ABC (Córdoba)

El coronaviru­s eleva un 25% las consultas por depresión y ansiedad

▶El miedo y la tristeza por el cambio de la vida cotidiana se ceban con los mayores, los niños y los sanitarios, que acuden cada vez más a Salud Mental

- RAFAEL A. AGUILAR

Un hombre alicaído reflexiona en el banco de un parque

JÓVENES que se han tirado meses sin ver a sus novias, ancianos que han perdido la costumbre de que sus nietos vayan a comer a su casa dos veces por semana y que tampoco pueden acudir a la reunión semanal con sus amigos en el bar de la asociación de vecinos, cuarentone­s sin pareja estable que habían hecho de la flor de un día una forma de vida tan inestable como sugerente, adolescent­es sin su clase de esgrima o de boxeo, parejas en crisis que han tenido que confinarse juntos durante semanas, jubilados que se pasan la tarde entera, una tras otra, viendo la televisión privados de la visita y de la charla diaria del viudo que vive dos pisos más arriba, hipocondrí­acos que van por la calle asustados porque piensan que se van a contagiar, dueños de restaurant­es de polígonos industrial­es que han tenido que cerrar porque el personal de las fábricas que quedan abiertas ya no va a por su menú, pequeños comerciant­es que no llegan ya a fin de mes y que se acuestan cada día angustiado­s pensando que el cierre definitivo de su negocio no tardará, viajantes a los que no paran de llegarles mensajes con cancelacio­nes de citas y de pedidos, sanitarios de Cuidados Intensivos desbordado­s por el trabajo y enfadados con el mundo porque han visto a compañeros suyos morir por coronaviru­s y sin embargo se cruzan por la acera con gente sin mascarilla o que se fuma un cigarro en una placita llena de veladores, solteros que echan horas en el solitario de la pornografí­a, cofrades que no se hacen a la idea de estar otro año sin sacar su paso a la calle.

Las consultas de Salud Mental del Servicio Andaluz de Salud (SAS) están llenas desde la pasada primavera de pacientes que nunca habían sufrido ansiedad o depresión —cuyo día mundial se celebra hoy— y a los que el coronaviru­s les ha causado un trastorno importante de su conducta. Los datos que maneja el psicólogo José

Fernando Venceslá Martínez indican que desde el pasado mes de marzo la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Reina Sofía registra un aumento de entre un 20 y un 25 por ciento en las consultas por depresión. Venceslá es el coordinado­r del equipo de Salud Mental de Montilla y habla en nombre de la Unidad de Gestión Clínica de esa misma especialid­ad centraliza­da en el Hospital Universita­rio Reina Sofía, de la que forma parte. «En estos meses estamos viendo un agravamien­to en la sintomatol­ogía y de los cuadros clínicos: son personas que presentan pocos recursos personales para afrontar los problemas vitales, y su situación se ha recrudecid­o con la pandemia», indica el especialis­ta.

Las causas del agravamien­to de los trastornos mentales son claras. «Han disminuido los contactos sociales y las actividade­s de participac­ión, que son fuentes para sostener a las personas anímicamen­te, y eso afecta mucho a las cuestiones anímicas y emocionale­s, y además la percepción de estar en riesgo [de contagiars­e o de que lo haga un ser querido] favorece la ansiedad», completa este psicólogo clínico.

Unidad de Salud Mental del Reina Sofía

«Los cuadros depresivos se agravan en personas con pocas habilidade­s sociales», afirma el doctor Venceslá

Colegio de Psicólogos de Andalucía Occidental

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