Patrimonio protege los tapices de las palomas dos meses después
▶Instalan ultrasonidos para ahuyentar a las aves horas después del reportaje de ABC sobre el riesgo que suponían ▶Los animales han permanecido desde abril en la galería donde se exponían las valiosas telas que adquirió Felipe II
Patrimonio Nacional instaló ayer dos dispositivos emisores de ondas ultrasónicas con el objetivo de ahuyentar a las palomas que se cuelan en la galería del Palacio Real donde están expuestos los valiosos tapices de Rafael, horas después de que ABC informara de la presencia recurrente de estas aves desde hace dos meses a escasos centímetros de las valiosas telas del siglo XVI. Según informó la institución, estos dispositivos tienen 500 metros de alcance y cubren toda la galería con ondas no perceptibles para el oído humano pero que sí ejercen un efecto disuasorio para las palomas.
En la nota difundida, Patrimonio Nacional dice que la «mayor presencia de palomas» se detectó hace unos días, pese a que fuentes de la Dirección de Colecciones Reales reconocieron a ABC que a principios de abril, cuando decidieron prorrogar la muestra hasta el 4 de julio, ya había palomas, y que su presencia fue más habitual hace unas semanas por una plaga.
El 8 de abril participó el dramaturgo Lluis Pasqual en una visita guiada y relata a ABC cómo se sintió «muy sorprendido» al ver las palomas junto a los tapices. «Había dos ingleses que las filmaron, yo no me atreví. Me quedé de piedra. No es normal, es una exposición de algo muy delicado», recuerda.
La institución insiste en su nota en que los tapices no han sufrido ningún tipo de daño, tal y como han constatado conservadoras de Colecciones Reales, pero unas horas antes desde la Dirección no se atrevían a garantizarlo al cien por cien. Como demuestran las imágenes publicadas por este diario, las palomas no solo se pasean junto a las telas o defecan en el suelo, sino que se apoyan en los ristreles que desde arriba sujetan los tapices. Y no será hasta el 4 de julio, el día que se cierre la exposición y se desmonten las piezas, cuando se podrá comprobar meticulosamente si en efecto no hay guano de paloma en ellos.
Guías, vigilantes y visitantes de la exposición ‘Rafael en Palacio. Tapices para Felipe II’ llevan denunciando desde hace al menos dos meses la presencia de palomas en el interior de la galería donde se exhiben nueve telas que datan del siglo XVI y que, hasta ahora, gozaban de un estado de conservación óptimo. El estado de estas réplicas que Felipe II adquirió cuando aún era Príncipe es incluso mejor que la serie original que Rafael concibió para vestir la Capilla Sixtina. Pero algunas voces se atreven a calificar de milagroso que no les hayan caído durante las pasadas semanas deposiciones y que, por ello, el ácido esté impregnando la lana y la seda que los maestros bruselenses tejieron en sus talleres hace quinientos años.
Lo que en Patrimonio Nacional tienen claro es que la exposición seguirá abierta hasta el día 4 de julio, la fecha prevista de cierre. Y desde Colecciones Reales fían la seguridad de los tapices renacentistas al sistema de ultrasonidos que se instaló ayer, a reducir el tiempo de apertura de las ventanas para ventilar las instalaciones y a la vigilancia de los restauradores. Según afirman, tienen una larga experiencia en la casa y son capaces de apreciar desperfectos minúsculos. Esta vigilancia se ha reforzado con revisiones hechas con prismáticos. Otros técnicos han revisado las cornisas.
Estas medidas no se pusieron sobre la mesa hasta una reunión celebrada hace tres semanas, a pesar de que cuando a primeros de abril prorrogaron la exposición eran conscientes de que había palomas en el recinto. En dicha reunión, Patrimonio Nacional
convocó al departamento de arquitectura para tratar el problema con empresas especializadas en el control de plagas y se plantearon alternativas como instalar redes en lo alto de las ventanas o las ondas ultrasónicas.
Finalmente, optaron por «una apertura controlada de ventanas que permite una correcta ventilación de la galería para garantizar la seguridad de