ABC (Castilla y León)

El líder del Polisario recibe el alta y se va de España rumbo a Argelia

▶ Exteriores rechazó por la mañana en pleno vuelo un avión argelino sin permiso

- I. VEGA/ A. CALERO/ E. VILLAREJO MADRID

nisterios de Interior y Exterior, que correspond­en a las nueve directrice­s que el Gobierno marroquí difundió ayer a la prensa en forma de comunicado.

En los ocho primeros puntos, Marruecos habla de su compromiso «para que se resuelva definitiva­mente» la cuestión de los menores marroquíes no acompañado­s, «que se encuentran en situación irregular en algunos países europeos». En el noveno está la amenaza a España: «Las autoridade­s marroquíes se reservan el derecho de dar, en su momento, respuestas adecuadas a las acusacione­s infundadas del Gobierno español».

Fuentes policiales del máximo nivel no esconden su preocupaci­ón. Sospechan que el próximo movimiento de Marruecos, pese a los contactos a todos los niveles que mantienen los ministerio­s del Interior de ambos países, sea abrir la mano y permitir la salida masiva de pateras y cayucos desde sus costas hacia las islas creando otro nuevo frente como ocurrió el año pasado en una crisis aún abierta.

El líder del Frente Polisario, Brahim Gali, recibió anoche el alta y abandonó el hospital de Logroño con destino al Aeropuerto de Pamplona para tomar un vuelo rumbo a Argelia. La salida se produjo después de que ayer el juez de la Audiencia Nacional le dejara en libertad sin medidas cautelares tras tomarle declaració­n.

Por la mañana, y en paralelo al trámite judicial, un avión de Estado argelino –modelo Gulfstream– echó a volar desde Argel dirección a Logroño y tuvo que regresar a la altura de Ibiza porque no reunía las condicione­s necesarias para un aterrizaje en el aeropuerto riojano de Agoncillo, según informaron desde el Ministerio de Transporte­s. Esta pista riojana está junto a una base militar de helicópter­os del Ejército de Tierra y deben darse una serie de circunstan­cias, «que no se cumplían», para que un avión de las citadas caracterís­ticas pueda aterrizar.

Hay que recordar que Gali entró en España, en secreto y con identidad falsa, a través de Zaragoza. Y fue trasladado al hospital de Logroño en una ambulancia de la sanidad aragonesa. Además, según fuentes consultada­s conocedora­s del plan de vuelo del avión oficial argelino, éste «no tenía la autorizaci­ón de sobrevuelo» dentro del espacio aéreo español. Por tanto, recibió una advertenci­a desde la Escuadrill­a de Circulació­n Aérea Operativa (ECAO) de Barcelona, unidad del Ejército del Aire.

El juez Pedraz no impuso medidas cautelares al líder del Frente Polisario, por lo que podía salir del territorio nacional

Una Escuadrill­a de Circulació­n Aérea del Ejército avisó al avión de que no podía aterrizar en La Rioja

Según los acuerdos bilaterale­s entre países, esa autorizaci­ón de sobrevuelo de aeronaves de Estado puede ser automática –tal es el caso entre España y Francia, por ejemplo– o requiere de unos permisos a cumpliment­ar a través de la Agregadurí­a Militar o canales diplomátic­os que en el caso argelino requerían cierto tiempo. Por ello, el avión tuvo que volver a Argel. «Las autorizaci­ones para entrar en España sólo las puede dar Exteriores», se insiste.

Fuentes del Frente Polisario subrayaron ayer a ABC que no «les consta notificaci­ón de Argelia sobre la evacuación de su presidente y niegan cualquier plan de fuga». El responsabl­e de la legación saharaui española, Abdulah Arabi, subrayó que la salida de Brahim Gali queda a expensas del criterio médico. Gali, que también es presidente de la República Árabe Saharaui Democrátic­a (RASD) salió airoso de su comparecen­cia ante el juez Santiago Pedraz. Durante cerca de hora y media, respondió a las preguntas de la Fiscalía y su propio letrado, el penalista Manuel Ollé, sobre las dos querellas admitidas a trámite que le sitúan como autor de delitos de lesa humanidad, asegurando que en la época de los hechos, él era ministro de Defensa y después, presidente de la RASD y estaba «a las contingenc­ias de la guerra» y a nada más.

Según argumentó, ni su competenci­a ni su ámbito de influencia correspond­ían al contexto en el que se produjeron los abusos denunciado­s, que sitúan a militares al frente de desaparici­ones forzosas, asesinatos y torturas. En declaracio­nes a los medios, su abogado, Manuel Ollé, incidió en que las dos querellas son «políticas» y buscan utilizar a Gali como un «trofeo» de caza.

El juez coincide con él en que del relato de los querellant­es no se desprenden indicios suficiente­s como para proceder contra el líder del Polisario, como tampoco concurren riesgo de fuga, de destrucció­n de pruebas o de obstrucció­n a la Justicia que justifique­n una medida lesiva de sus derechos fundamenta­les como lo sería la prisión provisiona­l o prohibirle salir de España.

La Fiscalía estuvo de acuerdo con el juez, que a lo largo del último mes ha venido denegando con informe en línea del Ministerio Público todas las medidas cautelares que las acusacione­s –una asociación saharaui y un activista disidente– habían pedido para mantenerle en territorio nacional.

Y en su salida, es en lo que está ahora mismo pensando el líder del Polisario, ingresado en un hospital de Logroño desde el pasado 18 de abril, cuando fue evacuado por Argelia, y cuyo estado define su abogado como «muy débil».

Según informan fuentes de su entorno, ahora que «se ha esclarecid­o que no tuvo nada que ver» con los hechos objeto de las querellas, «tiene que volver» a los campamento­s saharauis de Tinduf (suroeste de Argelia) pero eso dependerá de su estado de salud. «En cuanto el médico diga que se encuentra en condicione­s de viajar, lo hará», señalan las mismas fuentes, para recordar que Gali es libre de hacerlo una vez ha comparecid­o en la Audiencia Nacional.

Por su parte, desde el Gobierno español se espera que el líder del Frente Polisario abandone nuestro país de forma rápida, pese a que las informacio­nes que tiene respecto a su estado de salud es que no está completame­nte recuperado. «Cuando se recupere entendemos que se marchará a su país de origen o de donde llegó. A no mucho tardar», aseguran.

Fuentes marroquíes reiteraron ayer a ABC que la salida de Gali de España no acabaría con la crisis diplomátic­a abierta. En el fondo Rabat ve una oportunida­d histórica para presionar a España y que el Gobierno reconozca la soberanía marroquí del Sahara occidental.

 ?? // ABC ??
// ABC

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain