Siempre en domingo

Entre los servicios esenciales que nos redescubrió la pandemia y ha reactivado la borrasca, cada vez más valorados y reconocidos, figuran los camioneros que nos traen el arroz y el papel higiénico, los soldados que desinfectan hospitales y limpian de hielo las calles y los cámaras que documentan la vocación de servicio de nuestro presidente del Gobierno. Para consuelo y esperanza de las víctimas del temporal, Pedro Sánchez se dejó ayer fotografiar como ese hombre de acción que desafía a los elementos y los virus para tomar las riendas de un país permanentemente instalado en la zozobra, encomendado a su persona y confiado en ese mesianismo de tuit y pegatina que tanto sosiego transmite. Sánchez se hizo la foto y Ábalos le hizo la ola. Según el ministro de Transportes, el presidente del Gobierno lleva trabajando «intensamente» en lo de la nieve desde el pasado miércoles, justo un día antes de que, según Marlaska, la Aemet tocara a rebato y comenzara a organizarse el dispositivo ministerial que ha seguido esta crisis meteorológica. Con Ábalos de por medio, cualquier borrasca puede convertirse en un «Filomenagate», dentro y fuera del aeropuerto de Barajas. Sus versiones de lo sucedido no suelen cuadrar con la realidad, ni siquiera con la que construye su compañero de temporal. El mismo Gobierno que no quiso ver venir el Covid-19 se presenta ahora como un prodigio de anticipación, tanto que se anticipa a sí mismo. Lo que empezó el jueves bien pudo empezar el miércoles, e «intensamente». Nunca lo sabremos. Sánchez siempre va vestido de domingo.