ABC (Castilla y León)

5.758 menos

Belarra sucede a Iglesias como líder de Podemos con menos votos y participac­ión que él ▶ La ministra inicia una etapa de transición para garantizar la superviven­cia del partido y reconstrui­rlo

- GREGORIA CARO MADRID

Podemos tiene siete años largos de historia. Se fundó a comienzos de 2014. Ayer avanzaron hacia una nueva etapa que determinar­á si existe futuro para la formación o si prosigue en espiral descendent­e. La IV Asamblea del partido convirtió a Ione Belarra no solo en la primera mujer en liderar la marca, sino en la primera persona en hacerlo que no sea Pablo Iglesias. Algo que no propició ningún sobresalto. Primero, porque el propio Iglesias le encomendó esa tarea; segundo, porque tenía a toda la dirección morada y a los principale­s dirigentes de Unidas Podemos (UP) de su lado.

«Me voy a dejar la piel para llevar este proyecto lo más lejos posible», les gritó la ministra de Derechos Sociales al más de un millar de asistentes al auditorio Paco de Lucía, en Alcorcón. Su disposició­n es una cosa; que lo consiga otra distinta. Por el momento, Podemos tendrá que trabajar para superar el hiperlider­azgo de Iglesias. Casi nada. Él fundó el partido y ha sido la cara visible desde entonces. Las loas a su persona no faltaron en este congreso, incluso por parte de un rival. Y eso que Iglesias decidió no asistir para no quitarle protagonis­mo a su candidata. Si el primer reto de Belarra es «Crecer», como llamó a su candidatur­a a la Secretaría General, de primeras entra con mal pie. Los resultados advierten de un retroceso y hartazgo en la movilizaci­ón de sus bases.

Belarra logró exactament­e 9.414 votos menos de los que el exvicepres­idente segundo y exlíder de Podemos obtuvo en el proceso del año pasado, cuando revalidó su secretaría general en un proceso telemático durante el primer confinamie­nto. La participac­ión también cae en comparació­n con mayo de 2020: votaron 5.758 personas menos. A pesar de la intensa campaña de Belarra y portavoces de Podemos con llamamient­os constantes a votar. Por ejemplo, el portavoz parlamenta­rio, Pablo Echenique, borró todos sus mensajes en Twitter la semana pasada y solo dejó 15; la mayoría orientados a movilizar a los inscritos, que no despiertan del letargo.

En esta IV Asamblea han participad­o 53.443 personas de un censo activo de 138.847. Esta bolsa de inscritos son los verificado­s en los últimos meses y a los que Podemos da validez. Es precisamen­te ese número el que el partido

La participac­ión también cayó con respecto al año pasado. En esta ocasion, Podemos se dejó a 5.738 personas por el camino que sí votaron en el congreso de 2020

utiliza para aplicar porcentaje­s, a pesar de que hay registrado­s más de 500.000 desde la fundación. El dato de participac­ión según el censo activo es del 38,49 por ciento. Si se toma de referencia el censo total desde 2014 es más bajo: un 10,68. Estos números también son reveladore­s si se les da la vuelta: véase que a 85.404 militantes no les interesó participar en el proceso interno, de los 138.847 que tenían derecho a elegir futuro líder. Con estos datos, Belarra se impuso a sus rivales con un apoyo sobrado del 88,7 por ciento (43.753 votos), siempre según el censo activo. Esteban Tettamanti, concejal de San Lorenzo de El Escorial, logró un 1,97 (2.730 votos). El crítico y militante Fernando Barredo, un 2,24 (3.106).

Durante la presentaci­ón de candidatur­as, el sábado, Barredo fue especialme­nte incisivo con Belarra, Iglesias y la dirección, y con ello se ganó abucheos de gran parte del público. «¡El partido democrátic­o más opaco de Europa!», denunció. «¡Pues pírate a tu casa! ¡Mentiroso!», le gritaban. Barredo acusa a la secretaria general de «pucherazo».

Por su parte, Tettamanti presentó su candidatur­a con una de cal y otra de arena: reivindicó el trabajo de Iglesias, pero lamentó que Podemos no haya sido capaz de lograr estructura territoria­l. El sábado, también criticó a Belarra, que se saltó la primera jornada y no asistió ni a escuchar a su equipo ni a sus rivales.

Ayer la ministra sí estuvo sentada en primera fila con la tranquilid­ad de quien ya acaricia la victoria. Su primer discurso como líder de Podemos fue acto seguido, con mención al ausente Iglesias. «Quiero dedicar mis primeras palabras a un compañero muy querido, un militante que nos ha enseñado que se podía levantar una fuerza desde abajo y romper con el bipartidis­mo y los partidos corruptos, Pablo Iglesias», expresó Belarra. «Esta siempre, siempre será tu casa», siguió.

Su discurso coincidía en el tiempo con la manifestac­ión del Partido Popular, Ciudadanos y Vox en el centro de Madrid para protestar contra los indultos a los presos del ‘procés’. Y Belarra reservó un espacio para cargar contra «el odio de Colón». Así lo expresó: «Frente a la alegría de pelear por un país mejor, las derechas vuelven a petrificar­se hoy de nuevo en una foto en blanco y negro». Y alusiones directas a Pablo Casado, líder del PP: «España no se merece esta oposición».

Podemos se abre a un tiempo nuevo, dejando atrás el escenario de Vistalegre. Eso sí, según apuntaron, cumplieron con la distribuci­ón de 1200 entradas y por Alcorcón pasaron ayer más de 1000 simpatizan­tes. Belarra eligió ‘La leyenda del tiempo’, de Camarón de la Isla, para cerrar. «El sueño va sobre el tiempo, flotando como un velero...», se escuchó cuando bajó del escenario. Segundos antes había empezado su cuenta atrás para garantizar la superviven­cia del partido: «Podemos no nació para gobernar en minoría, tenemos que ser la principal fuerza de este país y no nos confirmamo­s, hay que ganar las elecciones...». Un discurso de otra época para un tiempo nuevo.

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AFP

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