ABC (Castilla y León)

Márquez sigue sin encontrar el camino

▶ El catalán se cae en la primera vuelta en Mugello y suma dos abandonos seguidos

- L. M.

Mugello no es el mejor circuito para un cuerpo castigado. Muy exigente físicament­e, lleno de curvas, requiebros y cambios de dirección. Y para este Marc Márquez todavía en progresión iba a ser un sufrimient­o de 23 vueltas, no ya por el húmero curado casi en su totalidad, sino por ese hombro al que ha machacado la exigencia de MotoGP. El de Honda ni siquiera acabó la primera, pues chocó con Brad Binder en los primeros metros y se fue al suelo. Cero en su casillero, el segundo consecutiv­o tras caerse también en Le Mans hace quince días.

«Me he tocado con Binder, ha sido un lance de carrera, pero si alguien tiene culpa ese soy yo. Venía por detrás y he intentado adelantar, en la chicane se han caído varios pilotos, y él venía de un lado, yo de otro, y se me ha cerrado. La culpa ha sido mía», afirmaba el ilerdense. No obstante, el de Honda es el primero y el único que sabe dónde está y de dónde viene. De ahí que no suponga nada demasiado malo esta segunda caída en su cuarta carrera del curso. Y que mire siempre en actitud optimista: «Desafortun­adamente, hemos terminado la carrera mucho antes de lo que esperábamo­s y realmente no ha sido una buena situación,

Marc Márquez porque necesito vueltas con la moto. Pero me quedo con que estaremos más frescos para Montmeló». Ahí respondía a la duda que sobrevolab­a este fin de semana su garaje. Había confesado que tras la carrera en Jerez pensó en tomarse un descanso, y Alberto Puig, jefe de Honda, también abría la puerta a esa posibilida­d en Mugello. Pero sin disputar ni una vuelta entera en Mugello, el cuerpo estará en mejores condicione­s para pilotar este domingo. Y más allá del físico, Márquez apunta a un cambio en apariencia pequeño, pero que para él significa un mundo: «Me quedo con la sensación de la primera vuelta que, por primera vez, me veía en condicione­s de atacar y no de defender. Se me hubiera hecho muy larga la carrera, pero he entendido algunas cosas que me han venido bien».

Ya sabe que sumar un punto o diez cambia poco para las aspiracion­es de Honda, que no acaba de reencontra­r el camino de oro al que los acostumbró el ilerdense y lleva dos cursos sin alegrías. Porque Márquez está todavía en progreso de volver a ser él mismo y porque Pol Espargaró –duodécimo– todavía no ha conseguido adaptarse al cien por cien a la montura.

A falta de Márquez, y de su liderazgo, asoma ya con capacidad para destronarl­o un Fabio Quartararo que volvió a ganar ayer con una superiorid­ad pasmosa. No le tiembla ya el pulso, como le pasó en 2020 cuando se vio sorprendid­o por sus propios buenos resultados. Ya es líder destacado en el ranking y en la pista, con más de tres segundos de ventaja sobre Oliveira y Mir. El mallorquín también ha recuperado parte del espíritu de campeón que lo aupara al título el año pasado. Paciente y agresivo en la segunda parte de la carrera, no pudo con el portugués pero suma el podio número 500 en la historia de la categoría máxima para el motociclis­mo español.

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EFE

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