El estafador de curas vuelve por segunda vez a la iglesia que timó hace tres años
▶ Con el ardid de la madre muerta soltó al cura: «Padre, ¿cree que ella irá al cielo?»
Al término de la junta de portavoces, el portavoz de Más País defendió que esa acusación es «falsa» y aseguró no tener ningún problema en colaborar con la Justicia en una futura investigación. «Yo, faltaría más, estoy a disposición para cualquier información oficial que se me requiera», señaló. La Policía da verosimilitud a la denuncia, que fue enviada a los juzgados de Plaza de Castilla con el atestado policial. Será en el juzgado donde se decidirá si al final se admite a trámite.
ABC intentó ponerse en contacto con su equipo a lo largo del lunes, cuando trascendió la información, para que aclarasen la situación. Pero no respondieron a los mensajes ni llamadas. Fue el propio Errejón quien quiso explicar ayer esta situación. Lo hizo en los siguientes términos: «Con esto voy a ser muy claro, a mí, como supongo que le pasa a muchas figuras públicas, me piden fotos con mucha frecuencia, casi siempre con buen ánimo y me las hago, y muy pocas veces son sin buen ánimo, a veces me las hago también, pero si estimo que la situación puede ser un poco incómoda, no me las hago; en este caso fue así. Las dos personas que me lo pidieron comenzaron a gritar y a insultarme, muchas veces me han preguntado en esta sala por si yo había vivido alguna situación desagradable y les he respondido que desgraciadamente va con el cargo, no suelo darle publicidad a estas situaciones, y como harían ustedes en este caso, imagino, lo que hice entonces fue marcharme».
En el atestado figura un parte médico y un visionado de cinco cámaras donde no se ve la agresión, aunque sí al diputado Errejón airado y «muy enfadado», según fuentes policiales. «Se ve que algo pasa, pero no se aprecia qué es exactamente», añaden. También las declaraciones de dos testigos: el acompañante del denunciante y otro ajeno a ellos que confirma la supuesta patada. El denunciante venía de tomar algo en un bar de la zona y se encontró con Errejón y dos personas que le acompañaban cuando se iban paseando de camino a sus casas.
Al margen de esto, la líder de Más Madrid y portavoz en la Asamblea autonómica, Mónica García, defendió ayer a su compañero. «Cualquiera que conozca a Íñigo Errejón sabe que lo que cuenta esta noticia es absolutamente imposible», señaló. «Ni yo conozco a esta señora ni te voy a ayudar», le dije. «Y se le cambió la cara, pero yo seguía sin reconocerlo. Pensé: ‘Este es otro que viene con el mismo cuento’». Andrés Nájera, párroco de Villacarrillo (Jaén) estuvo a punto de ser estafado el 20 de mayo. Lo sorprendente es que el presunto timador repetía víctima y lugar del delito: la parroquia de la Encarnación, adonde ya logró mediante engaño que Andrés y los miembros de Cáritas le dieran 130 euros el 30 de octubre de 2018. Esa fue su primera ‘gira’ por parroquias de la provincia. La segunda, la de mayo, en la que también estafó a varios curas y monjas utilizando la supuesta muerte de su madre en Barcelona, sola y abandonada.
Miguel Ángel C. S. de 36 años, cordobés, afincado en Elche (Alicante), lleva años viviendo del buen corazón de muchos sacerdotes y monjas, la caridad, y una cara de cemento. Le constan estafas en Castellón, Albacete, Jaén y Huelva, según adelantó ABC. Una de sus últimas ‘campañas’, que concluyó poco antes de la pandemia, le condujo a Asturias donde timó a párrocos de Cangas, Pravia, Llanes, Ribadesella, Gijón, Siero, Mieres y Llanera. Está, además, reclamado por varios juzgados para comparecer en Albacete, Cantabria, Córdoba, Huelva, Alicante, Vizcaya y Asturias.
El día después de estafar a Andrés en 2018, hizo lo mismo con Mariano Cabeza, párroco de Mancha Real, que sí denunció los hechos. El delincuente obtuvo 280 euros que sacó una responsable de Cáritas con su tarjeta. Al día siguiente de intentar engañar a Andrés, por segunda vez, hizo una ruta delincuencial por varios pueblos jiennenses, donde también obtuvo dinero con el ardid de la madre muerta en Barcelona.
«Es un jeta absoluto», cuenta Nájera, que se ordenó hace 30 años y se ha encontrado a unos cuantos mentirosos. «Llora, busca una dirección, te da el DNI, te firma un recibo… no solo eso: promete que lo va a devolver y aparece como un buen cristiano». La primera vez les pidió 300 euros para gasolina. Lo iba a llevar esa misma noche un amigo a Barcelona para hacerse cargo del cuerpo de su progenitora. La dirección que les dio, en la que supuestamente había vivido la familia, es una casa deshabitada.
Hace menos de tres semanas Andrés estaba visitando enfermos cuando su teléfono sonó una y otra vez. «Me llama un desconocido para pedirme cita en el despacho parroquial, llorando. A las cinco de la tarde se presentó». Antes, el individuo había llamado a la funeraria. Andrés no lo reconoció, más delgado y con menos pelo. Le insistió en si era cristiano incinerar a su madre. «¿Usted cree que va a ir al cielo?», le preguntó sin dejar de llorar. «Cuando me sacó la foto de su madre, supuesta feligresa mía a la que yo no había visto jamás, me mosqueé y ahí se marchó». En la puerta se cruzó con el responsable de Cáritas, que sí lo reconoció. Unas horas después dio otro sablazo a 40 kilómetros.