Simeone borra el acento portugués
Cunha, Joao y Felipe, poco proclives al Cholo, han salido del Atlético, al igual que hizo Lodi el pasado verano
«Solo quiere argentinos», comentan de forma sarcástica desde el entorno de alguno de los futbolistas salientes. En todos los vestuarios hay grupos y clanes. En todos los trabajos, en realidad. El problema es cuando esos grupos se tornan en camarillas, lo que tiene ya una connotación negativa. Desde los mentideros del Metropolitano se dice que este ha sido el caso del clan formado por lusos y brasileños, todos unidos por un frente común más allá del idioma: jugaban menos de lo que creían merecer y el estilo de Simeone no era el que mejor se ajustaba a sus características. Todos futbolistas ofensivos y de fútbol alegre, a excepción de Felipe, que ya no contaba nada para el Cholo. El central apenas había jugado trece minutos desde la vuelta del Mundial y en total había participado solo en cuatro de los 30 partidos oficiales del Atlético esta temporada. Sobre la bocina, el mismo 31 de enero y a las 22.46, se hacía oficial una salida pretendida por el club desde hacía mucho tiempo. Finalmente rumbo al Nottingham Forest, donde estaba ya su compatriota Lodi. El lateral fue el primero en salir, el pasado verano, buscando un objetivo frustrado: tener más minutos para conseguir plaza en el Mundial. Le costó entrar en el equipo inglés y finalmente Tite lo dejó fuera de la lista de Brasil. Con el de Sao Paulo es con quien Simeone fue más duro en sus declaraciones al valorar su marcha: «A unos les gusta competir y otros prefieren ir a otros equipos para tener esos minutos que teóricamente les acercan a poder ir al Mundial».
A competir en el Atlético se quedó Matheus Cunha, pero solo disfrutó de 513 minutos de 1.530 posibles, apenas tuvo dos titularidades y también se quedó sin Mundial. El campeón olímpico con la canarinha se marchó dolido dejando un recado a su entrenador: «Hay quien manda porque en algún momento fue muy importante, tiene sus jerarquías y toma las decisiones. Y entonces tú también tienes que tomar las tuyas», escribió en sus redes sociales. Para el 9 la despedida pública de Simeone fue tan aséptica como escueta: «Es un chico que nos dio todo lo que tenía y nosotros le dimos todo también».
Del caso Joao Félix ya se han derramado ríos de tinta. Los motivos por los que no se tragaban mutuamente eran largos y una cesión del portugués era la mejor solución a corto plazo. Cuando se confirmó su salida al Chelsea, Simeone volvió a ser lacónico en su respuesta: «No me voy a detener en una explicación tan larga [sobre por qué no se había visto al mejor Joao]. Desearle lo mejor, tiene unas condiciones extraordinarias, es joven y tiene ilusión por mostrar todo su fútbol y ojalá le vaya bien donde esté».
Sobrevive Reinildo
Lodi, Cunha, Joao Félix y Felipe eran cuadrilla dentro y fuera del campo. Compartían ejercicios, risas, confidencias y planes más allá del fútbol. Se trataban de ‘irmao’ (hermano en portugués) y acogieron en ese grupo a Reinildo –en Mozambique el portugués es también el idioma oficial–, quien reconoció a su llegada que Lodi, pese a ser competencia directa en el lateral izquierdo, era uno de los compañeros que más le estaba ayudando. El mozambiqueño es el único superviviente del clan, aunque también llegó a estar en la cuerda floja a la vuelta de la Copa del Mundo.
En la rueda de prensa previa al partido contra el Getafe, se le preguntó a Simeone sobre si la salida de todos los integrantes de este grupo en solo unos meses obedece a algún problema común, pero el argentino solo les dedicó buenas palabras: «Yo soy un agradecido a todos los chicos que han pasado por el club, nos ha tocado salir campeón con muchos de los que nombraste siendo muy importantes en distintos momentos del campeonato ganado. Ni que hablar Felipe, ni que hablar Joao en esa primera vuelta maravillosa que hizo, ni que hablar Lodi con ese partido que se nos escapaba la Liga con Osasuna y marcó un gol que nos dio el camino para ganar la Liga». Sobre Cunha reconoció que ha jugado menos, pero aseguró que siempre mostró voluntad, esfuerzo y ganas de competir. «Los cuatro han sido importantes en su debido momento y les deseamos lo mejor», finalizaba un Simeone que, al menos por un tiempo, sí que podrá olvidarse del clan brasileño-portugués. En verano, Lodi y Joao deberán volver tras su cesión. Pero para entonces la propia continuidad del Cholo es incierta. Por el momento, Simeone gana otro pulso.