ABC (Córdoba)

La deriva soberanist­a de UGT y CC.OO. dispara las críticas

- ALEX GUBERN BARCELONA

La imagen de los dos líderes de UGT y CC.OO. en Cataluña en la manifestac­ión para pedir la libertad de los políticos presos por el proceso soberanist­a –marcha de la que las dos centrales, junto a la ANC y Òmnium, eran convocante­s– está levantando ampollas. El PP y el PSOE denunciaro­n ayer el alineamien­to de los dos sindicatos mayoritari­os con el movimiento independen­tista, en un malestar que es también interno entre parte de los afiliados. Las tensiones vienen de lejos, en concreto cuando ya en el arranque del proceso soberanist­a, UGT y CC.OO en Cataluña, entonces lideradas por José María Álvarez y Joan Carles Gallego, se sumaron a la reivindica­ción del «derecho a decidir».

El malestar interno, que las direccione­s tratan de minimizar, se hizo patente cuando la semana pasada las secciones sindicales de UGT en Renfe y Telefónica exigían mantenerse al margen del «procés». No es una corriente nueva y, de hecho, un sindicato como el CSIF, que se declara apolítico, estima que en los tres años largos que van desde la consulta de 2014 a ahora, han doblado su presencia en Cataluña, hasta llegar a los 8.000 afiliados y los 500 delegados sindicales, según explica a ABC el líder del CSIF en Cataluña, Joan Escanilla.

«Hay una parte de ese crecimient­o que atribuimos de manera clara a los acontecimi­entos políticos y al papel que han jugado el resto de sindicatos», añade Escanilla, en un crecimient­o que también ha beneficiad­o, aunque por motivos opuestos y en una proporción más pequeña, a la minoritari­a central independen­tista Intersindi­cal.

En este contexto, se estima que tanto UGT como CC.OO. pueden haber perdido unos 500 afiliados cada una por razones políticas. Un 40% de los militantes de este último sindicato se declaraba independen­tista en una encuesta interna.

Primer pie en la SEAT

Todo este movimiento, y acciones concretas como el protocolo de defensa del funcionari­ado que el CSIF puso en marcha con motivo del 1-O –con la idea de defender a los trabajador­es públicos–, han reforzado a esta central: primera fuerza en Prisiones y segunda en Justicia. Su crecimient­o en el seno de la administra­ción autonómica es otro indicio de la relativa buena acogida con la que en los distintos departamen­tos de la Generalita­t se ha acogido el 155. «La administra­ción está funcionand­o con normalidad», añade Escanilla.

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