Prisión para el bróker que estafó a 600 personas en criptomonedas
▶ La Audiencia Nacional le imputa por una macroestafa que supera los 280 millones Tendrá que comparecer ante el juez para prestar declaración cuando sea trasladado desde Málaga a una prisión en Madrid
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, acordó ayer enviar a prisión provisional al bróker Javier Biosca, que pasó a disposición tras ser detenido en Málaga y al que se imputa una macroestafa con criptomonedas por encima de los 280 millones de euros que habría dejado ya cerca de 600 víctimas identificadas.
Según informaron en fuentes jurídicas, durante la comparecencia, que se produjo por vía telemática desde un juzgado de Torrox, el juez informó a Biosca, que estaba en busca y captura hasta su detención, de los hechos que se le imputan en la Audiencia Nacional, donde dos querellas aglutinan a cerca de 600 perjudicados por el negocio que montó a partir de inversiones y desinversiones en moneda digital. En la misma comparecencia, durante la que no se le tomó declaración, se celebró una vista de medidas cautelares al cabo de la cual el instructor acordó prisión provisional por riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
Ahora, será trasladado a una cárcel más cercana a la Audiencia Nacional, donde ya constan como investigados su hijo y su mujer, y será citado a declarar, ya sí, con el abogado que designe. En esta primera vez ante el juez iba acompañado por uno de oficio que desconoce las actuaciones, de acuerdo con las fuentes consultadas.
Las acusaciones que ejercen los letrados Emilia Zaballos y Juan Carlos Gómez de León, de Gran Vía Advocats, en nombre de la Asociación Afectados Criptomonedas y de otros damnificados, habían solicitado esta medida cautelar. Además, han instado a la Audiencia Nacional a proceder al bloqueo inmediato de las cuentas y carteras de Biosca para permitir su aseguramiento de cara a la responsabilidad civil, pero aún no se ha acordado.
El bróker, que ya estaba siendo investigado en un juzgado de Galicia, es objeto de una macrocausa en la Audiencia Nacional desencadenada por las querellas de estas dos acusaciones, la última del pasado mes de marzo, que detallan cómo a partir de 2019 levantó un negocio de inversión en criptomonedas basado en un algoritmo que, aseguraba, le permitía calcular exactamente el mejor momento para realizar movimientos y así obtener rentabilidades por encima del 34%.
Establecido en un pueblo de Toledo, Biosca comenzó captando a personas de su entorno, a quienes se daba una rentabilidad de hasta un 25%; el resto, eran beneficios. El sistema era informal, se comunicaba con sus inversores por whatsapp semanalmente ofreciéndoles reinvertir o recuperar el dinero y nunca llegó a contar con la estructura propia de un negocio de este tipo, si bien consta a su nombre una sociedad radicada en Gran Bretaña. Al principio, cumplía, y los primeros inversores obtenían pingües beneficios. El boca a oreja hizo el resto y la leyenda de Biosca se extendió incluso fuera de España. Contó además con un pequeño grupo de comerciales que cobraban un fijo establecido y desvinculado de la rentabilidad que obtuviesen los inversores captados porque, según informaron en fuentes jurídicas a ABC, no quería dar la clásica imagen de las estafas piramidales. Eso es lo que la Audiencia Nacional investiga que fue su negocio de moneda digital, habida cuenta de que a partir de otoño de 2020 dejó de cumplir con los inversores y el sistema colapsó.
Para entonces, su estilo de vida distaba mucho del que llevaba en sus inicios en el pueblo de Fuensalida y aunque todo estaba en régimen de alquiler, según las fuentes consultadas, no por ello era menos ostentoso. Su última residencia conocida está en una exclusiva urbanización con campo de golf en Marbella.
No tienen ese nivel los perjudicados que ya constan en la Audiencia Nacional y que, aunque con perfiles variados, son en su mayoría personas trabajadoras que metieron en criptomonedas el poco ahorro que tenían al ver que a otros les iba bien.