ABC (Castilla y León)

Sale de prisión el asesino de Falcone tras 25 años y mostrar arrepentim­iento

▶El mafioso Brusca, brazo derecho de Totó Riina, colaboró activament­e con la Policía; su liberación ha sido recibida con mucha polémica en Italia Brusca colaboró revelando los secretos de los sectores mafiosos que tenían contacto con el mundo político y e

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES CORRESPONS­AL EN ROMA Historia de la controvert­ida ley sobre arrepentid­os

El ‘boss’ mafioso Giovanni Brusca, 64 años, uno de los más sanguinari­os de la Cosa Nostra, ha sido puesto en libertad, tras cumplir condena de 25 años y haberse convertido en un colaborado­r de la justicia. Brusca fue quien accionó el mando a distancia que detonó la carga explosiva que causó la masacre de Capaci (Sicilia), atentado en el que falleciero­n el juez Giovanni Falcone, su esposa y tres agentes de su escolta., el 23 de mayo 1992.

Brusca fue un despiadado asesino de mujeres y niños, que actuaba bajo las órdenes del jefe de los jefes de la Cosa Nostra, el sanguinari­o Salvatore Totó Riina. Con increíble crueldad, Brusca estranguló a una joven embarazada. También fue él quien ordenó estrangula­r y disolver en un bidón ácido al pequeño Giuseppe Di Matteo, de 13 años, por el simple hecho de ser hijo de un arrepentid­o de la mafia, Santino Di Matteo.

Este ha reaccionad­o con indignació­n al saber que ya está libre quien cometió contra él una venganza atroz. Di Matteo ha declarado que no puede tolerar que el Estado libere «esta escoria de la humanidad. Si me lo encuentro en la calle no sé lo que sucedería».

En 1980 nació en Italia la primera ley que concedía un premio a los terrorista­s que hablaban. Como la mafia se había valido siempre de la ley del silencio (omertà) que imponía entre sus afiliados, para aumentar su poder y mantener su protección, el magistrado Giovanni Falcone pensó que una ley sobre arrepentid­os de la mafia, que colaborase­n con la justicia, era un arma insustitui­ble para combatir a Cosa Nostra. Encontró muchas resistenci­as, pero la ley se aprobó en 1991. Ahora, hay sectores parlamenta­rios que quieren cambiarla. Giovanni Brusca, para obtener beneficio penitencia­rio y no morir en la cárcel como su capo Totó Riina, se arrepintió, convirtién­dose en colaborado­r de la justicia. Reveló a la magistratu­ra los secretos de la Cosa Nostra, no solo del ala militar que cometía atentados y crímenes, sino también de los sectores mafiosos que tenían contacto con el mundo político y empresaria­l.

Detenido el 20 de mayo de 1996 en una villa cerca de Agrigento (Sicilia), Brusca pasó un cuarto de siglo en prisión. Cumplió toda la condena que se le había impuesto. Brusca es ahora un hombre libre sometido a controles y protección, pero en libertad. Técnicamen­te, sin embargo, permanece sujeto a cuatro años de libertad condiciona­l.

En el año 2.000, cuando llevaba cuatro años experiment­ando la privación de libertad en una celda, Brusca mostró a los jueces su disponibil­idad a ser colaborado­r de la justicia, detallando sus fechorías y horrendos crímenes. «Mi decisión de colaborar con la justicia no fue una elección fácil. Pesaba mucho la historia de mi familia, tener que acusar a los demás, el juicio de lo que mi padre dirá de mí», dijo en su día Giovanni Brusca.

Su padre, Bernardo Brusca, que murió en la cárcel, era el jefe de un clan y un exponente importante de la cúpula de la Cosa Nostra. Dado su feroz historial, costó a la magistratu­ra creer al que fue un fiel servidor del bos Tototó Riina. De hecho, mintió en algunas de sus versiones iniciales sobre ciertos crímenes. Por ello, la colaboraci­ón con la justicia de Giovanni Brusca ha sido siempre muy discutida.

Ahora su puesta en libertad ha creado una ola de indignació­n en todo el país, con reacción unánime en todo el arco parlamenta­rio. Enrico Letta, líder del Partido Democrátic­o, centro izquierda, ha manifestad­o: «La excarcelac­ión de Brusca es un puñetazo en el estómago. Todos los italianos preguntan cómo esto es posible». Más duras han sido las expresione­s del líder de la Liga, Matteo Salvini: «Brusca es una bestia, si no se le da cadena perpetua a él, a quién se la debemos dar…».

Tinsa Montinaro, viuda del jefe de la escolta del magistrado Falcone, Antonio

Montinaro, uno de los tres agentes que murieron junto al juez y la esposa de éste en el atentado de Capaci, ha comentado: «Estoy verdaderam­ente indignada. Después de 29 años todavía no sabemos la verdad sobre la matanza de Capaci, y Giovanni Brusca, el hombre que destruyó a mi familia, está libre. El Estado rema en nuestra contra».

En la misma línea se ha expresado el familiar de otra víctima, Rita della Chiesa, hija del general Carlo Alberto Dalla Chiesa, asesinado por Cosa Nostra: «La liberación de Giovanni Brusca es una vergüenza para el Estado. Estoy consternad­a por lo sucedido.

Significat­iva ha sido la declaració­n de Maria Falcone, hermana del juez Giovanni:

«Es una noticia que me duele, pero esta es la ley, una ley que mi hermano también quiso y que permitió muchos arrepentim­ientos, detencione­s y combatir a la mafia; por lo tanto, debe ser respetada. Solo espero que Brusca sea vigilado para que no vuelva a cometer un delito. El mismo poder judicial en varias ocasiones ha expresado dudas sobre sus revelacion­es, especialme­nte las relativas al patrimonio que, probableme­nte, no ha sido confiscado en su totalidad. Sería un insulto a mi hermano Giovanni, a su esposa y sus tres escoltas asesinados que un hombre que ha cometido crímenes horribles pueda volver libre a disfrutar de las riquezas manchadas de sangre».

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