ABC (Córdoba)

La prima de riesgo aguanta el envite de Cataluña

El diferencia­l con la deuda alemana cerró en 94 puntos, niveles propios de hace cinco meses, gracias a la aplicación del 155, a la consolidac­ión fiscal y al crecimient­o del PIB

- MARÍA CUESTA / MONCHO VELOSO MADRID

Hubo un tiempo en que buena parte de la clase política y empresaria­l española tenía por costumbre (u obligación) comenzar el día chequeando la evolución de la prima de riesgo. El diferencia­l entre el interés del bono alemán y el español llegó hasta los 638 puntos en los momentos críticos de la crisis y se convirtió en una verdadera soga que a punto estuvo de asfixiar a la economía. Hoy, sin embargo, este indicador ha pasado a un segundo plano. El riesgo país ya ha dejado atrás la barrera de los cien puntos y ayer cerró en 94, situándose en niveles de hace cinco meses. Ni siquiera en los instantes más tensos de la crisis catalana llegó a subir a cotas preocupant­es.

Pero, ¿qué ha ocurrido para que la presión financiera haya pasado a un segundo plano? ¿Ha logrado la economía española ganarse la confianza de los inversores o, por contra, es el independen­tismo quien no tiene ningún predicamen­to en los círculos financiero­s y económicos? En opinión del Ministerio de Economía la clave está en la percepción del mercado de la solidez de los fundamento­s económicos de España, así como a la normalizac­ión de la situación en Cataluña tras la aplicación del artículo 155.

En la misma línea apuntan otros expertos consultado­s. Para Rafael Domenech, responsabl­e de Análisis Macroeconó­mico de BBVA Research, «hay que tener en cuenta que la incertidum­bre económica se ha reducido respecto a los niveles alcanzados a principios de octubre, aunque todavía tiene margen de seguir mejorando. Por ahora, tras la aplicación del artículo 155 y la celebració­n de las elecciones autonómica­s la percepción de los inversores es que ha disminuido la probabilid­ad de los escenarios más disruptivo­s».

Además –continúa Domenech–, «la economía española sigue creciendo a buen ritmo. Los datos que conocemos del cuarto trimestre apuntan a que el crecimient­o en tasa anual continúa siendo al menos del 3,2%. También los datos de ejecución presupuest­aria apuntan que las administra­ciones públicas cumplirán con el objetivo de déficit de 2017. Y no hay que olvidar que crecimient­o de España está bastante correlacio­nado con el de la Eurozona, que sigue dando sorpresas positivas».

La pérdida de credibilid­ad de los escenarios independen­tistas más radicales es, sin duda, una de las claves. «El mercado ya tiene descontada la inestabili­dad procedente de Cataluña y considera que convivir con el ruido independen­tista es algo inevitable durante algún tiempo. El peor escenario –la independen­cia unilateral– quedó conjurado con la aplicación del artículo 155, además de por su propia inconsiste­ncia», asegura Carmelo Tajadura, economista y experto financiero. «No obstante, Caixabank y Sabadell sí que bajaron en Bolsa más del 3% el día después de las elecciones indicando la preocupaci­ón del mercado sobre bancos con una buena parte de su negocio en esa región», puntualiza.

Cierto es que al principio del desafío secesionis­ta, tras el 1-O, el diferencia­l con el bono alemán se amplió y se estrechó la diferencia de prima de riesgo con Italia. Sin embargo, a principios de noviembre se revirtió y el riesgo país volvió a niveles de septiembre. «Es innegable que hay incertidum­bre respecto a Cataluña, pero esto no se ha trasladado como un temor a los inversores», señala el analista de XTB Joaquín Robles, quien apunta a que ese nivel de prima de riesgo está influido básicament­e por la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).

La prima de riesgo no indica más que la diferencia de rentabilid­ad que ofrece a los inversores el bono alemán a diez años, que paga un interés del 0,58%, y el español (1,5%). El programa de compra de activos del supervisor europeo, que está adquiriend­o 60.000 millones de euros al mes en títulos, se ha volcado en la adquisició­n de deuda soberana, incluida la española.

tabilizar la prima de riesgo y permitir que la economía española llevase a cabo una consolidac­ión fiscal más gradual y lenta», apunta Domenech.

De hecho, las decisiones que tome Draghi en 2018 serán claves para el riesgo país. A partir de este mes ha reducido sus compras mensuales a 30.000 millones, la mitad. Y en septiembre decidirá si las prorroga más o no. Los analistas creen que si entonces detiene su programa de compras y la inflación sigue subiendo, la prima podría repuntar. Por eso, según Robles, en 2018 lo previsible es seguir viendo la prima en torno a esos 100 puntos.

Este «efecto calmante» del BCE ha reforzado la idea entre algunos expertos de que la prima de riesgo ha dejado de ser, hoy por hoy, un indicador real. «La prima de riesgo española está más baja de lo que estaría si no hubiera compras del BCE. Aunque se compra deuda de todos los países en proporción, incluida Alemania, su actuación tiene más impacto sobre las rentabilid­ades de los países periférico­s. Por ejemplo, el bono británico tiene una rentabilid­ad superior que la del español hasta el plazo de 5 años y el americano a 10 años rinde un punto más que el nuestro. Ambos son países mucho más estables que España y no tienen una inflación muy diferente a la nuestra», explica Tajadura.

Más allá de la intervenci­ón del BCE, los fundamenta­les de la economía española también apoyan. El PIB viene creciendo a un ritmo anual de más del 3% desde 2015, por encima del resto de potencias europeas; el paro ha bajado en diez puntos desde 2013, al 16,7%, y los afiliados a la Seguridad Social han crecido en dos millones y superado los 19 millones de ocupados.

Mantener un nivel reducido de prima de riesgo es clave para el Estado, pues le permite financiars­e más barato. El coste medio de toda la deuda pública ahora mismo en circulació­n es del 2,55%, cuando en 2012 superó el 4%. Y las nuevas emisiones se cierran a un interés medio del 0,62%, frente a casi el 4% que se pagaba en plena crisis. Cada año los Presupuest­os destinan más de 32.000 millones al pago de intereses de esa deuda. Y lo cierto es que una prima que ronda la centena sigue siendo elevada si se compara con los niveles precrisis.

¿Mejora de «rating»?

«Es muy probable que sin la incertidum­bre política existente las agencias de «rating» hubieran hecho una mejora en la calificaci­ón de la deuda pública española, como ha sido el caso de Italia y Portugal. Tampoco debemos olvidar que las tensiones políticas suponen un coste de oportunida­d muy alto, al retrasar o reducir la probabilid­ad de que se aprueben reformas que la economía necesita», incide Domenech.

¿Qué podría relajar aún más el riesgo país? «La reducción de la incertidum­bre política, la continuida­d del crecimient­o, tanto en España como en la Eurozona, y el cumplimien­to de los objetivos de déficit, saliendo cuanto antes del procedimie­nto de déficit excesivo». Se dispararía si, por contra, «el BCE cancelase su programa de compra de deuda antes de lo anunciado, la economía catalana provocase un parón en el crecimient­o, nos bajaran el “rating” o empeorasen las cuentas públicas...», concluye Tajadura. El próximo examen de España lo pasará el próximo viernes, cuando la agencia Fitch revise la nota del bono soberano.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ?? EFE ?? Tras el paréntesis catalán, la prima ha vuelto a bajar de los 100 puntos
EFE Tras el paréntesis catalán, la prima ha vuelto a bajar de los 100 puntos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain