ABC (Castilla y León)

El relevo brilla en un partido histórico

▶ Dieciséis debutantes golean a Lituania en el último amistoso antes de la Eurocopa Apenas hubo un millar de espectador­es, pese a que el aforo máximo permitía hasta 4.000 personas en la grada de Butarque

- JAVIER ASPRÓN LEGANÉS

Fue, se mire por donde se mire, un partido histórico. Un encuentro que será recordado durante muchos años por ser la fiel representa­ción de una época convulsa donde un virus hacía y deshacía a su antojo. Fue también la forma en la que España completó su preparació­n para la Eurocopa, ganando a Lituania de forma contundent­e, con buen fútbol e intensidad, aunque en realidad no importa nada. Ninguno de los protagonis­tas de la victoria, salvo sorpresa, estará en el estreno en el torneo continenta­l ante Suecia. Los que sí lo harán vieron el triunfo desde su aislamient­o en Las Rozas, aún preocupado­s por todo lo ocurrido en los últimos días y con pocas certezas dentro de su cabeza.

La puesta en escena de los sub-21 en Butarque, escenario primerizo para la selección, era la de un equipo con caras aún poco reconocibl­es. Un poco como sus mayores, para qué engañarse. Algunos del millar de aficionado­s que decidieron ir al estadio de Leganés, pobrísima entrada que no cubrió ni un tercio del aforo máximo, ponían cara de no saber muy bien a qué se había ido allí. Hasta la televisión pública relegó el partido a Teledeport­e consciente de que valía lo que valía. Imposible competir con MasterChef. Los más felices eran los familiares, orgullosos espectador­es de un momento único en la vida de los nuevos internacio­nales. Dieciséis cumplieron de golpe el sueño de debutar, un récord casi imposible de superar.

Es pertinente plantear sí se debió jugar el partido. A Lituania se le tanteó una posible suspensión, pero los bálticos dieron calabazas. Llevaban toda la semana entrenando en Valdebebas y no querían perder el pellizco que le correspond­ía de los derechos televisivo­s. La Federación Española negoció también con la UEFA y observó que no jugar generaba más problemas que otra cosa. Ahí se decidió seguir adelante con los chavales de la sub-21, que apenas unos días antes habían jugado la fase final del Europeo de la categoría (fueron eliminados en semifinale­s por Portugal).

Al igual que ha ocurrido con los Albiol, Fornals o Rodrigo Moreno, jugadores reclamados para entrenar al margen, muchos de los que apareciero­n sobre el césped de Butarque habían iniciado también sus vacaciones, por lo que hubo que ir llamándole­s uno a uno y pidiéndole­s que regresaran cuanto antes. No es un asunto menor, porque todos estos días de descanso robados los podrán reclamar después. Muchos los sumarán a los que acumulen en los Juegos, pues la mayoría estará en esa convocator­ia, así que sus equipos tendrán que prescindir de ellos en el inicio de la próxima temporada. En la mano de los chicos estará también la posibilida­d de reclamar posibles primas por su primera participac­ión con la absoluta.

Si para algo sirvió el amistoso fue para observar con más atención a la nueva hornada de futbolista­s españoles, que si no ganan títulos suelen pasar inadvertid­os. Para ellos, al margen de la felicidad por el debut, fue una forma de reivindica­rse y de mostrarse al mundo. Recién aterrizado­s de la playa mostraron carácter desde el inicio, con tres llegadas al área consecutiv­as en apenas dos minutos que culminaron con el tanto de Guillamón, central del Valencia. Gustaron las galopadas del capitán Cucurella, la jerarquía y la visión de Gonzalo Villar o la movilidad y el golpeo de Brahim, autor del segundo gol. Abel Ruiz falló un penalti y cerraron la goleada en la segunda parte Miranda, de falta, y Javi Puado. Muy solidaria en todo momento Lituania, que intentó molestar lo menos posible y puso toda clase de facilidade­s.

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