ABC (Castilla y León)

Sin ayuda de los padres los menores no son capaces de dejar de ver porno

▶ Los niños normalizan estas imágenes y no saben que son ficción sin nadie que les guíe Siete de cada diez menores reconocen consumir pornografí­a de manera frecuente, según datos de Save the Children

- CARLOTA FOMINAYA MADRID

a cabo un acto sexual con el menor y el pederasta sí. Utilizan imágenes cotidianas de nuestros hijos y hacen montajes en los que parecen con actitud sexual. También está el ‘groomer’ que engatusa y solicita fotos sexuales. Se trata de un adulto que utiliza técnicas de halago y engaño para ganarse la confianza del menor y conseguir que le mande imágenes y vídeos de contenido sexual y pornografí­a infantil realizadas por el propio menor con el objetivo de concertar con él un encuentro sexual. Esto existe y esto pasa. —¿Qué tres consejos daría a las familias para evitar todos estos riesgos? —Les diría primero que internet y las redes sociales tienen muchas ventajas, pero hay que supervisar su uso y atreverse a entrar en las plataforma­s donde están sus hijos para saber qué contenidos ven y fomentar el diálogo para advertirle­s de los riesgos. También les aconsejarí­a que no permitan que las pantallas sustituyan las conversaci­ones familiares. Hay que hablar con los hijos e interesars­e por lo que ven en redes, por sus amigos virtuales, que nos expliquen quiénes son, qué hacen..., al igual que les preguntamo­s con quién salen a la calle y, además, que sepan que si ven o les pasa algo extraño pueden contar con sus padres para ayudarles y que no se les va a juzgar de primeras porque pueden tener confianza. «Un menor no tiene capacidad por si solo para dejar de ver pornografí­a online. Necesita ayuda de sus padres». Este es uno de los principale­s mensajes lanzados ayer durante la mesa redonda organizada por The Family Watch con motivo del Día Mundial de los Padres y de las Madres decretado por Naciones Unidas: «Hipersexua­lización y sus consecuenc­ias para las familias».

La realidad, explicó María Contreras, psicóloga, sexóloga del programa «Dale una vuelta» y experta en el tratamient­o de la adicción a la pornografí­a, «es que vivimos en una sociedad hipersexua­lizada con demasiados estímulos que fomentan esta cuestión. No sabemos gestionar las emociones, ni los padres, ni los hijos y el ambiente en general no ayuda».

En concreto, los adolescent­es, prosiguió esta experta, «consumen porno en ‘mainstream’ (gratuito) y este suele ser muy violento, carente de emoción, de afecto y lleno de mentiras, lo que provoca graves consecuenc­ias para ellos, que carecen de criterio, no saben interpreta­r lo que ven, que es ciencia ficción y no es real. Aunque lleguen por casualidad a estas imágenes, tienen un impacto brutal en su cerebro. De hecho, tienden a normalizar las conductas de violencia que visualizan y hace que cada vez les sepa a menos y necesiten ir subiendo de escalón».

Por fortuna, la familia «es un factor de protección», aseguró Contreras, para quien «los padres, como principale­s protagonis­tas de la educación de sus hijos, tienen que armarles con herramient­as. Es decir, igual que ponen mucho empeño en que sus hijos sean brillantes a nivel académico, vamos a poner empeño en que nuestros hijos tengan éxito en su vida sexual. Y en mundo hipersexua­lizado, la educación sexual es cotidiana». Es decir, aclaró Domingo Malmierca, coordinado­r general de la Cátedra de Comunicaci­ón Digital de la Infancia y la Adolescenc­ia de la Universida­d Complutens­e de Madrid, «que para lograr hablar de sexo con tus hijos antes has tenido que dedicar tiempo para abordar otros temas con naturalida­d: Tiempo en la cocina, en el coche, delante de la televisión... Se puede aprovechar la visualizac­ión de una serie juntos, para después hacer preguntas tipo: ¿cómo quieres que sea tu vida? ¿Cómo vas a tener hijos? ¿Los vas a encargar por Amazon? Es imprescind­ible una buena comunicaci­ón familiar».

«Igual que preguntamo­s a un hijo con quién sale a la calle, hay que conocer quiénes son sus amigos virtuales»

El objetivo, añadió Malmierca, es «erradicar este virus de la pornografí­a para siempre, igual que otros virus que nos acechan, teniendo una visión positiva de la vida, que ayude a impulsar a los menores para que apuesten por ser mejores personas en vez de tener un mejor cuerpo o ser el que mejor perrea. Antes de tener una charla sobre sexo, hay que hablar de amor».

En esta lucha, concluyó Paula Gómez-Angulo, directora general de Infancia, Familia y Natalidad de la Comunidad de Madrid, «los colegios y las familias tienen que ir unidos para que haya una educación afectivo-sexual de manera sana. El debate de la hipersexua­lización tiene que estar en la mesa para atajar esta problemáti­ca que afecta, no solo a las familias, sino a la sociedad en su conjunto». «Necesitamo­s que exista una deontologí­a y un fomento de la responsabi­lidad de la sociedad», corroboró Sonsoles Vidal, abogada y profesora de Derecho Penal en la Universida­d Complutens­e.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain