El Gobierno acerca cinco etarras en plena negociación con Bildu
En esta semana en la que el Gobierno de España ha formalizado sus negociaciones con Bildu para los Presupuestos, Interior anunció ayer el traslado a cinco presos de ETA, algunos con delitos de sangre. Cuatro de ellos irán a prisiones más próximas al País Vasco, y uno directamente a Bilbao. Es condición conocida de Arnaldo Otegui para apoyar a Pedro Sánchez que se acelere el ritmo de los acercamientos: acabar con la política penitenciaria «vengativa», en su jerga. El Gobierno, por supuesto, desvincula la decisión de ayer de esas conversaciones.
En total, desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno en junio de 2018 se ha acercado a cárceles del País Vasco a 68 etarras, más de un cuarto sobre los 200 penados que siguen hoy entre rejas. La mitad de éstos (38), se han autorizado desde mayo de este año. Once terroristas han sido acercados a cárceles vascas, una línea roja para las víctimas, recuerda la AVT, que ayer exigió al Gobierno que «rompa» su negociación con Bildu sobre los presos.
Entre los terroristas beneficiados ayer hay dos etarras muy significativos: Jesús Arcauz Arana, alias «Josu de Mondragón», ex número 2 de ETA, y Lierni Armendáriz, del «comando Barcelona», condenada por el asesinato del dirigente socialista Ernest Lluch y de dos conejqles del PP, José Luis Ruiz y Francisco Cano. Ninguno de los dos ha pedido perdón y ambos progresan al segundo grado. En la decisión de Armendáriz ha sido clave su estado de salud, según ha podido saber ABC, que aconseja más proximidad a sus familiares.
Fuentes de Interior recuerdan que la banda terrorista se ha disuelto, que sus presos reconocen la legalidad penitenciaria y que muchos están ya en la última fase de su condena y la regla general es adoptar decisiones que faciliten su «reinserción».
Al haber desaparecido la amenaza terrorista, la doctrina de Instituciones Penitenciarias, y que defiende a capa y espada el ministro y exjuez Fernando Grande-Marlaska, es hoy aplicar el criterio general de que cumplan la pena lo más cerca posible de sus casas. Una demanda por la que el PNV presiona desde hace años a La Moncloa y que ha tenido mayor receptividad en Sánchez, que accedió al poder con su apoyo en la moción de censura contra Rajoy. El jefe del Ejecutivo ya se ha comprometido con los nacionalistas al traspaso de la política penitenciaria al País Vasco.