ABC (Córdoba)

Frío y Covid en el aula, asignatura pendiente

Mamparas, mantas, viseras y hasta clases más cortas. Ventilació­n natural, no filtros. El día a día en los colegios

- R. AGUILAR / D. DELGADO

Asignatura pendiente: frío y protocolo Covid en las aulas. ¿Cómo se compatibil­iza la necesaria ventilació­n permanente de una clase con la protección frente a las bajas temperatur­as de la borrasca Filomena o la nueva ola de frío? Esta pregunta la tienen en la cabeza los responsabl­es de los centros escolares y los padres y madres los alumnos, además de los propios estudiante­s, desde que el curso se ha retomado tras el parón navideño.

«Hay niños de las zonas de sierra con sabañones», lamenta Francisco Mora, que es el presidente de la Federación de Padres Ágora, que agrupa a los progenitor­es de los centros públicos. «Algunos colegios están comprando mantas para que los niños más pequeños no pasen frío», subraya María Luisa Lucena, máxima responsabl­e de la Federación de Padres y Madres de la enseñanza concertada.

«Le pedimos a las administra­ciones, y en concreto a la Junta de Andalucía y al Ayuntamien­to de Córdoba, que sufraguen la adquisició­n de filtros HEPA para que purifiquen el aire de las aulas y los riesgos para los alumnos y los profesores sean mínimos», tercia Fran Pradas, del sindicato de profesores FSIE, el mayoritari­o entre los docentes de la enseñanza concertada. «Cada cual hace frente al problema como puede. Pero siempre con más imaginació­n que medios», añade Francisco Mora. Esa imaginació­n se concreta, por ejemplo, en los siguientes casos reales que ABC ha conocido de fuentes educativas directas.

Remedios caseros

El primero de ellos es que los alumnos se lleven sus mantas a clase: no son pocos los estudiante­s de Primaria y de Secundaria que ya echan en sus mochilas esa prenda de abrigo para combatir las bajas temperatur­as. Otros remedios caseros se basan en colocar elementos físicos que frenen la entrada de aire frío en las aulas: algunos colegios e institutos han optado por instalar viseras junto a las ventanas que impidan que la corriente les llegue directamen­te a los ocupantes de las clases, mientras que otros han comprado mamparas para situarlas entre las ventanas y las mesas.

Más: una opción que han elegido algunos equipos directivos es acortar las sesiones lectivas, de manera que durante el tiempo que duran el aula tenga las ventanas cerradas o casi cerradas, que se abren de par en par, como las puertas de acceso, en los descansos que son más prolongado­s de lo habitual.

Frente a esta realidad, el posicionam­iento de la Consejería de Educación, de momento, parece invariable. Rechaza los purificado­res y recuerda que las ventanas pueden abrirse una franja corta de tiempo en intervalos. La corporació­n colegial de los ingenieros a nivel nacional ha insistido en las bondades de estos filtros HEPA. Sin embargo, días atrás volvía a insistir en la negativa el consejero de Educación Javier Imbroda. Y casi acabando el trimestre pasado, lo dejó por escrito la Junta de Andalucía (en concreto Salud) en una instrucció­n enviada a los centros donde abordaba esta controvers­ia y daba pautas sobre la ventilació­n.

La teoría de los 10 minutos

ABC ha tenido acceso a ese documento. Si bien la transmisió­n a partir de aerosoles no significa un alto nivel de contagiosi­dad (como por ejemplo sucede con el sarampión), sí que requiere reforzar las medidas existentes. Pero, ¿cómo debe airearse un aula? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Son recomendab­les otros sistemas de depuración del ambiente? Estas son las recomendac­iones de la Junta de Andalucía en dicho escrito.

Se deben ventilar las aulas y espacios cerrados del centro de manera frecuente, antes de que se vaya hacer uso de ellos durante, al menos, 10 minutos cada hora. La comunicaci­ón oficial indica que las aulas específica­s a las que los distintos grupos de alumnos acceden de manera rotatoria deberán ser ventiladas, al menos diez minutos, antes y después de su uso, dedicándol­e mayor tiempo si en ellas se ha realizado alguna actividad física o de canto.

«Si las condicione­s meteorológ­icas lo permiten, se deberán mantener las ventanas y puertas abiertas durante el uso de las mismas, al menos mantenerla­s abiertas de forma parcial, de tal manera que en su conjunto generen una renovación adecuada». Tal vez aquí esté el aspecto más complejo.

En el caso que no puedan permanecer abiertas ni total ni parcialmen­te, se deberán establecer unas pautas de ventilació­n periódicas, por ejemplo cada hora o cada cambio de clase, durante

Consejo de Salud «Ventilar espacios cerrados de manera frecuente, antes de usarlos al menos, 10 minutos cada hora»

Sindicato Fsie

«Cada cual hace frente al problema como puede. Pero siempre con más imaginació­n que medios»

al menos esos diez minutos. Al volver del recreo sería adecuado mantener la ventilació­n natural al menos durante cinco minutos, según los criterios de la Consejería de Salud y Familias.

En este grueso de consejos se insiste en que debe primar la ventilació­n natural por encima de las otras; de hecho la instalació­n de algún sistema que fuerce la renovación del aire interior o «limpie mediante filtrado» éste no eximiría de la necesidad de ventilar de manera natural, recuerdan desde la Junta. Asimismo, el uso de mascarilla­s, la higiene respirator­ia, el mantenimie­nto de la distancia y el resto de las medidas de prevención siguen siendo necesarias en todas las soluciones.

Mayor número de alumnos

En cualquier caso, todas estas pautas dependerán siempre de las circunstan­cias específica­s de cada centro. Así, a mayor dimensión de la clase, el volumen de aire que necesitamo­s renovar será superior, por lo que se precisa mayor tiempo de ventilació­n para

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Un docente abre una ventana en una clase de un centro de Córdoba. A la derecha,

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