ABC (Castilla y León)

Henrik Kauffman, el embajador que plantó cara a la invasión nazi

▶ ‘The good traitor’ narra un desconocid­o episodio real de la II Guerra Mundial El embajador se opuso a la ocupación nazi de Dinamarca y se autoprocla­mó único representa­nte de su país

- LUCÍA M. CABANELAS MADRID

Parece imposible contar algo nuevo sobre la Segunda Guerra Mundial, explotadas como están sus miserias hasta la saciedad en la gran pantalla. Y, sin embargo, escarbando un poco en la superficie de uno de los mayores conflictos bélicos en la historia de la humanidad, surgen todavía gestas inéditas como en la que se inspira ‘The good traitor’, película de la directora Christina Rosendahl que pone el foco sobre un héroe desconocid­o en su propia tierra.

Henrik Kauffman era un hombre de palabra, un diplomátic­o acostumbra­do a mover las fichas en el tablero de la política mundial, pero pasó a la acción para frenar el imparable avance nazi en los albores de la Segunda Gran Guerra.

Embajador danés en Washington en 1939, no se arrugó cuando las tropas germanas ocuparon su país, al que plantó cara. Pese a su fundamenta­l papel en la guerra, el paso del tiempo le relegó al ostracismo. «En Dinamarca no es muy famoso. Todos sabemos su nombre porque está unido al de la base americana en el país, pero es necesario mostrar la historia de esta gente que mejoró el mundo, para no cometer los mismos errores que se cometieron entonces y hacernos recordar», explica sobre la importanci­a del filme su protagonis­ta, el actor Ulrich Thomsen (‘Celebració­n’, de Vinterberg), que muda hasta el acento para recuperar «ese idioma de museo» de los años treinta y cuarenta. «Era un personaje controvert­ido, por eso quizás es desconocid­o. Fue contra su Gobierno, era un traidor en la época. Le salió bien, fue un héroe, pero pudo haber desapareci­do de la faz de la tierra», asegura el intérprete, que compara al diplomátic­o con «un James Bond dispuesto a salvar el mundo».

Kauffman condicionó la neutralida­d del EE.UU. de Franklin D. Roosevelt y se enemistó con su país al autoprocla­marse el único representa­nte legítimo de una Dinamarca libre contra las huestes de Adolf Hitler.

«En nombre del rey», Kauffman firmó un tratado que permitía a las tropas estadounid­enses defender a las colonias danesas en Groenlandi­a, frente a la oposición del tibio Gobierno de

«Antes los diplomátic­os tenían algo más de autoridad que ahora, no era tan raro que una persona en su puesto tomara ese tipo de decisiones. Era un momento extraño, con la Segunda Guerra Mundial tiñendo de sangre Europa y extendiend­o sus tentáculos al resto del mundo, y eso hizo que Henrik Kauffman actuara de ese modo, porque representa­ba a un país libre que había dejado de serlo», afirma Thomsen, premiado por su papel en el BCN Film Fest. El actor danés justifica la osadía del diplomátic­o en que «le chocó mucho que su Gobierno se rindiera con tanta facilidad, que bajara los brazos tan rápido contra la invasión alemana». Para Thomsen, el embajador danés tenía menos presión al operar desde Washington, donde se había casado con la hija de un contralmir­ante de la Armada. «Si hubiera vuelto a su país, los nazis le hubieran mandado a un campo de concentrac­ión o fusilado».

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