Paréntesis en forma de cierre
La localidad inicia el confinamiento para bajar la mayor incidencia de Andalucía. Vigilancia policial, test municipales y las almas justas transitando por la calle
EL primer día de cierre perimetral en Añora dejó, paradojas de esta pandemia, más movimiento que en las jornadas anteriores donde la localidad de Los Pedroches fue protagonista por el aluvión de casos y la tasa de incidencia acumula, que por cierto subió ayer lunes por encima de los nueve mil casos por cada cien mil habitantes. La explicación a ese movimiento mayor no es otra que los afectados por el Covid-19 van cumpliendo sus cuarentenas y van activando paulatinamente su vida. Sin embargo, es evidente que los vecinos de la localidad viven días complejos que ven alterada su rutina y que vendrán a significar una merma en la economía en sectores como la hostelería y la restauración con los bares tan solo pudiendo entregar comida a domicilio. Las calles completamente vacías no son aún cosa del pasado.
Para constatar que
Añora vive unos días diferentes basta con un paseo que a las primeras de cambio dejó ver en este primer día una mayor presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estados. Dos patrullas de Guardia Civil y una de la Policía Autonómica controlaron los accesos a la localidad para evitar entradas y salidas más allá de las permitidas. Sin embargo, su presencia en el municipio va más allá y está enfocado al cumplimiento de otras normas como la utilización de mascarillas o «que si dos personas van en un vehículo y no son convivientes se utilicen también; en definitiva, velamos porque todas las normas se cumplan» explicaba un agente a ABC reconociendo también que hasta ese momento «los vecinos están cumpliendo». Unas normas y sus sanciones que se pueden leer en algunos lugares del municipio como en el acceso, ahora cerrado, a la Plaza de España.
Ese fue un escenario diferente al vivido en días anteriores. El otro se concentró en la salón social de la localidad ya que desde primera hora de la mañana un equipo se preparó para realizar las pruebas PCR dispuestas por el Ayuntamiento de la localidad en colaboración con el Centro Tecnológico Agroalimentario del Valle de Los Pedroches (CICAP) para aquellas personas que dieron positivo los días 28, 29 y 30 de diciembre, además de sus contactos estrechos, se incorporen a su actividad diaria con la máxima seguridad posible. Unas pruebas que tuvieron, en su primer día, una gran aceptación entre los vecinos ya que fueron 76 las personas que las demandaron de manera voluntaria. Personal del Consistorio controló la asistencia a unas pruebas que se han fijado para dos días más, el 14 y 18 de enero y a la que seguirán asistiendo los afectados dependiendo del día de su positivo en coronavirus.
Con operarios retirando las luces que anunciaron la Navidad más extraña en el municipio, con el Ayuntamiento gestionando tan sólo cuestiones imprescindibles, la vida en el resto de la localidad va recobrando vida. En las tiendas, los propietarios van consumiendo su jornada laboral mientras atienden a las personas que acuden y preparan los pedidos para las personas que están confinadas y aún no pueden salir de sus casas. Entre quienes acuden a comprar también se respira cierto hartazgo de la situación. Hay cierta pena por el hecho de que el municipio sea protagonista por este tema y se anhela recuperar la actividad que marca el día a día de Añora, que, si por algo se caracteriza, es por su iniciativa y alta actividad en muchos campos. «También hay cosas muy bonitas y no vienen tantos medios de comunicación, también podrían venir en esos momentos porque llevamos días que no para, siem
Muchas de las personas en cuarentena están acabando su protocolo y ya pueden salir
Patrullas de la Guardia Civil y la Policía Autonómica hacen cumplir el confinamiento
pre hay alguien», explica una vecina que rehúsa de dar su nombre.
Explotaciones ganaderas
El coronavirus ha golpeado de lleno la localidad, a muchas familias, pero también hay personas a los que le es complicado frenar en su actividad diaria. Los ganaderos no han estado exentos de la enfermedad y muchos han tenido complicaciones para buscar relevo para esos días obligados de confinamiento, pero en las explotaciones los animales no entienden de horarios, de confinamientos y esa normalidad se respira en la explotación ganadera de vacuno de leche Alegría, una familia que ha sufrido el Covid-19 en primera persona, pero que tras recuperarse se vuelca en mantener su actividad porque «aquí hay que estar en el horario marcado, esto no entiende de otra cosa, así es este trabajo». No sólo hay ganas de recuperar la actividad, también la normalidad en las relaciones porque son muchas las familias que están separadas por un virus que sigue creciendo en Añora y en toda la comarca de Los Pedroches, con cifras más que preocupantes. Una separación que también se deja notar en esos núcleos familiares repartidos por varios pueblos de la comarca y que ha obligado a algunos ciudadanos a activar los permisos pertinentes para poder viajar hasta Añora a cuidar de los suyos, una de las exenciones que contempla la normativa para poder entrar en la localidad.
Mientras el municipio va recuperando poco a poco el pulso, intentado poner freno al virus, la actividad completa no se recuperará hasta el próximo 25 de enero. Será entonces, si la situación lo permite, cuando el cierre perimetral se levante y cuando todos los sectores puedan recuperar esa «normalidad» deseada que ahora mis