ZONA CERO
AY preguntas que no tienen respuesta, aunque cada día escuchemos a un ejército de cuñados darnos una lección magistral sobre epidemiología comparada. Pongamos por caso Añora. Un apacible pueblecito de la comarca de los Pedroches, situado a 90 kilómetros al norte de Córdoba y 624 metros sobre el nivel del mar.
La pregunta es bien sencilla. ¿Cómo es posible que haya registrado una tasa de 9.495 casos de covid por cada 100.000 habitantes cuando la media andaluza apenas alcanza los 298 y la española se sitúa en 435? Antes de que la interrogante haya caído al suelo, un puñado de tertulianos ya habrán ofrecido un doctorado en la materia. ¿A que sí?
Las variables del coronavirus, como los caminos de la providencia, son inescrutables. Añora tiene exactamente 1.527 habitantes y se encuentra en una de las áreas más aisladas de Andalucía. Quiere decirse que está razonablemente lejos de los nudos de comunicación que dinamizan el contagio de un virus que parece viajar a la velocidad del sonido.
En la primera oleada de marzo, apenas superó la decena de infectados. Y en septiembre mantuvo las incidencias en cero patatero. Qué ha ocurrido desde entonces para que el covid se dispare de forma exponencial solo pueden saberlo los visionarios de cada mañana temprano. Al fin y al cabo, para formular una hipótesis sobre las curvas de contagio basta con poner cuatro datos en relación y apuntar en dirección al responsable de turno correspondiente.
Usted dirá que el repunte coincide al milímetro con la relajación navideña. Y no le falta razón. El brote se detectó el 29 de diciembre pasado, cuatro días después de Nochebuena. Pero claro: ha sido Nochebuena para todos los pueblos de Andalucía y, si me apuran, también de España. Y solo Añora ha pulverizado los registros epidemiológicos hasta niveles estratosféricos.
Casi tan veloz como la viralidad del covid se prodigan las conjeturas del cuñadismo. Que en eso gastamos uno de los índices más infecciosos de toda Europa. Solo hay que tener una teoría para cada repunte de la pandemia y luego si te he visto no me acuerdo.