ABC (Castilla y León)

Gana 3,5 millones y sigue madrugando para trabajar

Santiago Sierra abre a diario su bar en Cañizal (Zamora) una semana después de hacerse millonario y aún no se ha dado ningún capricho

- ALBERTO FERRERAS

Con los nervios pensábamos que teníamos cinco, no éramos capaces de ver que eran seis». Aunque la vista les jugó por un momento una mala pasada a Santiago Sierra y su mujer, enseguida se les aclaró la visión y un futuro sin preocupaci­ones por el dinero. Acababan de acertar los seis números de la Bonoloto y como único boleto premiado les correspond­ían casi 3,5 millones de euros. Ocurrió el sábado de la semana pasada y siete días después no han dejado de trabajar. Siguen levantando la trapa de su establecim­iento hostelero de Cañizal (Zamora) cada mañana y atendiendo a los clientes tras la barra del bar.

Tan campechano como siempre, el dueño del bar Santi, tercera generación de un negocio familiar, confiesa que aún no se ha dado ningún capricho ni ha cambiado de coche. Una semana después de ganar 3.428.346 euros, mantiene sus rutinas y, aunque sopesa traspasar el bar que abre de lunes a domingo, explica que si no lo ha hecho es por no dejar colgada a la clientela y porque no quiere que se cierre el local que abrió su abuelo en 1953 y que antes que él tuvo su padre, fallecido hace tres años y de quien se ha acordado emotivamen­te tras hacerse millonario.

El que ahora es el hombre más rico de Cañizal, un pueblo de menos de medio millar de habitantes situado en la confluenci­a de las provincias de Zamora, Valladolid y Salamanca, cuenta la intrahisto­ria del premio. «Todo ha sido el azar», confiesa. El premio se gestó un día antes, cuando en una apuesta con «los números de la suerte» ganó 231 euros. Todo iba a quedarse ahí, pero el sábado 13 a las 20.55 horas, apenas cinco minutos antes de que el terminal se cerrara, se fijó que los guarismos agraciados del día anterior y que había un 24, su número de la suerte. Por ello decidió hacer una nueva apuesta. Media hora después, del bombo salían sus números: 9, 24, 34, 39, 46 y 49. Lo comprobó cerca de las diez de la noche y comenzó a celebrarlo con los amigos, con barra libre para todos los clientes y con la buena noticia corriendo por Cañizal.

Esa noche apenas durmió, pero no por el nerviosism­o del premio, sino por la celebració­n. Sin embargo, a la mañana siguiente, abrió como un día más, eso sí, con barra libre también para todo el que se acercara al bar situado junto al Ayuntamien­to. Esta semana ha continuado con su actividad normal. La única diferencia, que ha vendido muchas más apuestas en su establecim­iento. Algo que espera que tenga recompensa, ya que tiene la intuición de que el suyo no va a ser el mayor premio que dará el terminal.

Entre los vecinos, se alegran mucho de que el ganador sea un currante como Santi. En la barra, mientras toma un café, José Luis Martín confiesa que es cliente por lo bien que atiende el hostelero, que nunca tiene una palabra ni un gesto malo pese a estar de la mañana a la noche. Se alegra igualmente de que haya un nuevo millonario Tatiana Pereira. También lo hace la panadera, Lourdes Carnero, prima, que muestra su júbilo por la recompensa a estar día y noche tras la barra del bar y ser «muy trabajador». En unos días cumplirá 52 años, y aún no ha planeado cómo lo celebrará. Desde luego, será un cumpleaños sin preocupaci­ones, con siete cifras en su cuenta.

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// M. Á. Los ganadores siguen en su bar

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