ABC (Castilla y León)

El verano comienza con más contagios, pero con menos riesgo

▶ Los indicadore­s son peores que en 2020, pero el 25% de los españoles son inmunes De animar a los españoles a salir, a culparlos

- LUIS CANO MADRID

El verano de 2020 comenzó con alivio. Después de dos meses de confinamie­nto estricto y en medio de una desescalad­a gradual, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sentenció aquel 10 de junio en el Congreso: «Hemos vencido al virus». En días posteriore­s llamó a los españoles a «salir a la calle y disfrutar de la nueva normalidad». Los epidemiólo­gos detectan ahora una dudosa euforia veraniega similar, y piden todavía cautela. Los indicadore­s son hoy peores que hace un año, aunque el contexto sea diferente, con la población mayor inmunizada y el avance de la vacunación.

Desde el anuncio de la victoria sobre el virus, ha habido 51.000 muertos en España, de los 80.501 de toda la pandemia. Tras aquel discurso del 10 de junio han pasado por la UCI 25.000 personas del total de 35.000 desde que entró el Covid; y 254.000 han sido hospitaliz­adas del total de 364.000 desde el inicio de la pandemia.

El día del discurso de la victoria contra el coronaviru­s, hace ya un año, la incidencia acumulada era de 10,66 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El Ministerio de Sanidad comunicó entonces 40 fallecidos en los últimos siete días, aunque la revisión posterior de las cifras elevó el número de decesos a 194 aquella semana. En las anteriores 24 horas, 40 personas fueron hospitaliz­adas.

Un año después, los indicadore­s epidemioló­gicos son peores. La incidencia acumulada está multiplica­da por diez, 108,46 casos por cada cien mil habitantes en los últimos 14 días. En la última semana han muerto 109 personas, a falta de la posterior revisión de los datos. Y en las últimas 24 horas han hospitaliz­ado a 348 personas, nueve veces más que en la misma fecha del año pasado.

El contexto, no obstante, es diferente. Uno de cada cuatro españoles ha recibido la pauta completa de la vacuna contra el coronaviru­s, nueve de cada diez mayores de 50 años tiene al menos una dosis, y más de la mitad la vacuna completa. Los mayores de 70 años, la población más vulnerable al Covid19, está inmunizada al cien por cien.

«La trascenden­cia clínica de las infeccione­s es mucho menor porque los vulnerable­s están bien protegidos. Se está tolerando porque no es lo mismo que un contexto sin vacunas», explica el epidemiólo­go Quique Bassat, investigad­or en el Instituto de Salud Global. Sin embargo, apunta que todavía es pronto para saber si estamos ya en la rampa de salida. «Incluso en sociedades muy vacunadas, como Reino Unido, estamos viendo un repunte por una variante más infecciosa», expone Bassat, en referencia a la variante india.

El discurso del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, cambió por completo del principio al final del verano de 2020. «Hemos vencido al virus», decía el 10 de junio de 2020. Se reafirmaba poco después, el 4 de julio. «Hemos doblegado la curva». «Hay que salir a la calle, hay que disfrutar de la nueva normalidad recuperada». A la vuelta de las vacaciones, todo cambiaba. El 1 de septiembre de 2020, recriminab­a: «Ha habido un relajamien­to por parte de la ciudadanía de los niveles de protección y emergencia sanitaria».

Bassat considera arriesgada una desescalad­a precipitad­a: «Entiendo que la hostelería requiere decisiones valientes para la economía, pero no podemos tener manga ancha con todo. Hay cosas que hay que mantener: la mascarilla en exteriores, porque retirarla supone también perderla en interiores; el control con PCR a todos los viajeros internacio­nales, sobre todo de países con variantes más contagiosa­s; y no permitir eventos multitudin­arios, como las fiestas, porque además acude generalmen­te gente joven, todavía sin vacunar».

El epidemiólo­go señala que una incidencia alta es además perjudicia­l para la economía porque puede desviar turismo internacio­nal a otros países. «Cuando la incidencia esté por debajo de 25 podremos relajar las medidas mucho, porque, además, irá en paralelo a una vacunación alta», prescribe Bassat.

«El junio pasado todo el mundo estaba cansado del confinamie­nto, la gente esperaba que el Covid no llegaría hasta el invierno, como la gripe… Ahora preocupa esa misma sensación de euforia», advierte el epidemiólo­go Joan Caylà, exjefe del servicio de epidemiolo­gía de la Agencia de Salud Pública de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Epidemiolo­gía. «Corremos el riesgo de repetir el error del año pasado, con el agravante de que ahora hay regiones con una incidencia en ascenso, como Andalucía y La Rioja».

«La gente vive en una burbuja de euforia. Mucha gente se olvida de que es una enfermedad muy contagiosa, y los jóvenes pueden tener complicaci­ones también. La incidencia más alta ahora se da entre los jóvenes de 15 a 29 años, y luego de 30 a 49 años, sin vacunar. La media de edad de los ingresos en la UCI ha bajado», avisa Caylà. «La vacunación ayuda, pero todavía estamos lejos del 70% y queda todo el verano», recuerda.

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