LA MALDICIÓN DEL PEQUEÑO LUCIO QUE HA SOBRECOGIDO A ARGENTINA «A MUCHOS LES PARECERÁ MAL QUE NO ESTÉ LLORANDO, PERO QUIERO HABLAR CLARO. A LUCIO LO LLORO EN PRIVADO, ME PARECE MÁS HUMANO»
El niño de 5 años fue asesinado por su madre y la novia de esta, que han sido condenadas esta semana a cadena perpetua. El padre del menor llevaba pidiendo su custodia desde 2020: «Deseo que la vida pase rápido para volverte a ver»
Lucio Dupuy, de 5 años, llegó a finales de 2021 a una comisaría de la ciudad argentina de Santa Rosa acompañado por una vecina. Había recibido una paliza y la Policía lo trasladó inmediatamente a un hospital local. Pero ya era demasiado tarde y el niño murió instantes después. Hijo de padres separados, Lucio Dupuy se encontraba aquel día de diciembre con su madre y la novia de esta.
En los días siguientes a la muerte del niño, un crimen que ha sobrecogido a todo el país, la versión de la madre y su pareja fue que ambas habían sufrido un robo en su domicilio, aunque una autopsia posterior reveló que esto no era cierto y que el caso era bastante más grave. Las dos mujeres fueron acusadas de asesinar al pequeño bajo los cargos de «homicidio y abuso sexual gravemente ultrajante». Ambos delitos tienen como pena la cadena perpetua.
En el alegato final del juicio, que concluyó el pasado mes de diciembre tras 18 audiencias, Magdalena Espósito Valenti, madre del menor, y su pareja, Abigail Páez, pronunciaron sus últimas palabras sobre el dramático suceso. La progenitora de Lucio justificó su ausencia de lágrimas: «A muchos les parecerá mal que no esté llorando, pero me mentalicé para ser lo más fuerte posible para poder hablar claramente. A Lucio lo lloro en privado, me parece más humano».
Por su parte, María Silvina Blanco Gómez, defensora de Páez, consideró que no se produjo un asesinato, sino que se trataba de un homicidio y afirmó que, en su opinión, no hubo dolo, no hubo intención de matarlo. Además, la defensora dijo que la madre del niño había admitido haberle pegado, pero sin querer provocar su muerte.
Daños evidentes
Fue el médico forense Juan Carlos Toulouse el encargado de desentrañar lo ocurrido. El mismo profesional se mostró fuertemente conmovido e impresionado por sus macabros hallazgos. En declaraciones al canal local de TV Telefé, el doctor llegó a decir: «Llevo 27 años de forense y cinco años en La Plata. He visto nenes y traumatismos, pero esto así no lo vi nunca».
Con respecto a la autopsia, que determinó que Lucio falleció a causa de una hemorragia interna ocasionada por una serie repetida de agresiones y contusiones, Toulouse aseguró que ese nivel de golpes y ensañamiento «no lo había visto nunca». «Eran evidentes las lesiones, yo creo que alguien que lo hubiera visto andando o por la calle podría haberse darse cuenta».
Lucio Dupuy había ido al menos en cinco ocasiones –en solo tres meses– a distintos centros de salud de
su provincia habiendo sufrido varios traumatismos. Sin embargo, no constaban denuncias de profesionales de la salud y tampoco de la institución educativa a la que asistía.
Argentina ha estado en vilo hasta el pasado jueves, un día que el país recordará en su futuro próximo, habiéndole puesto punto final a la historia de uno de los crímenes más crueles ocurridos en los últimos años en el país del tango. A mediodía, la Justicia dio a conocer el veredicto más terrible y más esperado: la madre del pequeño Lucio Dupuy, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Abigail Páez, fueron declaradas culpables del asesinato del niño de apenas cinco años. Según el fallo de la justicia de la ciudad de Santa Rosa –donde tuvo lugar el crimen–, ambas fueron culpables de homicidio, agravado en el caso de Páez, por la alevosía y el ensañamiento.
Era el veredicto esperado por la familia, y el fallo fue celebrado fuera del tribunal, donde reinó la sensación de justicia. Salvo por una cuestión: la Fiscalía había acusado también a la madre de abuso sexual y los jueces dictaminaron que fue realizado solo por su pareja, sin la participación de su progenitora. La pena que les corresponde es cadena perpetua, aunque la confirmación de si se aplicará o no esta pena se conocerá ya en una próxima audiencia.
Casos similares
La lectura de la sentencia la realizó la juez Ongaro, presidenta del Tribunal, y se extendió durante poco más de cinco minutos. Tanto Valenti como su pareja estaban imputadas por homicidio y acusadas, además, de haber cometido torturas, maltratos, violencia y hasta abusos sexuales contra el menor –de lo que los jueces encontraron culpable a la pareja de la madre, pero no a la progenitora del niño–.
Las dos mujeres decidieron no estar presentes en la sala cuando se diera a conocer la sentencia. Tampoco estuvo su defensa, algo que llamó la atención de los asistentes. La pareja prefirió seguir la lectura del fallo desde la cárcel en la que se encuentran, en la provincia de San Luis.
En la sala estaban la familia del padre del niño asesinado, así como los parientes de otros menores con historias similares a la de Lucio. También estuvo allí el abogado de la familia del padre del niño, José Aguerrido, quien, tras escuchar el veredicto, dijo: «Lucio puede descansar en paz». El letrado afirmó a la prensa local: «Estamos relativamente conformes, queremos ver los fundamentos. Nos sorprendió la absolución de la madre con respecto al delito de abuso sexual. Quiero leerlo bien y analizaremos si lo apelamos». El abuelo del menor, envuelto en llanto, abandonó la sala minutos antes de darse a conocer el fallo. El padre de Lucio, Christian Dupuy, pedía justicia desde hace más de un año.
El lamento de un padre
Solo tres semanas antes de que se conociera la sentencia judicial, el padre del niño recordó a su hijo en las redes sociales. Allí aseguró que su familia «jamás podrá olvidarlo».
Christian Dupuy había estado solicitando la custodia del menor desde agosto de 2020. La madre y su pareja no le dejaban ver a pequeño desde el comienzo de la pandemia. Por este motivo, distintas asociaciones en Argentina –entre ellas, la fundación Más Vida– piden la inhabilitación de la juez Ana Clara Pérez Ballester, quien otorgó la custodia del menor a su madre.
El padre del menor había expresado su desgarradora pena en un mensaje en redes sociales: «Te extraño. Lo he intentado y es inútil, llevo un tiempo tratando de soltarte, pero es totalmente inútil intentar olvidar algo que está y siempre estuvo tan dentro de mí. Es imposible olvidar la sensación de cuando llegaste al mundo y te entregaron a mí envuelto en mantitas, imposible olvidar lo desgarrador y doloroso (que fue) verte en un cajón, cuando la ley de la vida dice que un hijo debe enterrar a su padre, y no así como pasó». Al final de su texto, Dupuy concluyó: «Deseo que la vida me pase rápido, disfrutando de todo lo que tengo para volverte a ver. Te extraño».
La causa de todo un país
Todo el país, especialmente Santa Rosa, capital de La Pampa –al oeste de Buenos Aires, donde se desarrolló el macabro suceso– se ha estremecido conforme se han ido conociendo, con el avance del tiempo, los detalles de este macabro crimen. El niño ha sufrido en su cortísima vida mucho más de lo que es posible imaginar. Una vez más, el germen del horror surgió en el seno de la propia familia del menor. De hecho, los vecinos de la provincia instalaron un mural gigante con la imagen de Lucio y la frase: «Deberías estar aquí donde te amo, y no allá donde te extraño». La muerte de Lucio se convirtió en la causa de todo un pueblo. El pasado jueves por la mañana, en La Pampa, los alrededores del tribunal amanecieron llenos de imágenes del niño y hasta se repartían estampitas con la foto del menor.
Ha sido tal el alcance de este caso en el territorio argentino que incluso podría dar pie a la llegada de una nueva ley. De hecho, el presidente Alberto Fernández ha incorporado la denominada ‘ley Lucio’ a las sesiones extraordinarias del Congreso. Dicha normativa, que busca detectar y prevenir la violencia contra la infancia, impulsará campañas de comunicación nacionales para concienciar sobre situaciones de abuso, capacitará a los agentes estatales para la prevención de la violencia en la niñez y protegerá la identidad de docentes, médicos y agentes, que estarán obligados a denunciar estos delitos.