El veto a los puertos españoles en la OPE costará 500 millones y miles de empleos
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la pandemia puso punto y aparte a años de crecimiento exponencial en viajeros.
Una de las principales empresas que cruza el estrecho en ferri, Baleària, que cubre las rutas Algeciras-Tánger y Almeria-Nador, aún no hace previsiones sobre este año, pero estima que en 2020 la caída del pasaje fue del 81% en las rutas implicadas por los cierres de las fronteras con Marruecos y las restricciones a la movilidad entre la Península y Ceuta y Melilla. «Desde el inicio de la pandemia solo hemos realizado nuestras conexiones con mercancías y con algunos viajes de repatriación de pasajeros puntuales en la primera ruta», dicen en Baleària.
Al igual que este año (al menos, por el momento) los dos puertos europeos elegidos por Rabat para llevar a cabo el tránsito que comienza el próximo martes son los de Sète en Francia y Génova en la región italiana de Liguria.
El primero, un punto de origen al que se adaptó la naviera en julio del año pasado para satisfacer la demanda, aunque más contenida también por el alto precio de sus pasajes que llega a superar los mil euros por vehículo y cerca de cuarenta horas de trayecto, cuando cruzar el estrecho de Gibraltar apenas alcanza los 250 y lleva una hora de reloj.
Ahora, el sector espera una rectificación del Gobierno de Rabat. «Estamos permanentemente en contacto con las autoridades marroquíes, para adecuar sus servicios a las limitaciones vigentes en el tráfico marítimo», explican desde Baleària.
La decisión de Rabat se produce en el marco de la crisis bilateral provocada por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que tuvo como primer episodio la entrada masiva de miles de inmigrantes a través de Ceuta con la laxitud de las autoridades marroquíes.