Muere el alma de Cántico, Pablo García Baena
Hoy Córdoba dobla sus torres de orgullo por la muerte de uno de sus más predilectos hijos que la ha versado y evocado con exquisitez inusitada. Pablo García Baena, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984 y uno de los fundadores del Grupo Cántico allá por los años 40 de la pasada centuria, dejó ayer este mundo a los 96 años de edad tras pasar unos días ingresado en el Hospital de la Cruz Roja aquejado de una fuerte gripe. Hace apenas dos meses y medio se le pudo ver en el último acto público: su nombramiento como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Córdoba. Dentro de la que llamó Gerardo Diego «Constelación de Cántico», la poesía de Pablo García Baena destaca por su lujosa brillantez y por su maestría en el manejo del verso y la palabra, que al decir de Guillermo Carnero lo ponen a la altura de los más grandes poetas españoles del siglo XX. García Baena y Cántico son el más claro vehículo de transmisión a las actuales generaciones poéticas de la lección estética de la Generación del 27. Según, otros expertos, aunaba sensualidad y profundidad en un lenguaje de complicada y precisa perfección técnica que, en parte, venía de los grandes maestros del Siglo de Oro, especialmente de su siempre admirado Luis de Góngora. El Ayuntamiento de Córdoba informó anoche de que la capilla ardiente con los restos del poeta se instalará en su sede principal de la calle Capitulares, donde podrá rendírsele homenaje a partir del mediodía y hasta las ocho de la tarde.