Reaparece Carlos III en plena convalecencia para llenar el vacío en la Corona británica
▶ La retirada por motivos de salud de la primera línea de la Familia Real causa inquietud en el país
La Familia Real británica está en horas bajas. Con cuatro de sus siete miembros fuera de juego –los Reyes y los Príncipes de Gales–, La Firma –como ellos mismos se dominan– se ha convertido en los últimos días en carne de memes, bromas y teorías de la conspiración cada vez más descabelladas. Si hace unas semanas el público alababa la apertura con la que las fuentes reales compartieron que el Rey padece un cáncer y que la Princesa de Gales fue intervenida quirúrgicamente del abdomen por un padecimiento del que no se dio más información, ahora el sentimiento generalizado es de que nadie sabe.
Desde Palacio no ofrecen demasiados detalles sobre qué está pasando de puertas para adentro en la vida de unos personajes públicos que resultan fundamentales en la vida del país, salvo que el Príncipe Guillermo está cuidando de su esposa y de sus hijos, y que la Reina Camila, «agotada», se ha tomado unas días de vacaciones tras haber asumido el papel principal en varios compromisos. Por lo demás, hay más dudas que certezas.
Los rumores se recrudecieron después de que el heredero al Trono británico no asistiera a un servicio conmemorativo en Windsor celebrado la semana pasada en honor de su padrino, Constantino de Grecia, por «razones personales». Y, aunque desde Palacio se apresuraron a insistir en que la Princesa se está recuperando, la falta de detalles sobre dónde y cómo se encuentra hizo estallar comentarios y especulaciones en las redes.
Los rumores y especulaciones sobre el estado de salud de la Princesa de Gales no conseguirán que su marido, el Príncipe Guillermo, cambie la política de privacidad que ha mantenido hasta ahora con respecto a su esposa y sus hijos.
Así lo explicó en declaraciones a la cadena Sky News la ex secretaria de comunicación de la Familia Real Ailsa Anderson,
Así, en lo que podría ser un leve cambio en una estrategia de comunicación de silencio que ha sido criticada precisamente por fomentar las especulaciones, el Rey Carlos III reapareció ayer. Así se pudo apreciar en unas fotografías tomadas en el Palacio de Buckingham durante una audiencia con el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, antes de la presentación de los presupuestos hoy miércoles, intervención en la que el ministro detallará las estrategias fiscales del Gobierno para el próximo año.
La aparición del monarca en la audiencia, que forma parte de la tradición previa a la presentación del presupuesto ante la Cámara de los Comunes, normalmente se lleva a cabo señalando que aunque «el intenso interés en la realeza no es nuevo», el Príncipe Guillermo tiene claro que existe una línea roja cuando se trata de asuntos relacionados con su familia.
Por ese motivo, al menos por el momento, no se espera que haya novedades sobre la condición de Catalina, que no retomará su agenda pública hasta el mes de junio, según se supo ayer. de forma privada, sin cámaras. Sin embargo, debido a la situación extraordinaria, su regreso al foco público fue recibido con mensajes de solidaridad por parte de los ciudadanos, que ya están advertidos de que el soberano se mantendrá alejado de los focos durante el tiempo que dure su tratamiento contra el cáncer.
Vestido con traje azul y con una corbata clara, en la primera fotografía que salió la luz se aprecia al Rey dando la bienvenida a Hunt. Ambos aparecen muy sonrientes, en un encuentro puntual dentro de una agenda que el soberano ha despejado de compromisos públicos hasta nuevo aviso. En la segunda, los dos salen sentados al lado de una pequeña mesa en la sala de audiencias de Palacio.
Desde el Ministerio de Defensa del Reino Unido confirmaron que la Princesa Catalina asistirá dentro de tres meses al desfile ‘Trooping the Colour’, la celebración oficial del cumpleaños del Rey, como parte de su regreso a sus deberes reales, que, según anunciaron desde el Palacio de Kensington, no se produciría hasta después de la Pascua. El evento, en el que está previsto que participen más de 1.400 soldados, 200 caballos y 400 músicos, y que es desde hace más de 250 años el desfile de cumpleaños del monarca de turno con independencia de cuál sea la fecha de su nacimiento, está marcado el 8 de junio, cuando Catalina, como coronel del regimiento de la Guardia Irlandesa, pase revista a las tropas.
Los comentarios y especulaciones en las redes han empujado a La Firma a cambiar su estrategia del silencio de estas semanas
Tanto las fotos del Rey, con buen semblante, como la noticias sobre la participación de Catalina en el desfile de junio, llegan después de que el pasado lunes la página web estadounidense de entretenimiento TMZ publicara una fotografía en la que se ve a la Princesa, de 42 años, cerca del castillo de Windsor, en el asiento del pasajero de un Audi negro conducido por su madre, Carole Middleton.
La fotografía de Catalina, que llevaba gafas de sol, es la primera desde que fue vista durante un paseo el día de Navidad en Sandringham (Norfolk), pero los medios británicos no la publicaron. Chris Ship, responsable de la cobertura de los temas relacionados con la Familia Real en la cadena ITV, escribió en su cuenta de la red social X que, aunque «hay fotos paparazi de la Princesa de Gales, no las estamos publicando por respeto a su privacidad mientras se recupera de su operación dentro del plazo que nos dieron». «Hasta donde yo sé, ningún otro canal de televisión o periódico del Reino Unido ha publicado las fotos tampoco», aseguró, explicando la que parece ser la posición generalizada de la prensa local.
Aquel suceso, sin embargo, no puede entenderse sin los estrechos vínculos que había entre Chérizier y el asesinado expresidente Jovenel Moïse.
Moïse y Chérizier eran cercanos. Una investigación del medio ‘Insight Crime’, especializado en el estudio de pandillas en toda Latinoamérica, confirma que el policía y su pandilla Delmas 6 recibieron apoyo material, logístico y financiero de altos funcionarios del Gobierno de Moïse, quienes le proporcionaban dinero, armas, uniformes policiales y vehículos para llevar a cabo «el trabajo sucio» que, usualmente, consistía en operaciones asesinas para acallar a la oposición. De estas operaciones secretas surgió Delmas 6 y, con ellas, Chérizier se vio obligado de buscar un nuevo nombre, un alter ego a su labor policial. Así nació Barbecue.
Reportajes de ‘Le Nouvelliste’, la BBC e ‘Insight Crime’ recaban que, antes del asesinato de Moïse, «el 50% de los fondos del grupo de pandillas coordinadas por Barbecue –que ahora se llaman G9 y Familia, una federación criminal de nueve de las pandillas más poderosas en la capital isleña– provenían de fondos del Gobierno», mientras el 30% se financiaba con las ganancias por los secuestros y el 20% restante a través de las extorsiones. Tras el asesinato de Moïse, la financiación a Barbecue se redujo considerablemente. Fue entonces cuando este individuo, armado hasta los dientes y ejerciendo un liderazgo poderoso entre las pandillas de la isla, decidió que quería controlar el país desde el Gobierno, pero por las bravas.
Durante 2021, mientras el ya inestable Haití se desestabilizaba todavía más, Barbecue se alzó como líder revolucionario, y cuando Ariel Henry asumió como presidente interino, pidió su renuncia y amenazó con sacarle del poder por la fuerza. El vacío de poder dejado por el asesinato Moïse y su cercanía con los pandilleros parecía ser el momento perfecto para tomar las riendas. Pero no fue posible. En los años posteriores, Henry se mantuvo en el poder, aplazando, año tras año, la promesa de convocar elecciones, algo que enfadó a los opositores y a las pandillas. A esto se le sumó la polémica que protagonizó Henry en febrero de 2022, cuando los oficiales que investigaron el caso del magnicidio de Moïse revelaron sus sospechas de que el presidente interino estaba involucrado en la planificación del asesinato del expresidente y dieron a conocer los vínculos que tenía con Joseph-Félix Badio, uno de los sospechosos acusados de orquestar el crimen.
Durante el Gobierno de Henry, Barbecue coordinó múltiples ataques en los barrios de Pont-Rouge, Chancerelles, La Saline y Fort Dimanche para ampliar el control territorial de la G9 y Familia, sembrar el caos y desorden en la isla e insistir en la renuncia del presidente interino. Su ‘modus operandi’ es ya conocido: el fuego. Incinera a sus enemigos e incendia sus casas. A quienes tienen más suerte, solo los sentencia con un tiro en la sien.
El ahora expolicía también ha llevado su lucha contra las empresas privadas de Haití. Por ejemplo, en noviembre de 2021 condujo un bloqueo a la terminal petrolera más grande de Haití, la Terminal Varreux. Además, restringió el acceso al combustible en todo el país para presionar la renuncia de Henry y desestabilizar al gobierno.
Sin embargo, la batalla del pandillero no solo es contra el gobierno ni las empresas. También es contra otros pandilleros. En 2022, Barbecue lideró una brutal guerra entre el G9 y Familia contra los 400 Mawozo, la pandilla de oposición más fuerte que aún controla ciertos barrios capitalinos de peso. La guerra se extendió por doce días en las comunas de Puerto Príncipe.
Para Barbecue, sin embargo, los crímenes de G9 y Familia no son ataques terroristas, sino más bien una forma de restaurar la paz en la isla, tal como defiende en YouTube. El caos del pasado domingo, que llevó a la evasión a más de 3.000 reos –en su mayoría, pandilleros aliados al G9 y Familia– de la prisión principal de Puerto Príncipe, pretende reforzar los ejércitos pandilleros para forzar la renuncia de Henry y la convocatoria a elecciones.
Barbecue, entonces, no se ve como un pandillero ni un criminal. De acuerdo con las publicaciones en sus redes sociales, se considera un revolucionario y un antisistema que lidera una batalla contra la corrupta élite política del país. «Pedimos a la Policía Nacional de Haití y al Ejército que asuman su responsabilidad y arresten a Ariel Henry. Una vez más, la población no es nuestro enemigo. Los grupos armados no son sus enemigos», afirma en sus vídeos, en los que se filma acompañado de otros pandilleros que sostienen armas y llevan los rostros cubiertos.
El líder pandillero justifica sus crímenes en las redes sociales afirmando que persiguen la restauración de la paz en el país