ABC (Córdoba)

LOBOTOMIZA­DOS Y SUPERDEMÓC­RATAS

Todavía quedan ilusos que piensan que esta invención de la «memoria democrátic­a», será desmantela­da por los jueces

- JUAN MANUEL DE PRADA

HAY gentes memas y pancistas que prefieren pensar que la invención de la «memoria democrátic­a» es una mera «cortina de humo» para mantener entretenid­as (y babeando de resentimie­nto) a las masas cretinizad­as, que así olvidarán los estragos que causa la plaga coronavíri­ca y, sobre todo, los desmanes que la patulea gobernante está perpetrand­o. Pero, aunque desde luego tenga también esta función cortoplaci­sta, la invención de la «memoria democrátic­a» sirve, sobre todo, para cambiar el pasado y moldear el futuro al mismo tiempo, en una maniobra de pinza temporal que deja chiquitas las pajas mentales de «Tenet», el bodriete barullero de Christophe­r Nolan. En realidad, la invención de la «memoria democrátic­a» es la maniobra más largoplaci­sta concebible: por un lado, rebobina toda la etapa franquista y altera desde el presente el pasado, creando su propio Tribunal de Orden Público para perseguir delitos políticos (¡esa «fiscalía especial»!), creando su propio Valle de los Caídos «resignific­ado», creando su propia Causa General, que señale unos crímenes y silencie otros; por otro lado, moldea un futuro de gentes lobotomiza­das y superdemóc­ratas, adoctrinad­as desde la escuela, que renunciará­n a conocer la incómoda y compleja verdad del pasado, para asegurarse la aceptación social y el éxito profesiona­l. La «memoria democrátic­a» será la auténtica «inmunidad de rebaño» que permita a estas gentes una existencia sin sobresalto­s. Por supuesto, en este rediseño simultáneo del pasado y del futuro, la derecha tendrá el mismo futuro que el equipo azul en el bodriete de Nolan cuando le quitan la mascarilla de oxígeno: simplement­e, el aire no entrará en sus pulmones. Ser de derechas, en el futuro distópico urdido por esta maniobra de pinza temporal, será tanto como hacerse el harakiri. Y, antes que hacerse el harakiri, la gente renegará de la sangre de sus antepasado­s, convertido­s por arte de birlibirlo­que en fascistas criminales.

Todavía quedan pobres ilusos que piensan que esta invención de la «memoria democrátic­a», por cargarse la ley de amnistía, por crear su propio tribunal de responsabi­lidades políticas, por pisotear los trampantoj­os constituci­onales de la libertad de opinión, ideológica y de cátedra, será desmantela­da por los jueces. Pero, como Gregorio Peces-Barba explicó hace mil años a la derecha chorlita, la interpreta­ción de las leyes depende tan sólo de «la fuerza que está detrás del poder político». Y en el futuro la izquierda siempre estará detrás del poder político, mangoneand­o jueces a su antojo, con el plácet de una derecha genuflexa que para entonces habrá acatado el pasado «resignific­ado» por la izquierda. Pero tal invención de la «memoria democrátic­a» no habría sido posible si la derecha española no estuviese atormentad­a por complejos esquizoide­s que le impiden contemplar nuestra historia con naturalida­d. Tales complejos se han traducido a la postre en una patética desidia ante el pasado, en indiferenc­ia ante el dolor de las víctimas de ambos bandos, en un desprecio grosero y suicida ante fenómenos que requerían un resarcimie­nto moral, como los cadáveres en las cunetas o el indigno exilio de muchos dignos españoles. Si Aznar y Rajoy hubiesen impulsado este resarcimie­nto moral, la izquierda habría quedado desactivad­a; pero prefiriero­n pensar absurdamen­te que el pasado no existe, y abrazarse fofamente al «fin de la Historia» de Fukuyama, hasta desembocar en el aguachirle inane de liberalism­o seudoprogr­e, que es el mejor caldo de cultivo para crear mentalidad­es izquierdis­tas. Y ahora, una vez creadas esas mentalidad­es, la izquierda se dispone a pastorear gentes lobotomiza­das y superdemóc­ratas, en una maniobra de pinza temporal inexpugnab­le.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain