La semilla de la conciencia ambiental
ivir, conocer, sentirse parte de la naturaleza». Ese fue su propósito inicial, pero a medida que lo hacían vieron cómo «se estaba perdiendo». «Su mundo era peor» y se difuminaba en silencio ante los ojos de todos. De ahí fue «creciendo la conciencia» y esos «locos de la conservación» sembraron en España la semilla de la «necesidad» de proteger el medio en el que vivimos. Félix Rodríguez de la Fuente, Miguel Delibes o Federico Valverde abrieron «el camino». Décadas después sus hijos advierten: «Ahora tenemos que abrir autopistas porque sino no llegamos a salvar el planeta». Es una de las reflexiones que ayer resonaba en la Facultad de Derecho de la UVa, donde el proyecto Pajarillos Educa sentó a la mesa a la descendencia de esos «pioneros» que llevaron su «pasión» a los
Vhogares españoles a través de novelas, de la televisión o de la puesta en valor de espacios naturales. Con el entusiasmos que heredaron de sus padres y que convirtieron también en su profesión, Miguel Delibes de Castro, Federico Valverde Albacete, Odile Rodríguez de la Fuente instan a «ponerse las pilas».
Un ejemplo: en islas del Pacífico se pudo apreciar como aquellas en las que se instauraron culturas que protegían a la naturaleza «permanecieron» y las que no, «desaparecieron», destacó Valverde, científico del CSIC. Hay que pensar en soluciones y tener en cuenta todas las «patas» porque si una se «pierde» se «cae la mesa». Propone que no se deje de lado a la naturaleza en busca del progreso y que la «economía no implique una explotación continua de la tierra» como lamenta que ocurre en la Doñana que su padre impulsó.
Allí, las tensiones «han explotado». Lleva diez años lloviendo por debajo de la media, adolece sequía y el consumo humano y de regadíos tienen más demanda. El resultado es que «ha cambiado radicalmente y donde había lagunas están creciendo pinos», explicaba, por su parte Delibes, presidente del Consejo de Participación de Doñana. «La conservación es imprescindible». Las cifras «indiscutibles» sobre el calentamiento global avalan que «necesitamos la naturaleza». No sólo como admiradores. También «para estar sanos nosotros».
«Estamos en un punto de inflexión», la «situación es sumamente critica vamos a ver si está a la altura» el ser humano, la «especie favorita» de Félix Rodríguez de la Fuente, reseñaba ayer su hija. «El creía que éramos capaces de formar una nueva conciencia», insistió la bióloga que lamentó que «nos ciega el dinero. No colocamos al ser humano en el centro de la diana, sino al interés económico». Falta conciencia de que «somos parte de los ecosistemas» en peligro, apuntó por su parte Federico García, descendiente en este caso figurado de esos pioneros como miembro de SEO Birdlife. «Este partido va de sustentar lo que hay en la Tierra» y eso incluye animales, plantas y personas, insistieron apelando aunque sea al egoísmo humano.
santos Senorina, Acépsimas, Agapito I papa, Aitala, Bicor, Cayo Papa y Crisótelo