La inflación desinfla el sector
Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León La subida de los precios y la sequía están detrás de la pérdida del 1,1 por ciento de las empresas agroalimentarias en el último año, hasta las 25.548
Es un sector «estratégico» en la economía de Castilla y León y juega, además, un papel «determinante» para el mantenimiento de la población en el medio rural, y más en un territorio eminentemente municipal. Pero no es ajeno a una situación de incertidumbre «bestial» y subida de costes, además de sufrir en primera persona los efectos de la sequía por segundo año consecutivo. Así que durante el último ejercicio, el tejido de las empresas agroalimentarias ha perdido peso, a la vez que también ha disminuido el presupuesto familiar para la cesta de la compra. Ha adelgazado un 1,1 por ciento, hasta quedarse en las 25.548 firmas, según las conclusiones del Observatorio Agroalimentario del Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios). Una radiografía que también apunta que la afiliación a la Seguridad Social cayó en un 1,5%, eso sí, con más trabajadores por cuenta ajena y menos autónomos debido a las jubilaciones y el trasvase a empresas.
Se trata, en general (99,5%), de pequeñas e incluso microempresas, con «gran tradición familiar» que a la vez supone una «fortaleza» y una «debilidad». En el plato positivo de la balanza, la «gran imagen de calidad» que tiene dentro y fuera de las fronteras la producción de Castilla y León. Pero, en el negativo, la limitada capacidad de negociación y comercialización dada precisamente esa «atomización» por el elevado número de «pequeñas» firmas, que también frena la exportación.
«El tamaño importa mucho, porque nos hace ser innovadores, competitivos y afrontar cualquier inestabilidad macro y microeconómica que exista a nivel internacional en todo momento», subraya De Marformación, garida, quien también lamenta que «nos cuesta salir». Las exportaciones ahora son «muy estables y conservadoras», ya que casi tres cuartas partes de las ventas al exterior son a países de la Unión Europea, por lo que aboga por ampliar mercados. En 2022, los exportadores del sector subieron un 2,6%, hasta los 2.683, señala el estudio, que también destaca el aumento en el comercio fuera, que subió un 14,3%, una «cifra muy buena», destaca De Margarida.
Pero, apostilla, «hay que saber vender». En la comercialización también señala uno de los ‘peros’ de los que adolece el sector en Castilla y León: el «déficit» de una de adecuada cobertura de internet que facilite la venta on-line. También, añade, la «escasa cultura de gestión» y la limitada
a la vez que apunta como «prioritario» mejora la competitividad.
«Orgullo» rural
Otra «amenaza» que se cierne sobre el sector agroalimentario en Castilla y León es el progresivo «abandono» del campo, señala el director de este Servicio de Estudios. Por este motivo, viendo que profesionales del sector agroalimentario tienen dificultades para que sus hijos y nietos sigan con el legado familiar, llama a «valorar y proteger el esfuerzo que supone para agricultores, ganaderos y productores surtir de productos el mercado para hacer llegar al consumir productos básicos».
Incide en este punto en potenciar el «sentido de pertenencia» de los jóvenes al mundo rural «y el orgullo de ser valedores de la subsistencia alimentaria de la sociedad». Para ello, advierte, es «determinante» el posicionamiento «sin reparos» de los gobiernos autonómico y central y del resto de las instituciones y asociaciones empresariales, «necesarias para afianzar y potenciar el futuro socioeconómico de Castilla y León».
EL CARÁCTER FAMILIAR DE UN TEJIDO FORMADO EN UN 99,5% POR PEQUEÑAS SOCIEDADES SUPONE UNA FORTALEZA Y UNA DEBILIDAD