pensamientos volaban hacia el piloto suizo, y hacia todos los que le sucedieron antes en una lista trágica de pilotos que, a pesar de que se ha reducido muchísimo en los últimos tiempos, sigue sumando vidas truncadas: Luis Salom, Simoncelli, Shoya Tomizawa, Daijiro Kato, Simon Prior...
Rossi «Cuando pasan estas cosas, todo pierde sentido. Conocer la noticia antes de correr te desestabiliza»
Petrucci «No dejas de pensar que hoy le tocó a él y otro día te puede tocar a ti. Debimos debatir si era correcto correr»
Sin sentido
De ahí que algunos pilotos consideraran que correr era un homenaje a su compañero, y otros no estuvieran de acuerdo con salir a competir con la noticia haciéndoles temblar las manos. El equipo del suizo, por ejemplo, no lo hizo. «Me he intentado concentrar después de saberlo, y después del minuto de silencio, pero fue imposible. Quizá ha sido uno de los peores días de mi vida, no disfruté nada hoy. He pedido que no se corriera porque no me parecía correc