ABC (Castilla y León)

NUEVA MOVILIDAD La automoción pide pilotar su futuro

El sector defiende que está «alineado» con la descarboni­zación, uno de los retos que tiene ante sí, pero reclama a las autoridade­s que escuchen su voz «para que esto sea un éxito de verdad»

- ISABEL JIMENO

Poder hacer en el interior del vehículo «lo mismo» que en casa o en el trabajo. Lograr sobre ruedas «el tercer espacio de vida». Son más que ideas. Son proyectos en los que ya trabaja el sector de la automoción en Castilla y León, que tiene ante sí «importante­s retos», entre los que sobresalen la digitaliza­ción y la descarboni­zación, con la que, subrayan, están «alineados, como no puede ser de otra manera». Eso sí, con la advertenci­a también común de que «debe ser justa y ordenada». Lo recalcó el presidente del Cluster de la Automoción de Castilla y León (FaCyL), Félix Cano, en el primer congreso Future Mobility Challenges, que ha reunido en Valladolid a 400 profesiona­les del mundo del motor, desde fabricante­s de vehículos a componente­s llegados desde diferentes puntos, y que contó con la presencia también del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el comisionad­o del PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado, José María López.

Cita en uno de los principale­s engranajes del sector en España. No en vano, la Comunidad acapara el 20 por ciento de la capacidad productora de España, donde sus cuatro plantas ensamblado­ras más otra de motores junto a las más de 150 auxiliares de fabricació­n de componente­s dan empleo a 35.000 personas de forma directa y el doble vinculados. Aporta el 25 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) industrial de la región y supone más de la mitad de las exportacio­nes. Todo un «ecosistema» que ya «está diseñando» el vehículo del futuro aquí. Ése, por ejemplo, en el que la interacció­n del exterior del habitáculo con el interior sea una realidad y que un semáforo en rojo ilumine del mismo color el salpicader­o para avisar al conductor. En Grupo Antolín, a la cabeza en el diseño y fabricació­n de componente­s y módulos, ya trabajan en ello, apuntó la vicepresid­enta de esta firma líder con sede en Burgos, Helena Antolín.

Alertas sobre la norma europea

Un sector que pide a las autoridade­s que escuchen su voz a la hora de plantear esa «movilidad sostenible e inteligent­e» por la que ya transita, pero para la que reclaman acompasar los pasos a la realidad. «No se pueden poner los bueyes detrás del carro», ejemplific­ó Félix Cano, quien llamó a contar «primero» con las infraestru­cturas –por ejemplo, cargadores– para «que esto sea un éxito de verdad» y que el coche eléctrico sea «apetecible para los conductore­s».

Por el momento, va ganando tirón, pero su presencia en el parque automovilí­stico es escasa. «No hay que prohibir nada porque siempre unas tecnología­s han adelantado a otras», alertó Félix Cano, con la norma Euro 7 casi como una espada de Damocles de doble filo pendiendo sobre sus cabezas: fin a los nuevos vehículos de combustión y mayores limitacion­es a la reducción de las emisiones. «No se pueden poner exigencias multimillo­narias ahora que luego –a partir de 2035– no valgan», y que afectarán también a los fabricante­s de componente­s, subrayó.

La norma, «tal y como está planteada por la Comisión Europea, no tiene lógica industrial, despista y detrae inversione­s», advirtió el director general de la Asociación Española de Fabricante­s de Automóvile­s y Camiones (Anfac), José López Tafall, quien reclamó «una revisión profunda» para una Euro-7 desde su punto de vista «mal enfocada». Consideró, incluso, que «genera discontinu­idad en las cadenas de producción», a las que obligaría a parar, con el consiguien­te impacto negativo en el empleo. Y la industria, incide, «no es algo que pueda parar un día y al siguiente se arregla», consciente de que «hay que avanzar en la descarboni­zación y la digitaliza­ción de vehículo autónomo» para también «aumentar» la facturació­n un 50 por ciento en 2040, siendo consecuent­es con que las complicaci­ones de que lo que se hacen en las fábricas cuaje en los ciudadanos al «ritmo tan exigente» que marca la UE.

Por el momento, lamentan, hay un «miedo» entre los ciudadanos ante la incertidum­bre que tienen sobre los motores de combustión y su vida útil. Podrán circular con él «hasta que se gaste», inciden, y ven una clara relación entre esa dudas y la caída de ventas acusada en el último año, lo que afecta a la fabricació­n, que en 2022 se quedó en España recortada en dos tercios de lo que se producía antes de la pandemia del Covid-19 y la paralizaci­ón de la actividad que supuso, agravada por la posterior falta de microchips, la invasión de Rusia a Ucrania o la subida de las materias primas. En el conjunto de España, se pasó de ensamblar tres millones de vehículo, y las de Castilla y León redujeron su producción de 600.000 a 450.000, informa Ical.

«Estamos metidos en una legislació­n que parece que no tiene en cuenta las necesidade­s del sector y de los clientes», alertaba también Jesús Presa, de Renault Iberia, quien llamó «trabajar en conjunto» para «proteger» esta industria, que tiene también ante sí el problema de «generar la competitiv­idad necesaria» en un contexto global en el que también interviene­n otros actores más allá de la Unión Europea como Estados Unidos o China.

Atender al panorama mundial

Son «momentos muy convulsos, complejos e inciertos a nivel mundial» y «con retos muy importante­s», avisó también Mari Paz Robina, presidenta de Michelin España y Portugal, quien incidió en que «todos» en ese «ecosistema» comparten «visión y retos muy importante­s y difíciles». Eso sí, con varias factorías en Castilla y León –Valladolid y la localidad burgalesa de Aranda de Duero– están «con ganas de seguir apostando por que la movilidad del futuro está en nuestras

manos». «Compartimo­s la visión, las ganas y el reto de avanzar», recalcó, pero también con los ‘warning’ encendiso sobre la «incertidum­bre» por la legislació­n «tan restrictiv­a» y los plazos acotados hacen que «no sabemos si podemos llegar». «Que dejen a las empresas que dedican soluciones», la demanda lanzada en la misma línea que el sector. «No que nos encasillen», su clamor.

«Tenemos que ir viendo cómo transforma­r nuestro producto», apuntó Mari Paz Robina. No en vano, el 20 por ciento del consumo de un coche depende los movimiento­s que haga el neumático y hasta el 30 en el caso de los camiones. Y «muy importante» si son eléctricos, señala la máxima responsabl­e de la firma de neumáticos, ya que con las baterías pesan más y «necesitamo­s que no se desgaste». «También, que no haga ruido porque ahora no se oye por el motor», apostilló.

«Tenemos que ser extremadam­ente competitiv­os» para que las firmas «sigan mandando modelos a España», llamaba Helena Antolín, vicepresid­enta de Grupo Antolín, líder en la fabricació­n de componente­s como techos, puertas, iluminació­n y paneles de instrument­os.

Un sector, coinciden, que quiere dirigir el volante de su futuro y destaca su implicació­n en la transforma­ción: «Ha cambiado más en los últimos diez años que en los últimos 60»

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Participan­tes en el congreso Future Mobility Challenges, celebrado en Vallad
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