El amarillo contamina la Copa
Un grupo de peñas del Barça promueven que los hinchas vistan de ese color en apoyo a los presos secesionistas
La exitosa trayectoria del Barça en la Copa del Rey –este sábado disputará contra el Sevilla su quinta final consecutiva– ha coincidido con el proceso soberanista, lo que ha hecho que en los últimos años las sucesivas finales se hayan visto contaminadas por la política. Desde el abucheo al himno de España en la final de Mestalla entre el Barça y el Madrid de 2014, la tensión ha ido a más. Y este año no va a ser distinto.
Unas cuarenta peñas y asociaciones azulgranas se han adherido a una iniciativa que invita a los culés desplazados a la final del sábado a vestir de amarillo, color este último empleado para reivindicar la libertad de los políticos presos por el proceso soberanista. En un manifiesto difundido a través de las redes sociales, los promotores se remontan al cierre en 1925 durante seis meses del campo del Barça por la pitada al himno nacional, o al fusilamiento en 1936 por parte de las tropas franquistas del presidente de la entidad Jose Sunyol. Los promotores reivindican el club y su historia de «compromiso con la causa de la libertad y de la democracia».
«Os invitamos a expresar lo que somos en amarillo: llevando la camiseta del Barça de la “senyera”, o camisetas amarillas (debajo de la blaugrana) y hacerlas visibles dentro del estadio a la hora que suene el himno de España», apuntan los promotores.
La iniciativa para llenar de amarillo el Wanda Metropolitano es paralela a la que promueve uno de sus adheridos, el grupo llamado Manifest Blaugrana, que además reclama que los jugadores vistan la camiseta del Barça con la bandera catalana –que no está entre las tres oficiales de esta temporada– y que la directiva envíe una representación institucional mínima al partido.
Por lo pronto, la directiva del Barcelona piensa dar un paso adelante y estudia llevar a cabo algún tipo de acción reivindicatova. Fiel a su discurso de los últimos años y, amparándose en la libertad de expresión, no censurará los abucheos. «En todas las Copas del Rey que yo he sido directivo han pitado. La gente puede decir lo que quiera, hay democracia y cada uno se expresa como quiere», ha explicado Bartomeu cada vez que le han preguntado sobre esta cuestión. Ahora quieren ir un paso más allá.
«Ofender y menospreciar»
Por el momento, y que se tenga conocimiento, no hay ninguna iniciativa organizada para llevar a cabo una pitada masiva, como sí sucedió en la final de 2015. Por esos hechos Santiago Espot, presidente de Catalunya Acció, fue condenado por la Audiencia Nacional el pasado mes de diciembre a una multa de 7.200 euros como promotor de la pitada al himno ante el Rey Felipe VI en la final de Copa del 2015 disputada en el Camp Nou entre Barça y Athletic de Bilbao.
El juez consideró en su sentencia que Espot era autor de un delito de injurias a la Corona y otro de ultrajes a España al considerar que su actuación no estaba amparada por el derecho a la libertad de expresión. Y le acusó de ser el autor «de un plan preconcebido y planificado por el mismo» que ejecutó con el «deliberado y firme propósito de ofender y menospreciar al jefe del Estado español y al himno nacional». Por los precedentes y el momento político, la fina de este año no va a ser distinta.