El Ejército alemán ve desfasado el futuro avión de combate acordado con Francia y España
▶
desde un punto de vista técnico y económico». El documento, cuyo contenido publica el semanario alemán ‘Der Spiegel’, afirma que el acuerdo, en su forma actual, «no está listo para ser firmado». Existe un «riesgo significativo de que las tecnologías críticas no se desarrollen lo suficiente», advierte, «no a tiempo o no lo suficiente». Y en cualquier caso, los «enfoques tecnológicos innovadores» son «apenas reconocibles», por lo que hay serio riesgo de «que las tecnologías esenciales no se consideren en absoluto o solo se consideren en fases posteriores en las que no sean viables ya desde el punto de vista financiero».
Tras meses de disputas, Alemania, Francia y España acordaron cómo proceder con Sistema de Combate Aéreo del Futuro (FCAS) a mediados de mayo. Hay mucho en juego: dinero, empleo y la influencia de Europa en el mundo. En particular, la entrada de España en el proyecto franco-alemán como socio igualitario complicó las negociaciones y, temiendo un atasco, los gobiernos dieron a las empresas implicadas apenas unas semanas para presentar un proyecto aceptable para todos que poder
presentar públicamente cuanto antes. Así lo hicieron Merkel y Macron, pero cuando el diputado francés Eric Trappier hubo de explicar los detalles en sede parlamentaria ya pasó evidentes apuros y ahora el Ejército alemán señala que las «estructuras y reglas» del acuerdo «no son del interés alemán y satisfacen casi exclusivamente las posiciones francesas».
Otro informe del Ministerio de Defensa alemán llega a una evaluación similar sobre el «fuerte posicionamiento francés» y no prevé que se alcance el objetivo de «desarrollar un avión de combate de sexta generación». Coincide en que lo que se hará, disfrazado de una innovación inexistente, es un «enfoque Rafale Plus con fondos presupuestarios alemanes y españoles». El acuerdo para lanzar los contratos de estudio del (FCAS) prevén que un preprototipo esté listo en 2027. Estos estudios, llamados de ‘fase 1B’, suponen 3.500 millones de euros hasta 2024, y se reparten y financian a partes iguales entre los tres países. Más que un avión de combate de nueva generación, se trata de un «sistema de sistemas» que gira en torno al avión con drones de acompañamiento, todo ello conectado por una «nube de combate» con los demás medios militares que participan en una operación.
El acuerdo era imprescindible para asegurar el futuro del programa en los próximos años y que lo aprueben los diputados alemanes antes de que la canciller Merkel abandone el cargo tras las elecciones de septiembre. Y la nueva legislatura añadirá incertidumbre, puesto que Los Verdes, segundo en las encuestas, tienen muchas opciones de entrar en el gobierno y vetar el proyecto. Aun así, la ministra francesa Florence Parly espera firmar los contratos con los fabricantes «a finales del verano».