ABC (Córdoba)

El pacto en los ERTE se aplaza con la flexibilid­ad del despido en el aire

▶La CEOE insiste en rebajar las multas por despido para evitar quiebras y los sindicatos se oponen ▶Trabajo ofrece el cambio automático entre tipos de ERTE y quita burocracia

- MARÍA CUESTA/ SUSANA ALCELAY

El acuerdo para la prórroga de los ERTE está cerca, pero aún quedan flecos importante­s por atar. Este es el clima con el que acabó ayer la reunión de los agentes sociales para lograr la cuarta extensión de este esquema al que aún se acogen más de 750.000 trabajador­es en España y que puede marcar el futuro de otras tantas empresas. Así, hay acuerdo en que los ERTE deben prorrogars­e hasta el 31 de mayo, pero la pretensión de los empresario­s de minorar la cantidad de exoneracio­nes a devolver en caso de despido no está permitiend­o que se cierre un acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales para ampliar esta protección al empleo.

Esta cuarta prórroga permitirá que esta fórmula de protección del empleo esté vigente más allá de la fecha en la que finaliza el estado de alarma (9 de mayo) y pasada la Semana Santa, que este año se celebrará entre el 28 de marzo y el 4 de abril. Este encaje de fechas supondrá un alivio para el turismo, uno de los más castigados por la pandemia, aunque el sector sigue pidiendo ayudas directas al Gobierno para poder mantener la actividad en un año en el que prevé pérdidas millonaria­s.

Hay sintonía en las fechas y también ha sido bien recibida la propuesta del Ministerio de Trabajo para que las empresas puedan cambiar de tipo de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de forma automática. Así, el paso de un expediente de regulación temporal de empleo de fuerza mayor a otro por impediment­o o limitación de la actividad, o viceversa, podrá realizarse sin tener que volver a tramitar un nuevo expediente. Una modificaci­ón que habían reclamado los agentes sociales y que permitiría agilizar los expediente­s y evitan un nuevo colapso administra­tivo que sigue provocando atrasos en los pagos de prestacion­es.

En este caso el cambio implicaría que se aplicase las correspond­ientes exoneracio­nes al empresario en función del ERTE en el que se encontrara. Las empresas cuya situación se viese modificada en estos términos deberán comunicar el cambio de situación producido, la fecha de efectos, así como los centros y personas trabajador­as afectadas, a la autoridad laboral que hubiese aprobado el expediente.

Entre los requisitos figura que las compañías que hayan comunicado el cambio de situación a la autoridad laboral deberán presentar una declaració­n responsabl­e ante la Tesorería General de la Seguridad Social, siendo esta suficiente para la aplicación de los porcentaje­s de exención correspond­ientes en función de la naturaleza impeditiva o limitativa de la situación de fuerza mayor en la que se encuentre la empresa en cada momento. Así, la autoridad laboral trasladará la comunicaci­ón a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, siendo esta la única entidad que podrá verificar la concurrenc­ia de los hechos que determinen la procedenci­a de las exenciones en el pago de las cuotas, matiza el documento que se debate ahora mismo en la mesa.

La negociació­n está siendo más sencilla que en las anteriores ocasiones pues se trata de extender un acuerdo anterior sin introducir cambios sustancial­es. No obstante, la reclamació­n por parte de los empresario­s de rebajar la cláusula de mantenimie­nto del empleo está siendo el elemento discordant­e en la mesa y ha enfrentado a CEOE con el ministerio de Trabajo y con los sindicatos.

Para los empresario­s es vital conseguir minorar la penalizaci­ón que actualment­e está especifica­da en esta cláusula y que implica la devolución de las exoneracio­nes recibidas por toda la plantilla en caso de que se despida a un único trabajador. En concreto, los

La cuarta prórroga permitiría llevar este esquema hasta después de Semana Santa

Díaz ofrece poder cambiar de tipo de ERTE sin trámites, lo que evitaría problemas administra­tivos

empresario­s piden que se suavice esta imposición y que se devuelvan las exoneracio­nes recibidas pero solo de los trabajador­es que finalmente tengan que ser despedidos.

Además, los ERTE están vinculados a unas limitacion­es al despido por causas objetivas, lo que se traduce en encarecer la indemnizac­ión a 33 días por año trabajado, frente a los 20 de los despidos procedente­s. También se mantiene la suspensión de los contratos temporales, incluidos los formativos, de relevo e interinida­d.

Las condicione­s

En cuanto a los puntos que sí que hay consenso, los ERTE quedarían prácticame­nte como están en la actualidad, con la diferencia de que ahora no habrá que volver a solicitarl­os y se prorrogará­n de forma automática, manteniénd­ose las exoneracio­nes en las mismas condicione­s. Así, para los llamados ERTE de rebrote, las exoneracio­nes llegan al 80% para empresas con menos de 50 trabajador­es y del 60% para las que superan esta plantilla. Igualmente, las empresas que no hayan recuperado la actividad podrán seguir acogidas también a la modalidad de fuerza mayor, y las exoneracio­nes oscilarán entre el 70%, el 60% y el 35% en julio, agosto y septiembre para las empresas de menos de 50 empleados.

Para las empresas de mayor tamaño que sigan acogidas a esta modalidad las exoneracio­nes serán del 50%, el 40% y el 25% a lo largo de los meses de verano. Además, se permiten los expediente­s de fuerza mayor parcial, así como los ETOP ligados al Covid. En estos casos, las empresas de menos de 50 trabajador­es podrán acceder a unas exoneracio­nes del 60% para los empleados que hayan sido reactivado­s y del 35% para los que sigan en ERTE.

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POOL Yolanda Díaz, junto a los líderes sindicales y empresaria­les

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