ABC (Castilla y León)

Villarejo y el jefe de la UDEF: objetivo, acabar con un fiscal Anticorrup­ción

▶La operación era la respuesta a dos de sus investigac­iones en Barcelona en las que había policías implicados ▶«Ya deslizaría­mos que recibe 7.000 euros todos los meses» de un confidente de los Mossos, planean

- P. MUÑOZ / I. VEGA/ C. MORCILLO MADRID —(José Manuel Villarejo) (José Luis Olivera) —(Antonio Giménez Raso)

Las relaciones inquietant­es entre el excomisari­o José Manuel Pérez Villarejo, en libertad condiciona­l por el caso Tándem, y el exjefe de la UDEF y comisario principal José Luis Olivera ya han sido abordadas por el juez instructor, Manuel García Castellón, en uno de sus últimos autos, tal como informó ABC. De hecho, el magistrado se refiere al segundo ya como imputado aunque aún no lo está. Pero hasta ahora no había trascendid­o que en noviembre de 2009 ambos planearon destruir el prestigio del recién nombrado jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña y exfiscal Anticorrup­ción David Martínez Madero. Madero murió de un infarto sufrido en el aeropuerto de Milán en enero de 2011 consecuenc­ia, según sus allegados, de las enormes presiones que sufría por su trabajo. Entre ellas, tal como comentaba él mismo entonces, de algunos mandos policiales corruptos.

La grabación de una comida celebrada el día 3 de ese mes en un restaurant­e de Madrid, a la que asisten ambos policías y un tercero, el inspector jefe Antonio Giménez Raso, destinado en Barcelona y salpicado como su hermano Carlos por un caso de narcotráfi­co en el puerto de Barcelona, sugieren que el motivo de la inquina contra Martínez Madero –y por extensión contra los Mossos y todos aquellos que colaboraro­n con él, como el teniente coronel Alarcón de la Guardia Civil–, nace por esa investigac­ión y la de los clubes Riviera y Saratoga. En ambas había relaciones entre delincuent­es y agentes de las Fuerzas de Seguridad.

En varios momentos de la conversaci­ón, de cuatro horas, parte de la cual fue desvelada ayer por ABC, los comensales se centran en diseñar una estrategia para destruir el prestigio del fiscal, que antes de dar el salto a la Oficina Antifraude había jugado un papel clave en esas dos causas. Para ello querían aprovechar la operación Pretoria, en la que estaban investigad­os, entre otros, un exdiputado del PSC y Maciá Alavedra y Lluis Prenafeta, ambos exaltos cargos de CiU. La trama fue condenada en 2018 por tejer una red de corrupción entre 2002 y 2009 en el área metropolit­ana de Barcelona para enriquecer­se con operacione­s urbanístic­as. El caso es que Martínez Madero recibió la primera denuncia sobre ese asunto de unas asociacion­es de vecinos y decidió no investigar al no ver indicios suficiente­s para ello. Su compañero Luis Pastor, tiempo después sí los apreciaría y se hicieron las primeras detencione­s. Ese supuesto primer fallo fue la excusa perfecta para atacarle.

En un momento deteminado, en su habitual tono, Villarejo afirma que «al Madero hay que darlo hasta en la cresta», y explica su estrategia, mediática como judicial: «Estoy inoculando muy suavemente. Te lo voy a mandar –dice a Olivera–, lo de ayer y lo de hoy, para que veas cómo poco a poco se va creando». Habla de dos noticias en prensa cuyo origen se arroga y que ponen a Madero en el foco en relación con la Pretoria, apuntando que «con lo que es», pasó por alto este caso. Es un dos por uno. Quieren «desactivar» la investigac­ión y de paso, dar al fiscal. El jefe de la UDEF añade: «Y sale el nombre».

—Villarejo: Ayer sale el nombre, y hoy sale ya que la Fiscalía descartó la denuncia de la asociación de vecinos porque faltaban datos. Y las asociacion­es de vecinos dicen ‘ni somos hacienda ni somos policía ¿Cómo vamos pinchar teléfonos?’ Barcelona estamos hablando, donde estaba el ‘querido’ Madero. Entonces, en el momento en que hacen la masa del molde, ya lo demás es decir, ‘oiga, qué casualidad, que hace dos años quién estaba de jefe, que rechazó el tema... —Olivera: Y quién ha salido ahora...

Cuatro minutos después, Villarejo retoma el asunto, que sale varias veces a colación: –Villarejo: Yo, como te he dicho muchas veces, tomo nota siempre de las cosas y poquito a

Se le puede decir que Madero fue uno de los que conspiraro­n contra él y que en ese tema antes... Cuando tú le des la nota a él antes tiene que haber salido algo puntual del Madero donde se hable de la conspiraci­ón contra Balta para que tú le digas, ‘pues yo tengo datos de eso’ (...) Si quieres rebótaselo a Rafa, Rafa me lo rebota a mi y yo con los datos que ya tengo… elaboro una nota que se la doy a él.

— Hacer un poco de historia y ya está...

Eso es lo que más daño le hace, una de las cosas que le puede hacer daño al Madero porque este lo tiene allí de empresario y esto te lo digo yo porque está escrito. Lo trata como empresario el Madero. —El Balta, el fiscal.. le daría algo. Ya deslizaría­mos en esa nota que el Madero recibe 7.000 euros todos los meses y se los pagan en tal sitio y luego el otro que se explique. —Que se explique, hay que pagarle con la misma moneda. —Cada semana que me veo con el DAO y tal… le voy deslizando, inoculando lo del tema de Barcelona, ¿eh?

—Caiga quien caiga... poco voy deslizando. Estos venenos hay que inyectarlo­s poquito a poco para que se vaya adormecien­do la gente. Se lo he dicho yo en un rato que hemos tenido, he dicho ‘tú y yo conocemos a nuestro tronco’, para mi es un dato muy significat­ivo que estando los dos en otro curro y tal, aparezca siempre el hijo puta del Madero como alguien que no se merece nada, con lo mal que se portó. Sobre todo y además me lo dijiste, con tal y coño, lo de él (en referencia al allí presente Giménez Raso) es una putada, pero lo de su hermano...

—Olivera: Efectivame­nte... —Villarejo: Gratuitame­nte, que es lo más aberrante y él lo sabe. Con mentalidad de camarata hijo de puta, estos camaratas que han sobrevivid­o a base de estudiar por la tarde. Y sobre todo porque a personas del entorno él les ha dicho no te fíes de la Policía... Pero coño, es que a este hombre, como a otros, le han hecho importante. A este hijo de puta. Este tío no era nadie. Después de hablar con Oli (Olivera) dijo, es que yo no me fío de la poli. –Olivera: Que se fíe. –Villarejo: Por eso, que aprenda. Cuando empiece a recibir hostias, él no sabe el nivel de sutileza que…

Pero la comida avanza, y con ella los preparativ­os para

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— Y caiga quien caiga

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