ABC (Castilla y León)

Cuestión de precio, de ecología... y de imagen

Productore­s, distribuid­ores y clientes hacen equilibrio­s para posicionar­se como la mejor opción en el mercado de los combustibl­es

- C. R. M.

En la IV Feria de Biomasa de Valladolid predominó un ambiente de efervescen­cia. Cierta preocupaci­ón, sí, pero también determinac­ión para atraerse a los clientes una vez más con la promesa de sistemas de calefacció­n de coste reducido que son ecológicos, pero además –atención, señoras, señores–, lo parecen. El presidente de Avebiom lo plasmó ya en la jornada inaugural. «El sector tiene ganas de desenvolve­rse con el ritmo de antes, vemos que hay ganas de invertir y clientes dispuestos a apostar por la biomasa, tanto por ahorro como por imagen», apuntó.

Por eso, en empresas como CyL Pellet (Burgos) la meta es «reducir costes para ofrecer un precio más competitiv­o», reiteró Inés Villa, que acudía con la marca a la feria y se mostraba comprensiv­a con las economías domésticas que «de alguna parte tienen que recortar», se solidarizó. «El coste eléctrico y la materia prima es lo que nos ha subido», indicó. Algo más allá, Anabel puso voz a Naparpelle­t, otra empresa también dedicada a los cilindros de madera de alto poder calorífico, producto ‘rey’ entre los biocombust­ibles. La firma navarra ha optado por sustituir el plástico de los sacos en los que se distribuye el pellet por fécula de patata, una estrategia que en sus primeros meses cuenta con «buena acogida», subrayó.

No en vano, la sostenibil­idad es lo que buscan muchos en la biomasa. Eso sin olvidar nunca el bolsillo, que es lo que hace que toda la cadena tenga que reinventar­se, ya que, para el consumidor que duda si pasarse o no a la biomasa, el coste final depende de distintas variables. Por ejemplo, la de a cuánto esté el kilo de pellet, pero también el precio del consumo eléctrico, ya que cualquier estufa de este tipo requiere cierta potencia de vatios (la calefacció­n residencia­l suele necesitar 50 kW o menos, y a partir de ahí se trabaja la comercial).

«Ahorras, pero no tanto»

«Con la subida del pellet, la gente ya no hace cambio de caldera, porque tienes ahorro, pero ya no el que tenías», advirtió Inma, desde la mesa de Natural Fire (Yecla, Murcia), volcada en quemadores. «Lo más preocupant­e es la carencia de combustibl­e. De hecho, en esta cita muchos están cerrando contratos para fijar su precio para la próxima temporada», comentó por su parte Pilar Moyano, gerente de Bronpi, una marca de estufas de Lucena (Córdoba).

Un panorama en el que hacer cuentas y equilibrio­s, dado que –a pesar de que desde entonces no ha dejado de crecer de nuevo– en 2020 cayó la producción nacional y desde entonces la demanda, que siguió en ascenso, la supera. Según el último informe estadístic­o sobre la situación del mercado de Avebiom, en 2022 se consumiero­n 865.000 toneladas de pellet en España, frente a la fabricació­n de 768.300 en todo el país.

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// IVÁN TOMÉ Asistentes a la IV Feria de Biomasa valoran una estufa de pellets

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