PARAGUAS
ILUVIA, no hay signos en el horizonte de que vaya a escampar en bastantes meses y hay quien se acuerda de Mark Twain: «Un banquero es alguien que te presta un paraguas cuando hace un sol radiante y te lo exige cuando empieza a llover». No han faltado ejemplos estos últimos años para darle la razón, pero en esta época son peores los que utilizan los servicios públicos para la propaganda. Por darle la vuelta: «Los políticos son gente que compra zuecos para la nieve con dinero de los cordobeses y miran para otra parte cuando piden toldos y aire acondicionado».
Puede haber gente que piense que es bueno prepararse en Córdoba para caminar con varios centímetros de nieve y hay gente que creyó que era buena idea un tren de Cercanías con varios servicios diarios entre la ciudad y sus barriadas. Ya que el dinero no lo han ganado los que tienen que gastarlo, no iban a escuchar a quienes dicen que en Córdoba no nieva ni a los que pensaban que en Villarrubia y El Higuerón no había público para justificar tantos viajes. Dos años después sigue sin nevar y se han tenido que quitar algunos trenes porque había uno o dos viajeros al día.
Dice la leyenda que en los amaneceres oscuros de invierno todavía se escuchan en los vagones, por esos milagros de la acústica, las voces de quienes lo inauguraron con la permanente en los labios, y sus frases hielan la sangre: «Esto es servicio público para los cordobeses. El estado del bienestar frente a la invasión del neliberalismooooo».
Ahora caen chuzos de punta de coronavirus y el dinero para los paraguas se marchó en trenes vacíos. Los mismos que decían «lo público» en todas sus frases como si lo hubieran inventado ellos o lo pagaran están colapsados y son incapaces de que la vacuna vaya más rápido que si llegara a lomos de una torgua heroinómana. Las plantillas de la salud pública son cortas, los días de Navidad se suceden con sus descansos y puentes y tampoco hay mucha voluntad de enfrentarse a sindicatos que saldrán con pancartas y logotipos a chillar si alguien habla de doblar turnos o de trabajar más festivos de la cuenta. Heroicidad inversa: morirán los demás para que unos cuantos no renuncien a sus principios de no pedir ayuda a la sanidad privada.