Chapa y pintura para las estaciones ‘cuarentonas’
Sin apenas nuevas dársenas a la vista en Castilla y León, las terminales de autobús se limitan a reformas para rejuvenecer instalaciones que suman décadas y que, pese a la caída de usuarios, reciben millones de viajeros
Algunas se levantaron en los años de postguerra, otras en los albores de la democracia. Las hay que nacieron en los ochenta y las más ‘modernas’ en los noventa. Desde entonces las estaciones de autobuses han envejecido, ennegrecido entre el trasiego de viajeros que, poco a poco, han ido menguando en favor de otros medios de transporte individuales o colectivos. Mientras emergían nuevas terminales de tren, aquellas que acogieron a los coches de línea parecían congeladas en el tiempo. Sin apenas planes para nuevas edificaciones, se resignan a un lavado de cara que rejuvenezca instalaciones ‘cuarentonas’ que chocan con la flota del siglo XXI que reciben. Y es que la regresión de este vehículo para desplazamientos es un hecho, pero también que sigue siendo clave en pequeños recorridos y resiste en otros más largos. Sus viajeros se siguen contando por millones.
En Castilla y León hay 69 estaciones de autobuses, 55 son de titularidad de la Junta, once de los ayuntamientos y tres privadas. En los últimos años decenas de ellas se han sometido a reforma o están actualmente en obras para tratar de revertir una imagen no sólo antigua o cutre sino en muchos casos decrépita, con mobiliario oxidado, roto y abandonado a su suerte. Sustitución de carpinterías, aislamiento, eliminación de barreras arquitectónicas o redistribución de espacios son algunas de las actuaciones que se ejecutan para revertir el deterioro de instalaciones que hoy en día no cumplirían los parámetros que se exigen para ponerlas en pie.
Actualmente están en obras al menos seis. Las más ambiciosas, las de León. Inaugurada en 1990, la estación está inmersa en un proyecto de 6,1 millones de presupuesto para mejora integral del edificio y las instalaciones, que albergarán el centro de control tecnológico del transporte de viajeros de Castilla y León. Se contempla, además, la adecuación del cerramiento externo del edificio e incorporará la intermodalidad con la estación ferroviaria del AVE.
En esta misma provincia, en la estación de Ponferrada y con un coste de tres millones, se está actualmente acometiendo la adaptación del antiguo edificio, construido en 1986, a la normativa vigente, atendiendo a criterios de accesibilidad y eficiencia energética, ya que presenta problemas en cuanto a aislamientos, impermeabilizaciones de cubierta e imagen para una edificación destinada al servicio público. Una adecuación a las actuales condiciones de demanda de movilidad de los viajeros y unos estándares mínimos de calidad e imagen que también se procuran con la actuaciones en activo en Ciudad Rodrigo (Salamanca), en este caso por valor de un millón.
En Palencia y Soria –donde se frenó con la reforma la aspiración de una terminal intermodal– se prevén sendas inversiones superiores a los tres millones para la puesta punto de instalaciones inauguradas en los ochenta y la previsión de concluir en 2023. Se apuesta por las renovables, la eliminación de obstáculos para personas con discapacidad o la sustitución del revestimiento exterior.
Por último, la de Ávila, la más joven. En 2014 abría tras una inversión de cinco millones con unas instalaciones a la vanguardia arquitectónica en materia de sostenibilidad, eficiencia energética, accesibilidad y supresión de barreras. Aún así, pasados nueve años se someterá a una actualización para incorporar sistemas de digitalización, el cerramiento de las dársenas centrales y la automatización energética para hacer que el edificio sea de «cero emisiones».
Además están en fase de contratación las de Burgo de Osma y Almazán, en Soria, y Benavente (Zamora). Con ellas serán 27 las instalaciones sobre las que ha actuado la Junta, principal propietaria de las estaciones de autobuses de la Comunidad, desde que iniciara en 2015 un programa de modernización de estas infraestructuras en el que se calcula un desembolso cercano a los 24 millones. Desde la Consejería de Movilidad y Transformación Digital cifraron en 19 millones el presupuesto previsto en esa materia en la presente legislatura.
El proyecto más ambicioso hasta la fecha, aunque lo supera aho
ra la reforma de León, fue el ejecutado en Salamanca allá por 2017. Más de cuatro millones de inversión para actualizar una edificación de 1975. Desde 2015, el programa ha contemplado actuaciones en todas las capitales de provincia salvo Burgos, –de gestión municipal–, Valladolid y Zamora –que se sometió anteriormente al inicio del programa a obras de modernización, mejora y acondicionamiento pero no a reforma integral–.
Intermodal
En el caso de la capital del Pisuerga, la estación seguirá manteniendo su aspecto ante la iniciativa más ambiciosa de una nueva terminal junto a la de tren con un proyecto cercano a los treinta millones de euros. Tardará aún años en llegar en los que la edificación y dársenas de Puente Colgante de principios de los setenta seguirán recibiendo a los viajeros. Las de Valladolid y León son, así, las ciudades en las que en principio se traza un planteamiento intermodal de las terminales de bus y tren que en otras capitales se ha desechado. En Segovia también está sobre la mesa una nueva construcción. Junta y Ayuntamiento sentaron las mimbres del proyecto, que lleva años sin avances y en debate.