«Lo peor en la salud mental está por llegar»
Blesa opina que la epidemia de problemas de salud mental se empieza a ver, pero lo peor está aún por llegar. «Es como cuando uno aguanta en los momentos peores y, semanas o meses después, cuando parece que está todo mejor, su estado emocional decae o directamente se derrumba. El nivel de estrés es muy alto, y las familias ahora mismo están aguantando. Los adultos han sufrido ERTE, han perdido sus negocios... y en los niños y los adolescentes la socialización se ha visto claramente repercutida». transmisor del Covid. La inmensa mayoría de los casos pediátricos son muy leves y asintomáticos y por los datos que estamos conociendo, muchos de los niños no parecen ser el origen de los brotes, o de los focos. Por tanto, en la vacunación, deberían ser los últimos. Primero deberían ir las personas más vulnerables, que más padecen el virus, o que tienen enfermedades crónicas, que es lo que se ha hecho en todos los modelos de vacunación del mundo. La prioridad no está en vacunar a niños y adolescentes, lo cual no quita que cuanta más población esté vacunada, epidemiológicamente, menos personas se podrán infectar. —¿Qué le parece el miedo que han manifestado algunos padres respecto a los efectos secundarios que puede producir en sus hijos las vacunas? —En principio, las vacunas son uno de los avances científicos más importantes de la humanidad, junto con la higiene. La gente se olvida de que a lo largo de la historia han permitido salvar muchas vidas e incluso erradicar otros virus que producían una enorme mortalidad, como el de la viruela o la poliomielitis.
—¿Qué les diría a las familias reacias a vacunar a los más pequeños? —Puede haber resquemores de los padres sí, porque es un producto médico que puede producir efectos secundarios, pero son locales, leves y totalmente asumibles. Todas las vacunas, independientemente de su mecanismo de acción, han permitido combatir la pandemia, reconducirla y que la sociedad pueda volver a sus comportamientos sociales y familiares. Y llegados a este punto, hay que hacer un balance beneficio-riesgo: el no pasar una enfermedad como el Covid, que en personas mayores puede tener su gravedad aunque en otras poblaciones más jóvenes no sea así, frente a los efectos secundarios. Hay que ser cautelosos, pero los padres deben mantener ese espíritu de no pasar la enfermedad y también una actitud en favor de la vacunación.