La nueva guardia de Cristiano Ronaldo
▶ Portugal inicia la defensa del título agarrado a su estrella, pero con un equipo más competitivo que el que ganó en Francia
La lógica, si es que la hay, invita a pensar en que César Azpilicueta es el defensa más preparado para ocupar el lateral derecho, una posición que tenía que ser para Dani Carvajal o Jesús Navas si se atiende a la fase de clasificación. El primero está lesionado y el segundo se cayó de los elegidos sin que hubiese una aparente justificación, así que Luis Enrique optó por Azpilicueta y por Marcos Llorente, que no es precisamente un especialista. El capitán del Chelsea, sin embargo, aterriza en el equipo después de no contar para nada en las últimas citaciones, pero le avalan sus notables actuaciones en la Premier y en la Champions, impulsado además con un título histórico. «Tengo una espinita clavada de no demostrar con la selección mi nivel», aceptó ayer el defensa. Gayà y Alba compiten en la izquierda, siendo el valencianista uno de los jugadores más utilizados por Luis Enrique.
Centrales
El primer test de la selección hacia la Eurocopa no es cualquier cosa. Se le llegó a escapar a Luis Enrique en la rueda de prensa: «Los amistosos anteriores al debut nos gustaría que fueran partidos fáciles, pero...». Mandan los compromisos y la agenda, y esta dicta que España y Portugal cumplen 100 años desde que se enfrentaron por primera vez y que ambas selecciones caminan juntos para organizar el Mundial 2030. De ahí el amistoso, que contará en el palco con la presencia de Felipe VI y del presidente de la República portuguesa.
Llega al Wanda, por tanto, la actual campeona de Europa, agarrada una vez más a Cristiano Ronaldo y al humor que se gaste. La llegada de la estrella lusa a la selección marca un antes y un después. De ser un rival correoso, pero con cierta tendencia al catastrofismo, mutó en potente escuadra candidata a todos los títulos. En la pasada Eurocopa rompió su maldición, ganándole a la favoritísima Francia en su propia casa. Cinco años después presenta un equipo bastante superior a aquel, por lo que vuelve a estar entre los aspirantes. Se han caído definitivamente veteranos como Nani, Quaresma o Eder, el inesperado goleador en Saint-Denis. Pero sus recambios les superan en calidad. A Portugal le da para hacer dos equipazos completos, y aún le da para dejar fuera hombres tan prometedores como Trincao o el lesionado Pedro Neto.
Línea por línea, el nivel de Portugal llega a asustar, aunque nada da tanto miedo como su ataque. Cristiano, pese a los años y la mala temporada de la Juventus, se vuelve a llevar la palma con 36 goles en 44 partidos. Pero el 7 cada vez está más acompañado. Bruno Fernandes, 28 goles y 17 asistencias en el United, casi le iguala en rendimiento. Cierra este tridente de éxito André Silva, con 29 goles y 10 asistencias en 34 partidos con el Eintracht. Casi un centenar de dianas suman entre los tres este año.
«El cincuenta por ciento de los jugadores de la Euro 2016 no están aquí», decía ayer Fernando Santos, el técnico que llevó a Portugal a la cima. «En cuanto a calidad técnica puede haber equipos iguales, pero no sé si los habrá mejores que nosotros». Pocos jugadores hay tan cotizados hoy en día como los portugueses. Los 26 de la convocatoria se reparten entre las seis principales ligas: seis juegan en la liga doméstica, nueve en la Premier League, cuatro en la Liga, otros cuatro en la Ligue 1 francesa y dos en la Bundesliga. Falta Cristiano, el único que lo hace en la Serie A italiana.
La nómina de estrellas ofensivas se completa con Diogo Jota, Bernardo Silva y un Joao Félix que funciona mejor con su selección que con el Atlético. Portugal se felicita también por la recuperación para el centro del campo de Renato Sanches, aquel Golden Boy al que se le apagó la estrella al marcharse al Bayern con 18 años y que hoy, cinco años después, vuelve a ser tanteado por los grandes clubes de Europa tras destronar al todopoderoso PSG con el Lille. El flanco más débil de Portugal es el defensivo, e incluso ahí se ha agigantado la figura de Rúben Dias, otro central fichado por el City a golpe de talonario en el que sí ha confiado Guardiola.
Vuelve el público al Wanda Metropolitano, hogar del Atlético campeón y de la selección española en su primer amistoso de camino hacia la Eurocopa. Pocas noticias pueden resultar más ilusionantes, también para los jugadores, que poco a poco, escenario tras escenario, van recuperando la sensación de jugar con los gritos y el aliento de su gente. «Es algo que estábamos deseando todos», reconoció ayer Luis Enrique. «Será un momento espectacular. Llevamos año y medio sin aficionados en los partidos de casa. Incluso las dos veces que jugamos con público fuera la sensación fue positiva».
Habrá 15.000 espectadores en el coliseo rojiblanco, 7.000 menos de los inicialmente previstos. El cambio se produce tras un acuerdo de última hora alcanzado por la Federación con las autoridades, Comunidad de Madrid y Delegación de Gobierno. Más allá del número, la presencia de aficionados en las gradas da esperanzas tras un año especialmente horrible para el fútbol profesional. La última vez que España recibió el apoyo de su afición en un partido en casa fue en noviembre de 2019, precisamente en el Wanda (5-0 a Rumanía).
Los 15.000 espectadores suponen un 22 por ciento del aforo total del estadio, con lo que se garantiza mantener la distancia de seguridad que exige la pandemia. Todas las entradas vendidas son nominales, por lo que no podrá entrar nadie que no se haya identificado previamente. Será obligatorio también entregar un formulario de localización personal por si acaso se detectase un brote tras el partido.