Se buscan naves industriales para celebrar macrojuicios
«El refuerzo policial ha sido tan importante que no se ha podido acompasar el fiscal y judicial, pero hemos mejorado». Son palabras de Juan Cisneros, fiscal jefe de Algeciras. Él conoce de primera mano los efectos del narco, aunque los rebaja. El pasado 16 de diciembre le pincharon las ruedas de su coche por cuarta vez mientras trabajaba en su despacho. Dice que tiene sospechosos y espera que la Policía consiga las pruebas. A la pregunta de si cree que han sido traficantes responde con cautela. «Manejamos intereses importantes de mucha gente».
Y sí, entre esa gente la palma se la llevan los narcos: tres de cada cuatro casos que se instruyen y se juzgan en el Campo de Gibraltar tienen que ver con las drogas.
Admite la sobrecarga de trabajo en la que viven los juzgados de la zona, pese al refuerzo con tres de instrucción y tres fiscales más (frente a 900 policías y guardias civiles). «Son causas gigantescas, con muchos detenidos, droga, efectos de todo tipo intervenidos, blanqueo... Ahora el problema está en la Audiencia ante los macrojuicios que se avecinan. Ni siquiera hay capacidad en el edificio para llevarlos a cabo por lo que se están buscando naves industriales», cuenta.
La «industrialización» de las organizaciones criminales que destacan los investigadores tendrá, por tanto, un reflejo práctico y equivalente a la hora de sentenciarlas en naves.
Cisneros está convencido de que se van a imponer condenas a la altura del trabajo policial y las instrucciones llevadas a cabo en esta guerra doméstica contra el narco. Pide paciencia. «Cuello de botella hay. Tal vez se tarde en juzgar más que hace cinco o seis