Redondo, el legendario
Se cuenta que durante el evento del 40 aniversario de la revista de cómics británica ‘2000 AD’ hubo un momento en que los frikis ingleses aficionados a los tebeos se empezaron a arremolinar alrededor de la mesa de un viejo dibujante extranjero de pelo blanco a quien no habían visto nunca, pero cuya firma recordaban al pie de tantas páginas de ‘Monster’, ‘Return to Armageddon’ o ‘Mind Wars’. Con actitud respetuosa le saludaban, pedían su autógrafo y murmuraban entre ellos «¡es Redondo, el legendario!».
Lo habitual para ‘Redondo el legendario’, sin embargo, es que nadie le reconozca cuando camina por el Paseo de Zorrilla de Valladolid, donde lleva viviendo 88 años y donde ha dibujado alrededor de 15.000 páginas de cómics editados en Holanda, Suecia, Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Alemania y hasta Nueva Zelanda. En España es poco conocido incluso para los aficionados al cómic, a quienes les suena porque se hizo cargo un tiempo de dibujar ‘El Capitán Trueno’ para la editorial Bruguera, aunque su nombre está en los sellos más importantes del género (Norma, Marvel) y no falta obra suya en las míticas revistas ‘Creepy’ o ‘Cimoc’.
Pero lo que convierte a Jesús Redondo en una figura sobresaliente no es su técnica de dibujo impecable y profesional, ni la extensión de su trabajo, sino la calidez con que siempre abrió su casa a varias generaciones de jóvenes dibujantes de Valladolid que desde hace décadas han peregrinado a su estudio buscando ayuda o consejo. La sencillez y generosidad del maestro provocaba verdadera veneración en esos adolescentes soñadores, que se alborotaban escuchando contar a Redondo cómo en una ocasión dibujó guiones de Alan Moore sin darle importancia (Moore es algo así como el Alfred Hitchcock del cómic).
Naturalmente, las instituciones de Valladolid han tratado a este dibujante con el tradicional desprecio castellano por los talentos locales, pero hay un puñado de ilustradores profesionales en activo (David Aja, Raúl Allén, Enrique Corominas) que, lejos de Valladolid, todavía sonríen al oír hablar de ‘Redondo, el legendario’.