Pedro Castillo pide calma a los suyos mientras Keiko Fujimori habla ya de fraude
▶ En 2016 la hija del expresidente no admitió su derrota frente a Kuczynski
constataba Morales: pasar de una alineación con Washington a un entendimiento con Rusia, Irán y China en la parte de inversiones y comercial.
En Washington esta nueva realidad preocupa, y mucho. Sobre todo, el uso de Venezuela y su influencia regional con el apoyo a movimientos de izquierda en países vecinos. El último informe oficial sobre las amenazas a las que se enfrenta EE.UU. este año, publicado por la inteligencia en abril de 2021, constata abiertamente: «En el continente americano, Rusia ha estrechado sus lazos con Venezuela, apoya a Cuba, y emplea la venta de armas y los acuerdos energéticos para tratar de mejorar su acceso a los mercados y recursos naturales en América Latina».
En una reciente intervención en el Capitolio, Paula J. Dobriansky, reconocida funcionaria y diplomática estadounidense y experta en seguridad nacional y gobernanza, denunció el uso espurio que Rusia e Irán efectúan del descontento social en Iberoamérica. «Campañas rusas de desinformación e interferencia electoral han apuntado a Colombia. A fines de 2019, la vicepresidenta colombiana Marta Lucía Ramírez denunció que Rusia y sus aliados en Venezuela promueven protestas a través de campañas en redes sociales», dijo Dobriansky. «Esa campaña se había puesto en marcha no solo en Colombia, sino en América del Sur, incluidos Chile, Bolivia y Ecuador. Al socavar las democracias en la región, Rusia y China buscan crear inestabilidad en nuestro vecindario», añadió.
El profesor Pedro Castillo pidió a sus seguidores mantener la calma hasta que se cuente el último voto en Perú en un breve mitin desde un balcón en una casona en Lima, mientras su contendiente en la segunda vuelta, Keiko Sofía Fujimori, lanzó denuncias de fraude.
«Perú necesita que sus hijos le rescatemos. Gracias por poner el hombro, tenemos que ser respetuosos de la voluntad popular. Seré el primero en hacerlo», dijo Castillo. Mientras, Keiko Sofía Fujimori avanzaba en su denuncia de irregularidades: «Nos preocupa y creemos importante evidenciarlo y convocamos a los ciudadanos para que nos ayuden».La candidata expuso una supuesta estrategia para «para distorsionar o dilatar los resultados que reflejen la voluntad popular». «Me estoy refiriendo al proceso de impugnaciones de actas, donde la mayoría, sobre todo, tratan de evitar que las actas con mayor votación para Fuerza Popular no sean contabilizadas», añadió.
Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), al 97.8% Pedro Castillo tenía anoche 69.792 votos más que Keiko Sofía Fujimori. «Donde los líderes llaman a la tranquilidad, a la espera serena, existen otras fuerzas escondidas, ocultas, que lo que hacen es todo lo contrario: llamar a la zozobra», dijo ayer el presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Jorge Salas Arenas.
«De modo extraordinario la deliberación de actas impugnadas (que ascienden a 461) en su institución se realizará de manera pública. La voluntad de fraude está en la febril imaginación de alguien», señaló la máxima autoridad electoral de Perú.
Por su parte, el gerente general de Intarget, Mauricio Saravia, dijo a ABC que «es muy probable que Pedro Castillo se mantenga por delante de Keiko Sofía Fujimori, porque no todos los votos de las 461 actas que han sido impugnadas irían a un solo candidato. Y además algunas actas (que tienen en promedio 200 votos) serán anuladas porque para eso es el proceso».
El izquierdista parece un cachorro bolivariano, pero es una incógnita hasta que empiece a gobernar
Entre tanto, Castillo trata de ahuyentar los temores a un exceso de radicalismo en materia económica con las primeras designaciones para su equipo. «Vamos a respetar las inversiones españolas y toda la inversión extranjera, se respetarán las leyes tributarias, va a haber libertad cambiaria, se va a poder invertir con tranquilidad en el Perú», dijo a ABC Pedro Francke, integrante de la alianza de Nuevo Perú y flamante jefe del plan económico del equipo de Pedro Castillo.
«No habrá expropiaciones ni nada parecido. Buscaremos que las empresas mineras paguen más impuestos, porque el cobre y el zinc están en un gran crecimiento y buscaremos cambiar los contratos con las empresas de gas porque buscamos que llegue a todos los peruanos», expuso Francke. «En los primeros 100 días queremos ayudar a que se recupere 2.2 de millones de empleos que se han perdido durante la pandemia», concluyó.
Según la analista Giovanna Peñaflor, la actitud de Keiko Sofía Fujimori refleja «no haber aprendido nada como líder de la oposición en los últimos cinco años».
Durante la segunda vuelta, Keiko Sofía Fujimori firmó un juramento en Arequipa, al sur de Perú, donde realizó una autocrítica como jefa de la oposición al entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-18) y Martin Vizcarra (2018-2020) diciendo. «Reconozco que mi partido y yo no estuvimos a la altura de las circunstancias. Los errores cometidos, la injusta prisión que he vivido me han dejado una profunda lección, es por eso que sin ninguna excusa hoy pido perdón», dijo Fujimori, en la ceremonia que selló la reconciliación con el excontendiente de su padre Alberto Fujimori en 1990 y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. La líder opositora prometió reivindicarse «con el lenguaje de los hechos» ante los que dudaban de su candidatura.
En 2016, Keiko Sofía Fujimori no aceptó haber perdido por más de 40.000 votos frente a Pedro Pablo Kuczynski y durante la segunda vuelta reconoció que «debió haber pedido un recuento de los votos» frente a PPK y «realizar una oposición más leal». También el 2011, perdió frente a Ollanta Humala por medio millón de votos.
EL EQUILIBRIO del escrutinio en Perú tiene las horas –o minutos– contados. Todo parecería indicar que Pedro Castillo conquistó la Presidencia y Keiko Fujimori se quedó a unas décimas. Pero la magia existe y en los Andes todo es posible, aunque parezca improbable. Dicho esto, me inclino a pensar que «el profesor», tiene esta carrera en las urnas ganada. Otra cosa será cómo –y cuándo– va a terminar un maratón de Gobierno de cinco años. El Perú eligió entre dos males de difícil remedio. Conviene recordar que en primera vuelta no hubo un candidato con apoyo significativo. Es decir, que el presidente -salvo la resurrección de Keikoserá un hombre de minoría y la mayoría, está furiosa, hambrienta y con demasiados muertos en poco tiempo. La pandemia y la corrupción se han llevado por delante a varios mandatarios, incluido a Alan García, genio y figura hasta para pegarse un tiro, camino del cementerio que era para él la comisaría.
Castillo, a primera vista, parecería un cachorro de la camada bolivariana con un discurso disparatado. Entre la pachamama, la escuela y el lapicero de cartón, daría la impresión de que se le han mezclado los apuntes y no termina de entender cómo es el orden y la formulación de los temas de Estado para sobrevivir (en condiciones) él, los tres millones de parados y el tercio de pobres que no aguantan más miseria. Terminada la campaña empezará la gestión y aquí es donde surgirán los problemas de verdad. Si nos atenemos a las palabras previas del señor del sombrero vaquero, no van a faltar conflictos dentro y fuera de Perú, pero el peso de las palabras también puede ser leve. Evo Morales fue un maestro en crearlas, destruirlas y transformarlas a su conveniencia. Dicho de otro modo, en cantinflear para hacer, en economía, lo contrario de lo que dijo que haría. Bolivia eso sí se lo debe. El resto de la deuda de autoritarismo y asalto a la democracia pertenece al eterno jefe de los cocaleros. Pedro Castillo será, pese a todo, una incógnita hasta que no empiece a gobernar. José ‘Pepe’ Mujica, el guerrillero, el «zurdo», el «demonio rojo», fue otro en la Presidencia.