La joroba de Asland, la chapuza que nunca llegó a solucionarse
Son muchas las ventajas que trajo la alta velocidad a Córdoba y muchos también los problemas. Con el trazado del AVE se accedió a un turismo de proximidad que antes dependía del automóvil y a la posibilidad de acortar trayectos. Supuso la urbanización de la antigua playa de vías que ahora es el Vial Norte, nombre administrativo del Plan Parcial Renfe que no ha conseguido borrar el callejero. Por el contrario, se produjo la mayor destrucción de restos arqueológicos tolerada por la Administración. La vía del ferrocarril generó una auténtica chapuza al sobreelevar un acceso a la ciudad para acortar el espacio soterrado, lo que abarató considerablemente las obras. Los sucesivos gobiernos, incluido el que realizó la llamada joroba de Asland, se comprometieron a que eso sería una solución provisional que sería reparada en cuanto pasasen las urgencias de la Exposición Universal de 1992. De hecho, las actuaciones para su eliminación se fueron sucesivamente posponiendo por el impacto presupuestario que supone crear un paso soterrado bajo el ferrocarril. La creación del túnel de Chinales se diseñó con la orden expresa de que en ningún momento llegase a interferir en una futura intervención del Gobierno. La joroba ha entrado en el paisaje de la ciudad de forma que los partidos ni siquiera ya prometen que acabarán con ella.