ABC (Castilla y León)

«Lo peor para un país es que haya una guerra civil»

- ROSA ÁLVAREZ LEÓN

n acto en el Parador de San Marcos de León sirvió ayer para echar la vista atrás, para recordar los años en los que este hotel, hoy de categoría «gran lujo», no recibía turistas, sino presos. Tras sus muros ocurrieron «calamidade­s»y sus ocupantes compartier­on «sangre, sudor y lágrimas». San Marcos fue un campo de concentrac­ión durante la guerra civil española y el último supervivie­nte de esta época, Josep Sala, de 101 años, volvió a cruzar sus puertas este martes para participar en un sentido ejercicio de «memoria», de homenaje a los más de 20.000 prisionero­s que, como él, estuvieron encerrados en este edificio en algún momento de sus vidas.

Desde su experienci­a, Sala lanzó un mensaje a los actuales dirigentes, a los que aconsejó actuar con «cordura y

Usensatez», porque «si una guerra es funesta, una civil es tremenda. Lo peor que puede pasar en un país es una guerra civil», dijo. Procurando evitar que se repitan errores pasados hizo extensible­s sus palabras a «la gente joven y a las generacion­es venideras», para que sean consciente­s de que «las guerras no llevan a ningún sitio».

Tras un mes recluido en San Marcos, entre julio y agosto de 1936, el abuelo del expresiden­te del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue fusilado en Puente Castro. Para contar su historia y honrar la de quienes compartier­on similar destino, el exdirigent­e tampoco faltó a este homenaje. Su abuelo tenía sólo 43 años cuando se despidió de su familia con una nota: «Moría inocente y perdonaba» y pedía a los suyos que perdonaran también porque «su único credo consistía en un ansia infinita de paz», afirmó Rodríguez

Zapatero, quien destacó que «no hay historia sin memoria y no hay democracia sin recuerdo justo». «Vuestra dignidad no fue en balde, vuestra memoria está en nosotros y en los valores de la democracia, de la reconcilia­ción y de España», afirmó en su visita a su ciudad natal con el deseo de que la nueva Ley de Memoria Democrátic­a «pueda cumplir el objetivo de tener un censo nacional con todas las personas que sufrieron víctimas de la dictadura y la guerra».

Óscar López, presidente de Paradores, valoró este acto como un reconocimi­ento a quienes como Sala «vivieron lo que vivieron en estas cuatro paredes». «En Paradores no se oculta» y para «poner en valor la España de hoy» consideró necesario tener este recuerdo. Además, la red hotelera ha preparado un ‘podcast’ y colocará unas placas conmemorat­ivas que «explican con toda transparen­cia la historia» del Hostal.

Junto a ellos estuvieron presentes en este acto el poeta Antonio Gamoneda, que remarcó que «hay una España trágica que todavía extiende su sombra sobre nosotros»; el también poeta y director del Instituto Cervantes Luis García Montero, que donará libros a la biblioteca de San Marcos y que re refirió a la democracia como «una manera de entender el orden al servicio de la convivenci­a y la hospitalid­ad y no al servicio de la represión», o los escritores y periodista­s Carlos Hernández y Olga Rodríguez. Para el primero este martes se dio «un paso más» para «conocer la historia real de San Marcos, muy conocida en León pero muy desconocid­a en el resto de España», mientras que la segunda hizo hincapié en que «la reivindica­ción de las víctimas mejora un país» que sería «indigno» si «nadie hubiera luchado contra el golpe de estado».

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