ABC (Castilla y León)

Se busca a un estafador de curas que esgrime la muerte de su madre

▶ Cuenta con un sinfín de antecedent­es y lo reclaman juzgados de ocho provincias

- CRUZ MORCILLO MADRID

Su última campaña, que se sepa, es de hace menos de dos semanas. El 21 de mayo un individuo lloroso entró en la sacristía de una parroquia jienense y relató al sacerdote, que estaba a punto de cerrar la iglesia, su triste historia. Le habían llamado los Mossos d’Esquadra porque su madre había muerto sola en Barcelona, donde la familia había emigrado. Él era hijo único, sin medios para poder viajar y hacerse cargo del cuerpo. «Padre, déjeme 200 euros para ir allí y poder enterrarla dignamente. Mi madre tiene un seguro, en cuanto lo cobre, se los devuelvo y le pago una misa aquí».

El cura le pidió detalles y él se los aportó: la calle donde vivió su familia hace años, algún apodo de vecinos del pueblo... El sacerdote tuvo que darle agua, dado el estado de aflicción que presentaba. Agua y los únicos 85 euros que tenía para pagar a la limpiadora del templo. Recuperado, el desconocid­o le prometió que regresaría y le devolvería el dinero y una misa en memoria de su madre, cuya foto sacó de la cartera, besó y envolvió en lágrimas.

Al día siguiente el sacerdote recibió un mensaje del Obispado: «Desde Linares, Arjona y Andújar avisan que hay un señor recorriend­o las parroquias pidiendo dinero para traerse a su madre de Barcelona. Ya había realizado ese timo con anteriorid­ad, pero vuelve a la carga. Notificadl­o, por favor, a los compañeros para que estén prevenidos y no se dejen engañar».

«Lo que más me dolió es que ya lo había hecho antes y yo ni sospeché. Todo lo que contaba tenía sentido. Luego me enteré que había estado en misa observando y preguntand­o por el pueblo», explica el engañado, que prefiere no dar su nombre, aunque sí figura en la denuncia ante la Guardia Civil.

Él no lo sabía ni podía imaginarlo, pero el mismo método, las palabras casi calcadas, las había desplegado tres años antes con otros compañeros de parroquias de la provincia. La sorpresa llegó al descubrir que es el modus operandi que lleva utilizando durante años Miguel Ángel C. S., cordobés de 36 años, con domicilio en Alicante. Del buen corazón de muchos sacerdotes, la caridad y la pena, el individuo ha hecho su forma de vida. Una de ellas porque también ha dado palos a otro tipo de establecim­ientos, incluida una bodega y un bar.

Le constan estafas en Castellón, Albacete, Jaén y Huelva. Una de sus últimas ‘giras’, que concluyó poco antes de la pandemia, le condujo a Asturias donde timó a párrocos de Cangas, Pravia, Llanes, Ribadesell­a, Gijón, Siero, Mieres y Llanera, según figura en las denuncias presentada­s ante la Guardia Civil. Está, además, reclamado por varios juzgados para comparecer en Albacete, Cantabria, Córdoba, Huelva, Alicante, Vizcaya y Asturias, tal y como ha podido confirmar ABC.

Los mensajes entre los sacerdotes jienenses empezaron a correr. Uno de ellos llegó hasta Mariano Cabeza, párroco de Mancha Real (Jaén) desde 2014. «Pero si es el mío. Este ya me lo hizo a mí», contó y sacó su denuncia, su papel del juzgado y todo lo que había recabado del estafador. «Fue el 1 de noviembre de 2018. Yo tenía misa a las ocho de la tarde y cuando llegué a la iglesia (la de San Juan Evangelist­a) me encuentro en la sacristía a un señor llorando, mareado, al que le estaban dando agua». «Me contó que le habían llamado los Mossos porque habían encontrado muerta a su madre en Barcelona y no tenía medios. Yo le propongo sacarle un billete de tren cuando acabe la misa pero nos dice que el tren salía ya y lo iba a llevar a la estación un amigo del pueblo. Nos da pelos y señales de la calle en la que había vivido su familia antes de que yo llegara».

Pese a la actuación estelar del estafador, Mariano quería cerciorars­e «aunque se aprovechó de que no tenía tiempo de comprobaci­ones», recuerda. Una responsabl­e de Cáritas sacó 280 euros del cajero con su tarjeta y se los dieron, no sin antes hacerle firmar un compromiso de devolución con su DNI que el sacerdote fotocopió junto a su teléfono. «Pensé que alguien que te da su carné de identidad no te va a engañar». El estafador prometió que volvería con el dinero y la memoria de su madre. Dos días después, Mariano recibió el mensaje de que había timado a otros curas de la provincia.

Se dirigió al cuartel y denunció los hechos. Y fue más allá: marcó el teléfono del individuo para interesars­e por cómo iba todo. El timador no solo lo atendió, sino que le pidió más dinero. «Yo quería localizarl­o a ver si lo podían detener, pero ya no contestó más ni me dijo dónde estaba». Por supuesto no compareció en el juicio por estafa que se tenía que celebrar en enero de 2019. Y hasta hoy. La siguiente noticia fue que la lista de víctimas con alzacuello­s había crecido. La mayoría no han denunciado. «Sienten vergüenza pero nosotros solo somos víctimas».

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