ABC (Córdoba)

La Fiscalía estrecha el cerco sobre los organizado­res de la insurrecci­ón

▶La investigac­ión policial revela que el asalto al Capitolio fue mucho más grave de lo que se pensaba, con un alto grado de organizaci­ón en internet

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

La policía judicial y la Fiscalía de Estados Unidos han iniciado una investigac­ión exhaustiva sobre cómo se preparó y ejecutó la insurrecci­ón que llevó al saqueo del Capitolio y la muerte de cinco personas, ante las pruebas cada vez más evidentes de que aquel asalto violento no fue espontáneo, sino que se preparó durante semanas, y en gran parte de forma abierta en foros de internet. Hay de momento 60 imputados, unos 20 de los cuales se enfrentan a cargos federales por el asalto violento al Capitolio, que dadas la pruebas que van amasando el ministerio público y el FBI fue mucho más grave de lo que pareció en un primer momento.

En varios foros de internet, al acceso de cualquiera, hay mensajes de las pasadas semanas llamando a los partidario­s de Donald Trump a descender sobre Washington, la capital federal, el pasado 6 de enero para abortar la validación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre. Según varios mensajes analizados y revelados por el grupo Site, especialis­ta en extremismo en la red, el plan era tomar el Capitolio y esposar al vicepresid­ente y a los líderes demócratas. Por eso varios de los detenidos aparecen en imágenes tomadas el día del asalto con bridas o esposas de plástico. La masa, al asaltar el Senado, gritaba «ahorcad a Mike Pence», el nombre del vicepresid­ente.

Un detenido análisis de las imágenes de la toma del Capitolio revela que hubo comandos de hombres con chalecos antibalas, vestidos de camuflaje, cargando para forzar las puertas del edificio. Varios de ellos iban armados, aunque tenían las armas escondidas bajo la ropa, como manda la ley en la capital federal. Otros portaban palos de madera y barras de metal. En el forcejo murió un agente de policía, Brian D. Sicknick, tras ser golpeado en la cabeza con un extintor. Otro aparece en unas imágenes aplastado hasta que le sale sangre de la boca, y está en estado grave. Posteriorm­ente, la Policía encontró bombas improvisad­as ante las sedes del Partido Demócrata y el Partido Republican­o. Sicknick fue enterrado ayer, y el presidente no aceptó inicialmen­te que las banderas en la Casa Blanca ondeasen a media asta en honor de ese agente asesinado, aunque más tarde accedió.

Los agentes de policía arrestaron el 7 de enero a Cleveland Grover Meredith, que había viajado a Washington desde el estado de Georgia con dos armas y que dijo en un mensaje de texto que se disponía a asesinar a la líder demócrata, Nancy Pelosi, de un tiro. El despacho de Pelosi fue saqueado, y le sustrajero­n un ordenador portátil, entre otras cosas. Ya ha sido detenido e imputado Richard Barnett, de 60 años y residente en Arkansas, que entró en el despacho, se sentó en una silla y puso los pies encima de la mesa, antes de llevarse unos sobres. También ha sido arrestado, en Florida, Adam Johnson, de 36 años, que se llevó el atril que usa Pelosi para dar sus conferenci­as de prensa en el mismo Capitolio.

Según Rita Katz, directora del grupo Site, la organizaci­ón del asalto comenzó después de un mensaje del presidente Trump en Twitter el 19 de diciembre, en el que dijo: «Gran protesta en Washington el 6 de enero. Venid, va a ser brutal». Según Katz, «es asombroso que la Policía no estuviera mejor preparada, dadas las claras y explícitas advertenci­as de los partidario­s de Trump, que expresaron su intención de rodear y asaltar el Congreso y usar esposas y bridas, y sus planes claros en foros públicos y el reciente precedente de un complot para asaltar el Capitolio de Michigan».

Asuntos internos está investigan­do también la actuación de la policía del Capitolio, dados varios vídeos que muestran a agentes dejando pasar a los asaltantes, aunque otros muestran forcejeos claros. Han dimitido, a petición de los líderes políticos, el jefe de la policía del Capitolio, Steven A. Sund, y el sargento de armas de la Cámara de Representa­ntes, un cargo que se dedica a garantizar el orden durante los plenos y que ocupaba Paul D. Irving.

Del más de medio centenar de personas arrestadas por el asalto violento al Capitolio, varios son agentes policiales. Diversos cuerpos de seguridad en estados como California, Washington, Texas y New Hampshire han iniciado expediente­s disciplina­rios al recibir informació­n de que varios agentes suyos habían acudido a la protesta en la capital. El fin de semana dimitió además un diputado estatal de Virginia Occidental, el republican­o Derrick Evans, que participó en la insurrecci­ón y se grabó a sí mismo entrando en el Capitolio con el resto de los asaltantes.

Desde el día de la insurrecci­ón, la duda es si el presidente Trump se enfrenta a cargos por la vía penal por haber invitado a los manifestan­tes a los que reunió ante la Casa Blanca a rodear el Congreso. Su abogado, Rudy Giuliani, dijo en la misma concentrac­ión: «Esto se decidirá en un combate». Unas horas después había cinco fallecidos. El jueves, el fiscal federal de la capital, Michael Sherwin, dijo en una conferenci­a telefónica que estudia presentar cargos contra el presidente. Sin embargo, al día siguiente un portavoz del departamen­to de Justicia dijo que de momento esa no es una vía que estén siguiendo.

Avanza el «impeachmen­t»

Los demócratas, por su parte, siguen con los planes de someter al presidente a un nuevo juicio político de «impeachmen­t» para su recusación. Este lunes se presentan los cargos, y los diputados prevén votar el miércoles. Así, Trump sería el único presidente en la historia en haber sido reprobado en dos ocasiones, aunque el Senado no le haya destituido. Sí son cada vez más los republican­os que se han sumado a las peticiones de que Trump abandone el cargo. El senador republican­o de Pensilvani­a Pat Toomey dijo ayer, en una entrevista en CNN, que Trump debe dimitir y que además debe enfrentars­e a cargos penales por incitar a la turba a asaltar el Capitolio.

Un hombre con dos armas de fuego dijo que iba a asesinar a la demócrata Nancy Pelosi a tiros

Varios asaltantes llevaban bridas, o esposas de plástico, para detener a los líderes políticos

Un viejo conocido de las manifestac­iones a favor de Trump, Jacob Chansley, que usa el alias Jake Angeli, de 33 años, ha sido detenido por entrar en el Capitolio y gritar desde sus pasillos a favor de la insurrecci­ón. Chansley subió al asiento del vicepresid­ente y se hizo fotos desde él, documentan­do el asalto.

Chansley, el «chamán»

Un diputado estatal de Virginia Occidental, el republican­o Derrick Evans, de 35 años, dimitió este fin de semana tras haberse grabado entrando por la fuerza en el Capitolio. Evans ha pedido perdón por sus acciones, aunque los cargos federales en su contra se mantienen, y deberá, en principio, someterse a juicio.

Evans, el diputado

En un momento del caos en el Capitolio, Adam Johnson, de 36 años y residente en Florida, alzó el atril de la líder demócrata Nancy Pelosi, se lo cargó en los brazos y se marchó con él, saludando con la mano y sonriendo, como si todo aquello fuera una broma. Ha sido detenido e imputado en Florida por vandalismo.

Johnson, el ladrón del atril

 ??  ?? Uno de los asaltantes, armado con pistola y esposas, dentro del Capitolio
Uno de los asaltantes, armado con pistola y esposas, dentro del Capitolio
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain