UN RAYO DE LUZ PARAELMUNDO RURAL
La caza se consolida como la esperanza para dinamizar el rural ante su declive demográ8co
Más de 200.000 andaluces practican la caza en el 80 por ciento de todo el territorio andaluz. La mitad lo hacen organizados en 1.400 sociedades de caza locales que invierten en conservar su entorno.
La mitad de los municipios españoles se encuentra en peligro de extinción severo a medio plazo. Así lo a?rma la Federación Española de Municipios y Provincias ( FEMP) en su informe “Población y Despoblación en España” de enero de 2017, en el que según datos del Instituto Nacional de Estadística, en nuestro país son ya casi 4.000 los municipios que sobreviven con menos de 500 habitantes.
Entre 2015 y 2016, España perdió un total de 67.374 habitantes, un considerable retroceso demográ?co que, según este estudio de la FEMP en base a las cifras aportadas por el INE, se ha cebado mayoritariamente en las áreas rurales, que son las que, proporcionalmente, más población han perdido.
El conjunto de las capitales de provincia españolas han ganado unos 14.000 habitantes, lo que demuestra que el declive demográ?co sigue concentrado y acentuado en los municipios situados fuera de las grades ciudades y, especialmente, en las poblaciones de menos de 5.000 habitantes.
El éxodo rural ante la falta de oportunidades laborales, la escasa renovación generacional, debido a la pérdida continua de habitantes, y un envejecimiento de los censos son los principales causantes de esta preocupante situación demográ?ca de las áreas rurales.
Existe una relación directa entre el mercado laboral y la despoblación del rural. Pese a la recuperación económica y al aumento en la masa total de a?liados a la Seguridad Social en España, en los pequeños municipios, la falta de oportunidades laborales conduce, según a?rma el propio estudio de la FEMP, a una espiral de pérdida de habitantes progresiva.
“Es importante arbitrar medidas de fomento del empleo en las áreas rurales, que contribuyan a frenar la despoblación y a favorecer dinámicas inversas de ?jación de habitantes y captación de nuevos pobladores” a?rma la federación municipalista en sus conclusiones.
Frente a esta situación, las actividades vinculadas al mundo rural se con?guran como una de las principales herramientas para la cohesión y desarrollo social de los municipios y poblaciones que lo componen.
De entre todas ellas, la caza se presenta como una de las que más valor puede aportar al desarrollo social y económico del mundo rural. Especialmente en región andaluza donde, según datos de la Consejería
de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, los terrenos dedicados a la actividad cinegética abarcan algo más de siete millones de hectáreas, lo que supone más del 80 por ciento de todo territorio andaluz.
En septiembre de 2017 el titular de esta Consejería, José Fiscal, cifró en 50.000 los jornales anuales directos creados por la caza en Andalucía, generando un movimiento económico de 71 millones de euros en bene?cios.
Permisos y licencias administrativas, armas y munición, equipamiento, gestión cinegética, guardería, jornadas de caza, desplazamientos y hostelería, taxidermia, carne de caza... son múltiples las industrias, medianas y pequeñas empresas que deben su supervivencia a la caza.
Junto a su importancia económica, la actividad cinegética representa también una herramienta para la cohesión y desarrollo social en los municipios rurales. En ello tiene especial importancia la caza deportiva, bien llamada también “social”, representada por cazadores de un mismo municipio que se asocian en clubes deportivos para obtener el aprovechamiento cinegético de montes públicos o privados de su entorno.
Más allá de los grandes trofeos y lejos de las prestigiosas ?ncas, este tipo de caza representa, en Andalucía, la columna vertebral de una actividad que en los pueblos se sigue transmitiendo de padres a hijos y que ayuda a ?jar las poblaciones o, cuanto menos, a mantener el contacto con el mundo rural de todos esos jóvenes protagonistas del éxodo rural que tanto daño está haciendo a los pequeños municipios.
Las cifras de la caza social en nuestra comunidad también avalan su importancia: cuenta con casi 100.000 cazadores ( de los 200.000 en total) adscritos a la Federación Andaluza de Caza, el órgano encargado de velar y representar a la caza deportiva, organizados en un total de 1.400 sociedad des cazadores repartidas por todo el territorio andaluz.
“Prácticamente no existe un municipio andaluz donde no haya una sociedad de cazadores local que desarrolla su actividad gracias a la adjudicación de montes públicos de su entorno que, gracias a la caza, contribuyen a la conservación a la vez que generan movimiento económico” asegura José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza.
En muchos casos, este movimiento asociativo en torno a la actividad cinegética supone la creación de sociedades de caza que, por su número de socios, representan las asociaciones y colectivos de más peso en municipios del mundo rural.
Todos estos datos evidencian el papel de la caza en la dinamización económica y social del rural, ofreciendo oportunidades, para fomentar el desarrollo a través de una actividad que, además, favorece la conservación del entorno natural de cada localidad o ciudad.