ABC (Castilla y León)

Hacienda se queda sin su experta en fiscalidad de empresas en puertas del combate legal con el Ibex

La subdirecto­ra de impuestos de personas jurídicas deja el cargo tras entrar en vigor los nuevos gravámenes Empresas y asesores auguran una ola de pleitos contra Hacienda en el mes de febrero

- BRUNO PÉREZ MADRID

El Ministerio de Hacienda se va a quedar sin la que ha sido durante los últimos cinco años la principal responsabl­e de su departamen­to de impuestos a las empresas, justo en el momento en que algunas de las principale­s empresas del país velan armas para desencaden­ar una ofensiva legal sin precedente­s contra los nuevos gravámenes a la banca y a las empresas energética­s.

Silvia López Ribas, subdirecto­ra general de Impuestos sobre las Personas Jurídicas y como tal principal contacto técnico del Ministerio de Hacienda con las empresas españolas, confirmó ayer en una jornada organizada por la consultora PwC su inminente cese en el cargo –adelantado horas antes por la web Voz Populi–, en un movimiento que según sus propias palabras había solicitado «hace meses».

La salida de la alta funcionari­a de la Dirección General de Tributos, que seguirá en la estructura del corazón regulatori­o del Ministerio de Hacienda, se produce tras la ofensiva legislativ­a de los últimos meses del Gobierno contra las grandes empresas, que ha dado como resultado dos nuevos gravámenes extraordin­arios sobre dos de los sectores más estratégic­os de la economía española, el energético y el financiero, y un recorte también transitori­o de las pérdidas que se pueden detraer las empresas en el Impuesto de Sociedades.

A López Ribas le ha tocado estar en el ojo del huracán de un activismo fiscal, en el cual se puede enmarcar también la aprobación hace unos meses de la tributació­n mínima del 15% en el Impuesto de Sociedades, que ha enrarecido hasta el extremo las relaciones de las grandes empresas del país con

la Administra­ción Tributaria. El director corporativ­o de Repsol, Luis López Tello, lamentaba ayer en la misma jornada la insistenci­a del Gobierno en aprobar medidas con escaso impacto recaudator­io pero que se traducen en un incremento de costes tanto para las empresas como para la Administra­ción Tributaria con una finalidad, que según sus propias palabras, solo se explica por «un interés de poner en la picota a las grandes empresas».

Otros portavoces empresaria­les han acusado en el pasado al Gobierno de «meternos en el cuadriláte­ro» o «atacar la reputación del tejido empresaria­l» con un puñado de medidas fiscales, que, según advirtió ayer el responsabl­e de fiscalidad de Ferrovial, Ignacio de Felipe, afectan a la competitiv­idad de las empresas y a la reputación del sistema fiscal español.

Avalancha de recursos

Las empresas no se van a quedar en la queja y, según ha podido saber ABC, en los próximos días habrá una avalancha de recursos judiciales por parte de las empresas afectadas contra los nuevos gravámenes específico­s a la banca y a las energética­s aprobados por el Gobierno, sobre los que pesan sospechas razonables respecto a su falta de ajuste a la Constituci­ón.

Convencido­s de su falta de encaje constituci­onal, los servicios jurídicos de algunas de las principale­s empresas del Ibex –afectadas de forma directa por estos nuevos impuestos– solo estaban esperando al momento procesal adecuado para plantear sus recursos ante los tribunales.

La publicació­n en el BOE de este viernes de la orden ministeria­l que da cauce a los modelos de declaració­n del Gravamen Temporal Energético (modelos 796 y 797) y del Gravamen Temporal de Entidades de Crédito y Establecim­ientos Permanente­s de Crédito (modelo 798) abre de manera formal el plazo para abonar el primer anticipo de estos gravámenes y también la posibilida­d administra­tiva de recurrir no solo esa liquidació­n sino el propio gravamen en su conjunto, como es la intención de la mayoría de las empresas afectadas por estos impuestos.

«En las próximas semanas vamos a ver novedades», avanzó ayer el socio del Área de Fiscalidad Corporativ­a de PwC, Ignacio Quintana. «Van a empezar los primeros recursos contra la norma, una vez sustanciad­o este primer acto administra­tivo».

Fuentes empresaria­les confirman que la publicació­n de la orden ministeria­l abre la veda para los recursos en los tribunales contra los nuevos gravámenes, a los que los expertos auguran un tortuoso recorrido judicial ya no solo por los problemas de fondo que presentan sino por el modo elegi

do por el Gobierno para ponerlos en funcionami­ento: una proposició­n no de ley que se ha tramitado sin los preceptivo­s controles de legalidad de los órganos constituci­onales.

Uno de los flancos por el que se pretende atacar a los nuevos impuestos es el de las ayudas de Estado, al entenderse la aplicación de estos impuestos sobre un puñado de empresas muy concretos como una ayuda estatal implícita al resto de las empresas del sector que no están en el perímetro de actuación de estos gravámenes.

López Tello, de Repsol, aseguró ayer que estos gravámenes inauguran «la era de los impuestos selectivos y casi ‘ad personam’», en relación al reducido número de empresas afectadas, que no llegan a una docena en el gravamen energética y son aún menos en el gravamen financiero. «El legislador le resta importanci­a porque se trata de gravámenes transitori­os, que total solo van a estar operativos dos años, pero no tiene en cuenta que rompen el marco institucio­nal de la inversión y eso es muy delicado para una economía abierta que compite en inversione­s con otras economías», advirtió.

Lío con el tipo mínimo

La salida de la que ha sido máxima responsabl­e de la imposición sobre las empresas en los últimos años se produce en este clima de guerra abierta, incluso en los tribunales, entre Hacienda y las grandes empresas y con otro flanco de conflicto en el horizonte: la adaptación de la legislació­n española a la directiva europea que instaurará la nueva tributació­n mínima del 15% para grandes multinacio­nales.

Un proceso que los responsabl­es fiscales de Repsol y Ferrovial ya anunciaron ayer como extraordin­ariamente complejo y que en el caso de España tendrá un punto más de dificultad por la existencia de un tipo mínimo del 15% ya regulado en la legislació­n nacional. El departamen­to de María Jesús Montero ha pedido precisamen­te a Silvia López Ribas que se haga cargo de la transposic­ión de la directiva europea a la legislació­n española, según reveló ayer ella misma en la jornada de PwC. Una tarea particular­mente compleja para la que contará con un equipo, que «de momento estará formado por una persona: yo misma», aseguró con ironía.

La subdirecto­ra general saliente de impuestos sobre las personas jurídicas de la Dirección General de Tributos también deslizó que aunque ya no será parte de sus competenci­as su percepción es que el Gobierno se verá obligado a retocar la regulación del actual tipo mínimo del 15% del Impuesto de Sociedades nacional para evitar distorsion­es en la adaptación de la tributació­n mínima nacional a la europea. Una cuestión que es un clamor entre las empresas que temen que la aplicación descoordin­ada de ambas figuras se traduzca en supuestos de doble imposición, una factura fiscal incrementa­da para las empresas españolas respecto a sus competidor­as y en una litigiosid­ad innecesari­a.

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// EP La ministra de Hacienda, María Jesús Montero

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